Seguramente has visto la serie «Dog Whisperer» («El Encantador de Perros») con César Millán, o la serie de «Ice Road Truckers» («Camioneros del Hielo») de Discovery Channel. Cuando eras estudiante, o si aún visitas las aulas, ¿Habrías pensado en ir a clase para aprender esa profesión u oficio? Seguramente que no… o ¿Qué tal «calentador de camas» o «ahuyentador de palomas»? Seguramente tampoco… A nivel profesional, Vint Cerf ostenta el título de «Chief Internet Evangelist» en Google, y actualmente tengo un amigo que se presenta como «International Problem Solver». El caso es que son profesiones y oficios con títulos excéntricos, pero muy originales, y suelen ser personas que reciben una buena remuneración por hacer esos trabajos.
“El arte de inventarse profesiones”, es un libro de Sergio Bulat, coaching literario de profesión, que presenta una temática realmente muy interesante que me ha inspirado a escribir este artículo.
Con la crisis por la que estamos atravesando actualmente, resulta imprescindible destacarse de alguna forma de los demás, hacer algo distinto, original e innovador para darle un plus a nuestra marca personal.
En lo que a tecnología se refiere, y estoy seguro que será así en la mayoría de los distintos campos del quehacer humano, las ideas nuevas no vienen de la nada. Normalmente son producto de la evolución natural de lo ya existente, o bien de la mezcla de dos o más conceptos ya existentes que alguien tuvo la visión de ensamblar para crear algo nuevo. Es el caso, por ejemplo, del teléfono móvil y la cámara digital. O de la lavadora, cuyo ciclo se rige a ritmo de la música con la que se le haya programado en ese momento. En el argot tecnológico, éste fenómeno de ensamblar ideas se conoce como «mush ups».
Es el caso también de TeleBird, cuya tecnología es resultado del híbrido de una llamada telefónica y de internet. Concepto que ciertamente no es nuevo, pero cuya innovación está en que la llamada se origina desde la web, sin que se requiera ningún tipo de instalación a nivel local.
Desde mi punto de vista, lo importante y la clave para conseguir innovar y ser original respecto al resto, está en el conocimiento más allá de la disciplina propia. Por ejemplo, si un programador está todo el tiempo conviviendo con otros programadores en frente de un ordenador, difícilmente logrará ver “más allá”. En cambio, si ese mismo programador convive con biólogos, por ejemplo, tal vez se le ocurrirá algo relacionado con la biotecnología; o si es con un arquitecto, tal vez alguna forma nueva de modelar interiores.
Y, para concluir, estos híbridos de ideas se extrapolan al campo de cómo se vende uno mismo, a la marca personal o «personal branding», como se conoce en el mundo empresarial. No hace falta ser un genio para hacerlo, sino simplemente tener algo de creatividad. Si la idea es buena, tiene un nicho de mercado. Si se sabe trabajarla, los resultados llegarán tarde o temprano, pero ese será tema de un futuro artículo de este blog.
Entonces, ¿Cuál es el próximo «mash up» que mejorará tu marca personal? o ¿Qué oficios o profesiones se te vienen a la mente que sean originales, divertidos y que permitan a la persona que lo ejerce vivir de ello? ¡Te invito a dejar tus comentarios!