Hola, Daniel Gaona aquí.
Hoy quiero hablarte sobre algo que me sucedió hace unos años atrás.
Todo comenzó cuando estaba en mi primer trabajo, donde estaba en una oficina de gobierno. Las horas eran muchas y el sueldo, si bien no era malo, tampoco sentía yo que fuera tan justo por el número de horas que me requerían allí.
El horario era de 8 am a 9 pm… pero eso raras veces ocurría, la verdad iba yo saliendo 10 u 11 pm en promedio y además los sábados medio día.
Para mí la situación era ya insoportable… el jefe no nos hacía fácil el tener que trabajar allí y me encontraba rodeado de mucha gente inconforme (no los culpo).
A veces le decía a algunos de mis compañeros… ¿por qué no ponemos un negocio? Muchos asentían con la cabeza dando fe de que es lo que les gustaría pero pocos tomaban realmente acción; y esto era algo que ¡simplemente no comprendía!
Ahorré dinero pues mi intención era irme del país y cuando llegó la mete que me había propuesto ahorrar y finalmente el día llegó, sucedió algo…
Tenía miedo a renunciar y dejar mi trabajo.
Yo mismo no lo podía creer ahora… ¡me había vuelto como el resto de mis compañeros!
Me estaba aferrando a lo que ya tenía y ya no estaba tan dispuesto a realizar el siguiente paso. Cuando de pronto leí esto en un libro sobre cómo llevar la vida que quieres:
Cuando te aferras a lo que te llega en lugar de permitir que se mueva a través de ti, detienes el flujo. Lo acumulas o decides poseerlo, y el flujo se interrumpe.
Esa es la razón por la cual muchas personas se sienten estancadas en sus vidas… no están dejando fluir. Se aferran a lo “poco pero seguro” o a una pareja que ya no resisten o a lo que sea que se aferren y a final de cuentas no llega lo nuevo.
Y a mí me estaba pasando justo eso para el caso de mi trabajo… ¿cómo iba yo a tener otra vida si me aferraba tanto a la seguridad de mi empleo (que por cierto no me gustaba)?
Es totalmente incongruente, así que luego de dejar de pensar (si lo piensas demasiado terminarás no haciéndolo), solo lo hice… ¡Renuncié!
Eso me llevó a muchas aventuras, te mentiría si te dijera que todo fue pan comido a partir de ese punto. Pero a final de cuentas, me llevó a aprender sobre negocios por Internet y eso me ha llevado hasta donde estoy.
Me convertí finalmente en un coach de negocios por Internet.
Y eso… no se compara con la vida que podría haber tenido de haberme quedado en mi trabajo.
Si ya quieres dar ese cambio pero aún no tienes seguridad… ¡deja de pensarlo! Solo hazlo.