Creo que las actitudes negativas son tan intangibles de medir como las positivas, pero hay 2 cosas que todo el mundo conoce +/- intuitivamente y que se puede constatar en la mayoría de las organizaciones:
1- Abundan más las actitudes negativas (y causan mayor impacto) que las positivas y
2- Las actitudes negativas neutralizan y anulan a las positivas.
Entonces, el «clima» o la «temperatura» de cada organización surge de la mezcla de agua fría y caliente de la combinación particular de cada uno de los miembros que la conforman.
Ocurre que es más fácil enfriar que calentar, dado que para esto último resulta necesario aplicar una cierta dosis de «energía», mientras que para enfriar basta con solo una actitud indiferente y pasiva.
¿Y qué ocurre con los miembros inertes? pues es muy sencillo: hacen la ecuación de que la inversión es > que el beneficio. Cuando no hay un sistema claro de beneficios para estimular y propiciar las actitudes positivas resultará muy raro que éstas surgan espontáneamente.

Gracias por dejarme compartir estas reflexiones.
Saludos cordiales.

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