Hoy en día, cualquier persona que quiera conseguir un puesto de trabajo recurrirá en primer lugar a Internet. La mayoría de las parcelas de nuestro día a día se han visto totalmente eclipsadas por el mundo digital, hasta el punto que para muchos es difícil pensar en como llevaban a cabo tareas tan cotidianas como trabajar antes de la llegada de la red. No hablamos solo del teletrabajo desde casa o la comunicación directa con cualquier punto del planeta, sino de la propia búsqueda de empleo que ya hemos apuntado. Atrás queda la imagen de un demandante de empleo que peregrina por diversas empresas con una pila de currículos debajo del brazo, una figura que aún tardará en desaparecer pero que cada día pierde más y más terreno ante el buscador de empleo que ante la computadora envía versiones electrónicas de ese mismo currículo. Ahora todo es más sencillo, rápido y llega más lejos sin que nos movamos de casa.
Aunque también debemos de reconocer que estas maravillas no se han explicado, o al menos reflexionado al mismo nivel para todos los actores implicados. Así, la búsqueda de empleo en la red está tremendamente explicada, con innumerables guías y trucos, desde el punto de vista del trabajador, pero no tanto desde el del empresario. No se puede pasar por alto que la contratación de un empleado supone una apuesta arriesgada para toda compañía, ya que el futuro de la misma dependerá en parte de como trabaje dicho asalariado, ya que de su trabajo depende que el rendimiento y los beneficios de la empresa crezcan o se frenen, o incluso disminuyan.
Si tenemos en cuenta esta importancia de los trabajadores, el principal capital de cualquier empresa, nos damos cuenta de que todo empresario debería conocer la mayoría de las herramientas que le permitan conseguir los servicios de los mejores empleados. Para ello, la situación óptima sería dominar todas las opciones que Internet pone en su mano, aunque siendo realistas, esto exigiría una importante inversión de tiempo, o de capital en caso de tener un departamento dedicado por entero a Internet. Por lo que otra buena opción es conocer al menos someramente las herramientas que Internet facilita en la búsqueda de empleados para poder profundizar más en la que mejor se adapte a cada empresa en concreto.
- Anuncios clasificados. Al igual que las clásicas páginas de avisos de los diarios en papel, en Internet encontramos páginas de anuncios online. Estos sitios pueden parecer de entrada demasiado simples, pero en su falta de complejidad es donde radica su mayor ventaja. Los avisos online son la mejor opción para compañías pequeñas o medianas que no estén demasiado relacionadas con el mundo de la comunicación o las nuevas tecnologías, y que por lo tanto no necesiten profundizar demasiado en la red.
- Páginas del sector profesional. Al igual que en los medios clásicos, siempre tenemos la opción de recurrir directamente a la publicación de anuncios. Sin embargo, no debemos olvidar la inmensa extensión de Internet, lo que nos obliga a ser selectivos a la hora de colocar dichos mensajes. Así, si nuestra empresa necesita un pintor de retratos, lo mejor es colocar el aviso en webs dedicadas al mundo de la pintura o el arte en general. Una buena idea, es ponerse en contacto con los responsables de dichas páginas para que nuestra oferta aparezca como una noticia y no como un mero anuncio publicitario.
- Bolsas de trabajo online. Esta tercera herramienta de búsqueda de trabajadores en Internet, los portales de empleo, es la que cobra más importancia día a día. Estas páginas son enormes bolsas de trabajo digitales en las que los aspirantes colocan sus currículos mientras que las empresas hacen lo propio con sus ofertas de empleo, para que después cualquiera pueda navegar entre todos los anuncios buscando el trabajo o trabajador que mejor se adapte a sus necesidades. Lo mejor de este sistema es que permite ser muy selectivo, por lo que por ejemplo podemos buscar empleados que dominen cierto programa informático o que tengan conocimientos de varios idiomas concretos.
- Web corporativa. La página oficial de toda empresa debe de ser una de sus principales armas de comunicación, ya que hoy en día es al primer lugar al que se dirigirá cualquiera que quiera saber algo sobre la compañía. Un buen portal puede ser algo más complejo y caro, pero un blog está al alcance de cualquier pequeña empresa, incluso de las individuales. En la web o blog de la empresa se pueden publicar todas sus ofertas de empleo, para que estén al alcance de los aspirantes de forma rápida y directa.
- Redes sociales. No cabe duda de que Internet va avanzando más y más cada día, muchas veces sin que se sepa cual va a ser el próximo gran salto, muchas veces una innovación que nadie esperaba pero que a los pocos meses se vuelve primaria. Algo así ha pasado con las redes sociales como Facebook, LinkedIn, Twitter, una revolución en el mundo del intercambio de información y la comunicación directa, ya sea esta entre un padre y un hijo o entre la sociedad y una megacorporación. Lo primero que se debe recordar al tratar con las redes sociales, es que no son un marco más para publicar anuncios, sino que son un terreno para el diálogo más directo, por lo que una empresa no debería limitarse a colgar una oferta laboral, sino que debería iniciar una conversación con los posibles aspirantes, ya sea para detectar talento o realizar una primera criba.
Estas diversas herramientas ponen al empresario en el papel de un pescador que lanza sus ofertas de empleo a Internet esperando que los mejores aspirantes caigan en sus redes. Sin embargo, puede que nuestro trabajador perfecto no llegue a leer nuestra oferta, por lo que también es recomendable prestar atención al talento en la red, estando al día de los blogs y los foros dedicados a nuestro sector empresarial, especialmente las páginas personales, pues en algún lugar de Internet puede estar esperando un verdadero talento dispuesto a engrosar las filas de nuestra compañía.