Para entrar en contexto sirve mucho tener clara la Definición de lo que es Negocio. Ése será un referente de ayuda a lo largo de esta reflexión. El termino Negocio proviene del vocablo latín Negotium que significa “toda actividad que le genera algún tipo de utilidad, interés o provecho a quién la pone en práctica”.
En el sentido amplio de Negotium hasta la actividad de alimentarse es un Negocio, porque efectivamente proporciona “utilidad, interés o provecho”. Por esto mismo no es aventurado afirmar que todas las personas en realidad practican alguna actividad de negocios siempre, y que todas las organizaciones empresariales están sustentadas por un Negocio, puesto que ésta actividad es la que finalmente las sostiene.
El perfeccionamiento o la optimización de una actividad de negocios se producen cuando se desarrollan tareas que generan la máxima utilidad, interés o provecho posibles para quien las patrocina. Cuando esto se da, se está haciendo un buen Negocio. Las personas pueden poner en marcha un Negocio en cualquier momento, pero es algo diferente establecer uno que genere el mayor beneficio posible. Para que esto último suceda la actividad del Negocio debe distinguirse bastante de otras.
Existen DOS tareas que perfeccionan cualquier Negocio: Producción y Ventas. Una actividad que genere “utilidad, interés o provecho” debe producir algo y debe realizarlo, es decir debe venderlo. Solo por medio de la Venta se concreta el Valor de aquello que se está produciendo. Por lo tanto para hacer un Negocio hay que producir algo y poder venderlo en la mayor escala posible.
Las personas que están buscando orientación para hacer un Negocio, en realidad precisan encontrar una Idea para Producir y Vender algo, y dado que no se producirá nada que luego no puede venderse, en realidad buscan una idea para Vender algo.
¿Cómo pueden hallarse las mejores ideas para esto?
En realidad Ideas pueden aparecer en cualquier parte, pero aquellas coherentes con el sentido de Negocio serán las que provengan de algo que la persona sepa hacer mejor que otras. Este es el camino más corto y efectivo para hacer un Negocio, el “tronco” del que deben emerger las ideas de calidad para un Negocio que tenga perspectivas de perfeccionarse.
TODAS las personas saben hacer algo mejor que otras, bien sea por habilidad, conocimiento o experiencia, y allí se encuentran las mejores ideas para el propósito.
Hay Dos caminos para identificar estas ideas: la ruta vertical y la ruta horizontal.
La Ruta Vertical transita por la ESPECIALIZACIÓN. La Idea para un Negocio en éste caso debe orientarse a producir y vender algo muy especializado de aquello que se conoce o se sabe hacer. Acá es imperioso profundizar hasta donde sea posible en lo que se sabe, encontrar una variante “especializada” de ello y generar la idea del Negocio. Generalmente cuando una persona tiene muy buen conocimiento y destrezas en su campo optará por esta ruta, porque le será más sencillo identificar aquellas distinciones especializadas de la labor que le pueden representar Negocio. En la Ruta Vertical las ideas para un nuevo Negocio surgen del mismo Negocio en el que se está trabajando, identificando alguna tarea de éste que pueda ser mejorada o especializada. Dependiendo del tamaño de Mercado que trabaje y de su propia magnitud, toda actividad de negocios está compuesta por múltiples labores y procesos, y cualquiera de ellos puede constituir la piedra de ángulo para un nuevo Negocio. Esto sin embargo sólo lo podrá identificar quién conozca muy bien la actividad.
Las ideas de Negocio que se sustentan “en la Vertical” suelen ser más sólidas, de mayor alcance y de mayor magnitud que otras. De ésta vertiente nacen algunos de los negocios más importantes, desde Ford en la producción de automóviles hasta Microsoft. Todos estos negocios surgieron a partir de emprendedores que se especializaron en ofrecer algo sobre la base de aquello que ya conocían o de aquello en lo que ya trabajaban. Encontraron una veta más profunda en la actividad que ya desarrollaban para otras empresas u otras personas.
La Ruta Horizontal transita por la DIFERENCIACIÓN. La Idea para un Negocio surge acá de hacer algo Diferente respecto a lo que ya se hace. Esta ruta es mucho más amplia que la anterior, puesto que es más sencillo encontrar alguna diferencia en la producción, el servicio, la imagen, el sistema de distribución, la modalidad de venta, etc., de aquello que ya se practica. Existen innumerables opciones para diferenciarse y establecer un Negocio. En algunos casos las diferencias pueden ser mínimas, pero si ellas se explotan bien en la consideración del cliente surge la opción. Las ideas en la Ruta Horizontal no precisan tener la sofisticación o el alcance de las variantes “especializadas”, muchas veces diferencias sutiles bastan para la formación embrionaria de otro Negocio.
Las ideas de Negocio que se sustentan “en la Horizontal” no siempre son tan sólidas como las otras, enfrentan mayor competencia, pueden tener un ciclo de vida más corto pero por otro lado son muy flexibles y pueden renovarse y reinventarse con facilidad. Son millones los casos de este tipo de negocios, desde aquellos que emergieron haciendo un envase diferente para un producto conocido hasta los que diseñaron sistemas de distribución diferentes para productos establecidos (caso Amazon).
Para hacer un Negocio, tener una idea y Vender algo no es necesario pensar específicamente en la formación de una “estructura”. Las personas a título individual pueden producir y vender sus conocimientos, su experiencia e incluso sus ideas, y de ésta forma también están haciendo un Negocio. En estos casos las premisas para la identificación de ideas (en “la vertical u horizontal”) son las mismas: vender algo especializado (como servicio profesional) o algo diferenciado.
Basar el desarrollo de un Negocio en algo “que ya se sabe hacer” es ideal en términos de la acepción misma de Negotium, pero no es excluyente. Se pueden efectivamente hacer negocios en áreas desconocidas para uno, pero en ésos casos es mejor dirigirse hacia actividades de base genérica o de “entendimiento común”. Estas son las denominadas actividades Mercantiles. Ejemplos de ellas hay muchos, la mayoría relacionados a la “intercesión o triangulación”: comprar y vender algo con un diferencial de precio, intermediar entre vendedor y comprador, encontrar lo que otros buscan, etc. Estos negocios pueden ser muy productivos, igualmente demandan conocimientos, aptitudes y experiencia, pero tienen barreras de entrada muy bajas. Al no ser necesariamente producto de conocimientos que “pocos poseen”, pueden ser replicados rápidamente. Muchos consideran que una de las barreras de entrada a estos negocios “mercantiles” es el Capital, pero como lo veremos más adelante, el dinero es en realidad un bien “fungible”, y como tal siempre puede ser más accesible que el conocimiento del giro. Dado que las personas que se dedican a negocios de este tipo no “poseen” los productos que venden (porque de hecho no los producen), dependen mucho de “proteger” a sus clientes, y esto nunca es sencillo en mercados abiertos y de libre competencia.
Por otra parte, las Ideas de Negocio están muchas veces condicionadas por la disponibilidad de recursos (especialmente financieros) para hacerlas realidad. Muchas personas que quieren emprender comienzan temprano a descartar ideas de Negocio basados en las posibilidades de acceso a los recursos económicos necesarios. ¡Pensar así es un error! En general, en los negocios las ideas valen más que el Capital, y en este sentido nunca debe desecharse una idea en función de ésa limitación. Buscar Capital para una buena idea de negocios no es sencillo, pero es mucho más fácil que identificar la idea. El concepto de Negotium exige, por sobre todo, habilidades de Venta, y ellas deben manifestarse también cuando se trata de “vender una idea”. El Capital es un bien “fungible”, se consume con el uso, la Idea es un Activo. Existirá siempre alguien interesado en transformar un fungible en un Activo, por ello el Capital para una buena Idea de Negocio se encuentra mucho más cerca de lo que el Emprendedor cree, y ello hace que sea absurdo discriminar “Activos por Fungibles”.
Existen muchas personas que están convencidas de ser potencialmente grandes Emprendedores y se encuentran buscando con afán una Idea para hacer Negocio. Leen mucho para encontrarlas, estudian el Mercado, intercambian opiniones, suponen que en cualquier momento “alguien” se las podrá proporcionar. En esto sin embargo hay mucha fragilidad. De esta manera no surgen los buenos negocios. Es cierto que el Emprendedor se hace por efecto de una Decisión, precisamente la de emprender, pero ésta decisión surge luego que se ha definido la Idea integral del Negocio. No es sostenible que alguien “haya decidido ser Emprendedor” y ni siquiera sepa que emprendimiento realizará.
El emprendimiento no es una tarea sencilla, todo lo contrario, es una decisión profunda de vida. Por ése camino no se transita solamente porque la perspectiva suene atractiva, porque uno crea que allí se encuentran los boletos a la riqueza o se esté “cansado” de la vida laboral, porque uno no tenga “alma de esclavo” o porque miles de personas estén allá afuera prometiendo el paraíso en 5 pasos. El emprendimiento se inicia luego de un largo tiempo, uno en el cual las ideas de hacer algo concreto dieron muchas vueltas en la cabeza, las opciones se sopesaron en desvelo, la viabilidad se puso a prueba desafiando los límites de la mente y la imaginación. Horas de reflexión, meses o años de visiones fatalistas, de duda y de temor.
Ningún Emprendedor serio va dando vueltas por allí preguntando por “ideas” para hacer algo, esperando que alguien se las proporcione. No puede existir un libro ni apenas un folleto que enumere “ideas garantizadas para hacer grandes negocios”. Esto es completamente superficial. No existen los “expertos en ideas de negocios”, a menos que sean historiadores que estén haciendo una recopilación de aquellas que ya se hicieron públicas. Nadie que no esté pensando hacer un cuento para niños o un próximo libro de Harry Potter, puede poseer cientos de ideas de negocios viables. Las ideas de Negocio son producto de Conocimiento y Experiencia en determinadas actividades, y ¿Cuántas personas pueden existir que conozcan y tengan experiencia importante en “un poco de todo”?
La concepción del Emprendedor se produce cuando una idea diminuta toma posesión de un lugar remoto de la mente de una persona, luego se produce una larga gestación, la idea va tomando forma y cuerpo con el tiempo, con la alimentación que recibe y con los cuidados que se le dan. El Emprendedor es una persona cualquiera que está “embarazado” de una idea por mucho tiempo, hasta el momento que “da a luz”, hasta el día que se produce “el parto” de la idea. Y allí comienza otro tomo largo de la historia, porque ése día es solo un nuevo comienzo, el inicio de la historia de una nueva vida.
Si alguien esperaba encontrar en estas líneas alguna idea de Negocio, espero que finalmente haya encontrado algo mejor, porque es cierto que la realidad supera en peso y valor a la ficción. Y es preferible que alguien se ahorre tiempo y dinero conociendo la verdad y no cuente por anticipado dinero fácil que no existe.
DATOS DEL AUTOR.-
Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.
Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”
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