Las grandes empresas “también lloran”. La historia de algunas de las organizaciones más impresionantes de la actualidad incluye momentos dramáticos y situaciones límite. Inmensas corporaciones que hoy definen industria, economía y sociedad, estuvieron algún momento al borde de la quiebra. Conocer porque no lo hicieron ayuda al estudioso de emprendimientos y negocios.
1.- Apple estuvo a 90 días de quebrar en 1997.
Luego de la salida de Steve Jobs en 1985 (un “clásico” en los registros empresariales), Apple trabajó con poca dirección estratégica y fue perdiendo, progresivamente, el terreno que había ganado en el mercado, especialmente en los computadores personales.
En 1997 IBM y Microsoft vendían más equipos que Apple, en una industria que esta última había ayudado a crear. Las pérdidas de Apple alcanzaban un billón de dólares sobre ingresos totales de siete billones. Casi una tercera parte de la fuerza laboral hacía sido echada y la empresa trataba de sostener la producción de una línea amplia de productos completamente descontrolada.
La situación era muy compleja.
Con objeto de resolver los problemas que presentaba su sistema operativo, los ejecutivos de Apple se acercaron a NeXT, la empresa que Steve Jobs había formado luego de salir de Apple. Este contacto fue el inicio de una serie de eventos que permitieron, meses después, que Jobs tomara nuevamente las riendas de la compañía.
Para revertir la dramática situación de la empresa, Steve Jobs hizo 3 cosas vitales en ése momento:
- Redujo 70% de los productos que entraban en la línea de fabricación
- Estableció un acuerdo con Microsoft, su principal competidor, para que éste invirtiera alrededor de 150 millones de dólares en Apple a cambio de que Microsoft Office fuera incluido en los equipos Mac.
- Lanzó la campaña interna “Think Different” para priorizar la innovación y diferenciación en los nuevos productos.
Jobs fue muy criticado por el entorno de Apple respecto a estas decisiones, especialmente por su acercamiento a Microsoft. Pero su explicación fue pragmática y funcional en el momento. “Para salir de la situación en que nos encontramos, dijo, debemos cambiar algunas formas de pensar, entre ellas la idea de que Apple vivirá solamente si Microsoft muere”.
Un año después de estas medidas Apple convertía el billón de dólares de pérdidas en una utilidad de 300 millones. Lanzaba al mercado los coloridos equipos con todo integrado de la serie IMG 3 y varias innovaciones asociadas. Luego siguió el Ipod en 2001 y el Iphone en 2007.
El resto de la historia es conocida. Apple es la primera de las empresas gigantes de la actualidad que alcanzó un valor superior al TRILLON de dólares.
Nada mal para una Organización que estuvo a 90 días de colapsar.
2.- Google. ¿Se necesita realmente otro buscador?
A mediados de los años 90, algo más de media docena de empresas intermediaban las búsquedas de información en internet: AltaVista, Lycos, Excite, LookSmart, Dogpile, WebCrawler, AskJeeves.
¿Podía pensarse que la creación de otro buscador sería una buena idea de negocios?
Larry Page, un estudiantes de Stanford creía que sí.
Ninguno de los buscadores de entonces tenía la capacidad de indicar cuál era la información más confiable y relevante. Page estaba acostumbrado a que los documentos de estudio estuviesen calificados, y creía que la gente reconocería un esfuerzo similar en la información de internet.
Se asoció con Sergey Brin, otro estudiante de Stanford, para que ayudara en el desarrollo de los algoritmos para el buscador. La empresa, que llamaron “BackRub”, tuvo avances interesantes en la calificación de los sitios WEB a partir de la evaluación de los “links” que tenían. Su sistema de búsqueda, por otra parte, evolucionaba bien y no tenía problemas con el ritmo de crecimiento de la información en internet.
A medida que la información procesada aumentaba a Page y Brin les pareció apropiado cambiar el nombre de la empresa por otro más sugestivo: Google. Así se lanzó el sistema en la página WEB de la Universidad de Stanford en agosto de 1996.
La empresa creció auspiciosamente durante unos años, pero nadie hubiera apostado a que se convertiría en una de las grandes empresas de la actualidad. No parecía un actor que podía cambiar el juego. Por entonces Yahoo dominaba el mercado e hizo una oferta superior a 3 billones de dólares para adquirir Google.
El momento de la verdad llegó para Page y Brin el año 2004, cuando la empresa buscó su capitalización en la Bolsa. Muchos inversionistas reaccionaron con escepticismo ante la propuesta porque no estaban seguros que un buscador de internet pudiera hacer dinero real.
Bajo el método de “subasta holandesa” Google puso en el mercado 25.9 millones de acciones que esperaba acomodar a un valor entre 108 y 135 dólares por acción. Las cosas no fueron como se pensaba, en un momento del día casi 20 millones de acciones estaban colocadas al valor más bajo de las expectativas: 85 dólares por acción. El mercado era escéptico.
Al final de la jornada se alcanzó un promedio de Us$ 100 por acción, lo que de hecho no constituía un buen síntoma para la que había sido calificada como una de las ofertas “más calientes” en la industria de la tecnología hasta ésa fecha.
Pero Google superó el mal momento, y demostró a todos que se equivocaban. Sí se podía hacer dinero real (y mucho) con un buscador de internet. Después de esos momentos difíciles en su nacimiento como empresa pública, Google tuvo otros fracasos conocidos: Google Wave, Google Buzz, Google Video, Google Radio Ads, etc.
Pero su éxito final trascendió todo fracaso. Google es una de las grandes empresas de la actualidad, inventó una industria, un mercado e incluso un verbo.
3.- Tesla. Una empresa a la que su propio fundador le pronosticó el fracaso.
Elon Musk, el fundador de Tesla, dijo alguna vez lo siguiente: “Realmente no pensé que Tesla tendría éxito. Pensé que fracasaríamos. Pero supuse que al menos podríamos abordar la falsa percepción de la gente respecto a que un coche eléctrico es feo, lento y aburrido como un carrito de golf”.
En realidad, Tesla no compitió con otros fabricantes de automóviles al principio. Era difícil determinar si se trataba de una empresa de software, un fabricante de autos o algo completamente diferente a todo eso. No había elementos para pensar que pudiera convertirse en una de las grandes empresas del mercado.
El pensamiento disruptivo de la empresa y su fundador causaron muchos problemas. En 2008 la compañía enfrentó serios problemas de calidad y escapó por muy poco a la bancarrota. Existían fallas en las fechas de entrega y algunos productos no ayudaron (el caso del Cybertruck, por ejemplo). El año 218 tampoco colaboraron los Tweet de Elon Musk que condicionaban el comportamiento del valor de las acciones y violaban normas de la SEC (Securities and Exchange Commission). Ése año más de 41 ejecutivos abandonaron la empresa entre enero y septiembre.
Tesla es una empresa que despierta pasiones, muchos la aman y otros no. Pero el negocio continúa creciendo a pesar de todas las críticas que enfrenta. El precio de las baterías desciende y la empresa aprovecha cada vez mejor las economías de escala. Tiene clientes y seguidores tan fieles y militantes como los de Apple, y todo eso se está haciendo sentir.
En tanto el COVID 19 provocó una reducción sustancial en la demanda de autos, Tesla creció 22% en el tercer trimestre de 2020 en relación al 2019. A mediados de octubre 2020 el valor de sus acciones subió 400% y todos se preparan para celebrar los 500.000 vehículos para el año.
4.- Airbnb. El proyecto sobrevivió gracias a unas cajas de cereales.
El año 2008 Brian Chesky y Joe Gebbia, dos compañeros de cuarto sin dinero, diseñaron una página WEB para ayudar con el alojamiento de los participantes de una conferencia. Los hoteles estaban completamente llenos y ellos descubrieron que las personas estaban dispuestas a pagar un promedio de 80 dólares por una buena cama y un desayuno, simplemente eso.
Para confirmar el potencial de la idea de “alojamiento ligero” y sin dependencia de estructura específica, los dos amigos convocaron a Nathan Blecharczyk para que los ayudara en la organización del hospedaje de los asistentes a la convención del Partido Demócrata en la ciudad de Denver en 2008. Todo resultó bien, pero no ganaron un centavo.
La incipiente Airbnb estaba al borde de la bancarrota. Generaba apenas 200 dólares a la semana y estaba muy lejos de parecer una de esas grandes empresas. Desesperados, los fundadores recurrieron a los últimos fondos que tenían disponibles en sus tarjetas de crédito y aprovechando sus habilidades de diseño hicieron una edición limitada de cajas de cereal conmemorando la participación de Barack Obama y John McCain en las elecciones presidenciales de ése año.
Con la venta de ésas cajas de cereal ganaron 30.000 dólares que les permitió sostener el proyecto de Airbnb por un tiempo más.
Al inicio, las personas que tenían las experiencias del alojamiento en el modelo de Airbnb, enviaban fotografías de baja calidad de los lugares donde habían estado, y le daban pobre formato a las prestaciones. Chesky y Gebbia aprovecharon ése tiempo de dificultades para viajar a la ciudad de Nueva York y tomar personalmente las fotos que querían y hablar “cara a cara” con los anfitriones. Esto les ayudó a duplicar sus ingresos a Us$ 400 por semana.
Estaban seguros que habían encontrado un mercado único, clientes que no necesariamente privilegiaban la consistencia de un hotel, más bien experiencias auténticas y preferencia por zonas residenciales alejadas del bullicio de las ciudades. Modificaron y diseñaron incansablemente su plataforma para coincidir con las demandas y expectativas de sus clientes.
Airbnb fue un proyecto rentable recién el año 2016. Tuvo que ajustarse a muchas cosas, incluidas disposiciones, a veces arbitrarias, de gobiernos locales en políticas impositivas y prohibiciones directas al modelo de negocios.
Para el final del año 2019, Airbnb tenía un valor en el mercado de $31.000 Millones de dólares.
Con la pandemia del COVID 19 llegó otra prueba dura. La compañía tuvo que financiar un billón de dólares y reducir el 25% de sus empleados ante la paralización de los viajes y el hospedaje en todo el mundo. Su valor bajó a 17 billones en abril del 2020, casi la mitad en unos cuantos meses.
Pero Airbnb se está ajustando a las restricciones globales y está aprovechando sus ventajas respecto a los hoteles convencionales: cocinas, ausencia de extraños en áreas de recepción, y la posibilidad de “salir sin ir muy lejos”, que resuena bien con personas aún temerosas de los congestionados vuelos aéreos.
Por otra parte, también tiene planificado cotizar pronto en Bolsa y convertirse en una empresa pública. Y es de esperar que ello la consolide en el Olimpo de las grandes empresas.
5.- Bell, la compañía de teléfonos que un presidente de los Estados Unidos consideró insulsa.
Se dice que en 1876 el presidente de los Estados Unidos Rutherford B. Hayes, dijo lo siguiente cuando vio el teléfono de Alexander Graham Bell: “es un invento maravilloso, pero ¿existirá alguien que quiera usarlo?
Después de todo era la época del apogeo del telegrama, y ése año Western Union había enviado cerca de 20 millones de mensajes desde 7000 oficinas y a través de 185.000 millas de cable. Nadie veía posible que el teléfono pudiera alguna vez estar asociado a grandes empresas.
A pesar del escepticismo del presidente, Alexander Graham Bell se encontraba en el grupo de personas que disputaban las patentes relacionadas al invento. Invirtió cuantiosos esfuerzos y mucho coraje en ganar la pelea y lo logró. Fue la primera persona en obtener los registros. Pero inmediatamente después del triunfo, comenzaron las disputas legales. Muchas personas entablaron procesos judiciales contra Bell por las patentes.
Cuando estaba al borde de la quiebra total, Alexander G. Bell se acercó a la poderosa Western Union y le ofreció traspasarle sus patentes por Us. 100.000. La empresa rechazó la oferta, indicando que no veía probable que alguien prefiriese utilizar ése “juguete” en lugar de enviar un telegrama confiable a cualquier parte del mundo.
Pero a pesar de rechazar la oferta de Bell, Western Union se alió con la persona que había quedado en segundo lugar en la competencia por las patentes, y trató de ingresar al negocio. Aumentaron los procesos judiciales y los problemas legales para Bell.
Su suegro formó la “Bell Telephone Company” esencialmente para proteger las patentes. Y luego de duras y costosas peleas legales, Bell y Western Union llegaron a un acuerdo en 1879 en el que esta última accedía a dejar el negocio de telefonía.
Finalmente, en 1894 las patentes concluyeron y la competencia explotó. La Bell Company (ya sin la participación de Alexander que se dedicaba a otras cosas), dio dura pelea y adquirió más de 3000 de sus competidores, incluyendo la Western Union que para entonces había perdido la pelea contra la comunicación por teléfono.
Luego de esto se iniciaron décadas de procesos legales por acusaciones de prácticas monopolísticas y competencia desleal. La empresa no tuvo nunca un respiro. El monopolio natural de la Bell Company (bajo el nombre de AT&T, una de las empresas que se compró y otorgó la marca), fue disuelto finalmente por el gobierno norteamericano en 1982.
Pero el ciclo nuevamente se repitió y las pequeñas empresas “Bell”, que fueron producto del fin del monopolio natural de 1982, empezaron a comprarse entre ellas bajo el nombre de SBC. Luego, en el año 2005, se compró AT&T y se recuperó el histórico nombre.
Una historia de resiliencia.
Bell llegó a ser una de las grandes empresas. Y en esencia lo sigue siendo hasta hoy, merced al trabajo de algunas de sus “subsidiarias”. Muchos actos de comunicación que las personas efectúan ahora en cualquier rincón del mundo, se realizan a través de alguna empresa relacionada a la vieja “Ma Bell”.
6.- Disney. La empresa que salvaron Blancanieves y los siete enanos.
Walt Disney no siempre fue exitoso. De hecho, cuando tenía poco más de 20 años, un periódico de Missouri lo despidió por «no ser lo suficientemente creativo».
Sin inmutarse, Walt y su hermano Roy fundaron “Laugh-O-Gram Studio” en 1921, pero quebraron con rapidez.
Con solo Us$ 40 a su nombre, Walt se fue de Kansas City a Hollywood. Después de una temporada (fallida) como actor, invitó a Roy (su hermano) a fundar el “Disney Brothers Cartoon Studio” en 1923.
Al principio Walt creó cortos con Oswald the Lucky Rabbit, hasta que su productor le robó su equipo de animadores, sus derechos e ingresos. El siguiente personaje de Walt, Mickey Mouse, no era tan popular como Oswald, y Disney fue rechazado por más de 300 banqueros antes que uno aceptara financiar su trabajo. Sin embargo, aunque los pantalones cortos de Mickey eran populares, el negocio tuvo problemas y Walt sufrió una crisis nerviosa.
En 1934, Disney quiso probar un largometraje: “Blancanieves y los siete enanitos”. Su hermano y esposa pensaron que era una idea terrible, especialmente cuando necesitaba hipotecar la casa familiar para financiar el proyecto. La industria lo llamó «la locura de Disney», ya que el costo aumentó a casi Us$ 1.5 millones, seis veces su presupuesto original.
Pero Blancanieves fue un éxito y se convirtió en la que entonces sería la película más taquillera de todos los tiempos, ganando más de Us$ 8 millones durante su lanzamiento original. Sin embargo las siguientes tres películas de Disney (Pinocho, Fantasía y Bambi) fracasaron. Sus animadores se declararon en huelga y las deudas se acumularon.
La televisión se presentó entonces como una oportunidad. El “Mickey Mouse Club” y Davy Crockett generaron ingresos suficientes para financiar el lanzamiento de Disneyland en 1955. A partir de allí, la marca solo creció.
Hoy, Disney es una de las grandes empresas del mercado. Tiene claro liderazgo en la industria del entretenimiento, posee parques temáticos, define estilos de vida y gestiona, incluso, su propia ciudad. Y Walt Disney ganó 22 premios Oscar de la Academia de un total de 59 nominaciones, la mayor cantidad que haya ganado una persona.
Muchas de las grandes empresas que se conocen hoy, casi dejaron de existir en algún momento. Y que esto no haya sido así, es prueba del carácter de las personas, su visión y el amor por los propósitos que siempre supera al miedo y la frustración.
(Fuente: artículo «6 Giant Companies That Nearly Flopped» de Jason Feifer, publicado en la revista Entrepreneur, 1 diciembre 2020. Traducción, contextualización y redacción de Carlos Nava Condarco)
DATOS DEL AUTOR.-
Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.
Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”
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