Un año acabó y un año comienza. La costumbre marca que en los últimos minutos del año que acaba, uno como persona marca sus deseos para este año que comienza y “espera” a que esos deseos se cumplan.
Tener deseos no está nada mal, de hecho prácticamente vivimos de los deseos todos los días: deseo comer, deseo dormir, deseo un nuevo empleo, deseo dejar mi actual empleo, etc.
Tener deseos es normal. Solo que algunos parecen inalcanzables y ahí es cuando muchos se dan por vencidos.
La persona que logra hacerlos realidad se siente satisfecha con su vida, realizada y feliz.
Para poder hacer esos deseos realidad se necesita un gran compromiso de tu parte, se necesita paciencia y además tenacidad para cumplirlos.
Quienes optan por renunciar a sus sueños no viven vidas felices, viven vidas cómodas, mas no felices… te lo aseguro.
El secreto no es renunciar, es insistir cuando las cosas parecen perderse, es perseverar y no perder tu deseo (o sueño) de vista para poder tener esa pieza que tantos deseamos y buscamos y que le hemos llamado: felicidad.
Te deseo lo mejor para este año y que no pierdas de vista tus deseos.
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