En nuestra tarea como formadores de emprendedores, dedicamos gran parte de nuestro tiempo y trabajo a promover en la fe entre las personas. ¿Y porque la fe? Porque la fe mueve montañas; es la fe lo que le ha permitido al ser humano desde la fundación del mundo creer que las cosas pueden cambiar y ser mejor.
Cada vez que una persona asiste a uno de nuestros seminarios sobre emprendimiento, estamos seguros, que la ha movido dos razones: En primer lugar, el deseo de cambio, la persona quiere ser mejor, que su vida tenga un viraje positivo, que la vida sea más productiva y placentera, y en consecuencia, realizante. Y en segundo lugar, el poder de la fe; usted cree que si se puede, que si es posible. Y estos dos factores son determinantes en todo proceso de desarrollo humano, el querer y el creer.
Algunas personas quieren salir adelante, pero no creen que eso sea posible; otros creen que si puede ser posible, pero no quieren lo suficiente; luego se quedan solo en el creer. Pero una fe autentica se compone de tres acciones: Creer, Querer y Hacer. Creer en el cambio, anhelarlo y hacer todo aquello que sea necesario para conseguirlo; y en esto consiste la vida de los emprendedores.
Con el paso de los años, a través de los siglos, el ser humano sea sobrepuesto a las más duras y difíciles crisis; porque ha creído en el cambio, ha anhelado es cambio y se ha puesto es acción para conseguirlo. No basta creer, hay que querer; y no basta con creer y el querer, que son las dos fuerzas que mueven al mundo, la fe y el amor; también está la acción; porque la fe sin obra está muerta, y el amor se demuestra con hechos.
Los emprendedores son percibidos como líderes, porque son orientados a la acción, a tomar la iniciativa; se resisten a ser conformistas o resignados; algo los mueve por dentro; es una fuerza interna que se activa y que los lleva a impulsar a otros; pero el primero que está impulsado es el emprendedor; por eso impulsa a otros a la acción. Y es precisamente, de esa fuerza o impulso de lo que se trata este capítulo, el factor I o factor impulso.
El facto Impulso como un ingrediente vital en el quehacer de los emprendedores; porque estamos convencidos que los emprendedores se forman y se forjan en el día a día, en la “arena del emprendimiento”. Un emprendedor convierte su vida, en diario aplicar del Factor I, (Factor Impulso) Él vive impulsado e impulsa a otros.
El Factor I, se compone de ocho (8) características que deben darse en la vida de todo emprendedor, o en todo proceso de emprendimiento. Y en consecuencia, todo aquel que quiera convertirse en un emprendedor, o fortalecer su perfil de emprendimiento, debe tener en cuenta el Factor I para lograr ese propósito.
1. Interés
Una persona que quiera ser un emprendedor, que esté dispuesto a atreverse a hacer aquello que otros no han hecho, que busque arriesgarse, lo primero que debe ponerle a su vida es Interés. Hoy en día, reina la indiferencia, la apatía; las personas les da lo mismo lo que sucede a su alrededor. La gente vive en somnolencia física, emocional y espiritual.
La gente anda en una pasividad aterradora. Necesitamos poner ánimo a la vida. Si una persona no reacciona, perderá las oportunidades de la vida. ¿Se ha dado cuenta, cual es una de las actividades favoritas de las personas, principalmente en las tardes? El juego, acompañado de licor. Y es de preguntarse, ¿es correcto que en esas horas, que deben ser laborales, productivas, las personas se dediquen al ocio, al vicio y al juego? De ninguna manera es correcto.
¿Cómo será la vida de esas personas? ¿Cómo estará la situación financiera en su hogar? ¿Cómo estarán las cuentas por pagar? ¿Sera que esa persona dedicada al juego está pensando en pagar la renta, en la educación de los hijos? Luego, para salir adelante, para hacer aquello que debe ser hecho, cuando somos conscientes que el tiempo ya llego a su fin, se han agotado los plazos para cumplir compromisos.
Si somos conscientes que no podemos quedarnos quietos, con los brazos cruzados; escuchando lo que todos dicen, “que la situación está difícil”, “que amenaza empeorar”, “que no hay empleo”; si la situación esta así de compleja, entonces solo hay una opción: Despertar; salir de la rutina, hay que ponerle a la vida interés.
Hay que vencer toda indiferencia, apatía; lo primero es interesarse genuinamente, por uno mismo, por los suyos, por el futuro; por el progreso. Lo que hoy no hagamos, tal vez nunca lo haremos, pero luego, no tendremos derecho a lamentarlo. Hay una ley universal, en la que coinciden y convergen todas las religiones y filosofías, la ley de la siembra, “todo lo que el hombre sembrarse, eso segara”.
Si una persona hoy siembra, el día de mañana tendrá que recoger; pero si hoy una persona se levanta, desayuna y queda libre, y no hace nada más; al final del mes, ¿Cuál será la realidad de esa persona? Ese el comienzo, la persona tiene que despertar, pellizcarse, sacudirse; dejar esa abulia, ese marasmo; concientizarse que si la situación no marcha bien, pero si no hago algo al respecto mañana, marchara peor.
Y esa no es la idea. Si no luchamos por lo nuestro, ¿Quién lo va hacer? Por eso enseñamos a nuestros aprendices, los Cinco como del éxito: Tenga una meta, dele importancia a la meta, prepárese para alcanzarla, luche hasta conseguirla y disfrute el logro alcanzado
2. Iniciativa
Una vez que la persona le pone interés a la vida, que toma la decisión de cambiar su situación, que ha entendido que no puede quedarse quieto ni con los brazos cruzados, sino que ya se ha sensibilizado, y esta dispuesto a tomar acción; el paso siguiente es la iniciativa.
Lo primero es aceptar que hay crisis, reconocer que hay problemas, comprender que la situación se puede tornar más crítica y difícil de lo que ya está; entender que si no toma acción de inmediato, luego será tarde; que se está a tiempo, que es el momento de actuar; que estamos dispuestos a que nos hablen claro, con la verdad.
Dice un precepto, “la palabra dicha en su momento, ¡cuán buena es!” Hay personas, que luego de escuchar este seminario, se lamentan de no haber escuchado esto veinte años atrás; porque si hubiera sido así, hoy su vida, sería muy diferente. Imaginemos que la persona ya entendió, pero tampoco se trata que se quede dándole vueltas al asunto, y repitiéndose, “la situación está difícil”, “no hay dinero que alcance”, “no hay bolsillo que aguante”, “todo está por las nubes”.
Lo segundo que debe ponerle a la vida, es la iniciativa. Preguntarse, ¿Qué va a hacer? La vida es de los emprendedores. Si la nevera esta vacía, si la registradora no suena, el emprendedor, se pregunta, ¿Cómo va a cambiar esta situación? ¡Porque eso no puede seguir así! Un emprendedor sino consigue empleo, se pone a trabajar. Así actúa un emprendedor. Hay mucho por hacer. Y siempre habrá alguien que necesite de otro, que le ofrezca eso que necesita, y está dispuesto a pagar por conseguirlo.
Hay que tomar la iniciativa, dar el primer paso. Asistir a una charla, conferencia o seminario de emprendimiento, es parte de ese primer paso. Colocar la vida en las manos de Dios y estar dispuesto a hacer su voluntad; eso es parte del primer paso. Comprar el periódico y tomar la página de empleos y empezar a buscar, eso es dar el primer paso. Diseñar una hoja de vida, reproducirla y empezar a entregarla en diferentes empresas, es dar el primer paso. Hablar con otras personas y ofrecer a trabajar.
Pero nada sucede en la vida, sino damos ese primer paso. Conocimos el caso de dos amigas, que a fuerza de querer estudiar, comenzaron a hacer lasaña y pizza en su casa; la idea nació por la necesidad de ayudarse en sus estudios, y lograron conseguir lo que necesitaban para estudiar, y además, levantaron un negocio propio; porque los clientes, comenzaron a pedir más producción, y se les creció la clientela y el negocio.
Lo que empezó como una actividad ocasional para generar unos pesos para el estudio, se convirtió en una empresa. Todo comienzo es pequeño; pero así el comienzo sea pequeño, el postrer estado puede llegar a ser muy grande. En épocas de crisis, hay dos tipos de personas, los que lloran y los que venden pañuelos. La pregunta, es ¿Dónde quiere estar usted?
Los colombianos somos reconocidos en el mundo por ser alegres, optimistas, creativos, talentosos, trabajadores, emprendedores, así nos ven en el mundo, pero, ¿así nos vemos nosotros? En Colombia hay exceso de talento, pero falta talante, y creer más en lo nuestro. Hay que dar el primer paso; dice el precepto, “el perezoso desea y nada alcanza”.
Cuenta una historia que cuatro ranitas, iban sobre una victoria flotando en un rio, una de ellas dijo: “lancémonos al rio”, ¿Cuántas quedaron? Las mismas cuatro, porque decirlo no es hacerlo Todo lo que usted ha logrado en la vida, ha tenido que ver con un primer paso Una caminata de mil kilómetros comienza con un primer paso. Nadie lo va a hacer por mí, yo tengo que tomar la iniciativa.
3. Inspiración
El Creador nos ha facultado con una poderosa herramienta, la imaginación, la cual podemos usarla para desarrollar una maravillosa capacidad, la creatividad. No se trata de salir a la aventura, porque se ha tomado la iniciativa, sin haber a donde dirigirse. Hay que salir, pero con una idea en mente, y para eso se requiere de inspiración.
Debemos saber a qué objetivo le vamos a apuntar. Pero, ¿Por qué las personas no usan la creatividad? ¿Qué sucede con ese poderoso musculo susceptible de fortalecer y desarrollar? Esto obedece en gran parte, al ritmo de vida moderno; las personas viven agitadas, afanadas, estresadas; y tienen poco o ningún espacio para la creatividad; porque la inspiración viene de tiempos quietos, de aprender a cultivar el espíritu.
Una persona que en un acto de fe y de humildad, se acerca a Dios, implorando sabiduría, puedo asegurarle, que él se la va a dar, va a iluminar la mente y el corazón de esa personas, con ideas tan maravillosas, que es innegable que provienen de una mente superior. A quienes no creen en esta posibilidad, esto no les funciona, y se ven en la necesidad de desarrollar su creatividad de otro modo. Es salir con una idea en mente, con un chispazo creativo.
Los seres humanos contamos con millones de neuronas cerebrales, las cuales casi nunca usamos en toda su dimensión y potencialidad en la generación de ideas creativas. Basta echar un vistazo y mirar alrededor, para entender que todo lo que existe, nació en la mente y corazón de un hombre o una mujer, emprendedores creativos, que haciendo uso de sui imaginación y creatividad, quisieron hacer un aporte a un mundo mejor.
Desarrolle ese poderoso musculo de la creatividad, acondicione su mente, predispónganse, dispóngase a la invención, al producto creativo. Usted puede hacer cosas novedosas, en creatividad nunca está escrita la última palabra. El mundo moderno, la sociedad contemporánea, exige que hoy las cosas no sean hechas, más y mejor, sino nuevas y diferentes. Un nunca temor de las ideas, algunas resultan atrevidas, locas, descabelladas.
Como quien tuvo la idea de llevar un hombre a la luna y regresarlo sano y salvo a la tierra. ¿Acaso es no es una locura? Puede parecer una locura, pero fue posible y esa idea hecha realidad, es el acontecimiento más importante del siglo XX. Hoy somos parte de un mundo de ideas inverosímiles; pero alguien lo concibió, lo imagino, lo creyó, el apostó a esa idea; algunos dieron su vida por su invención.
Pero nunca olvide de las tremendas cosas que puede hacer la mente humana una vez que es inflamada por el poder de la inspiración. Crea que usted puede ser capaz de generar una idea de empresa o concepto de negocio que lo lleve al éxito. Usted puede generarse una idea, una estrategia de generar recursos.
Pobre no es el escaso, es el improductivo. La Biblia lo dice, “en el barbecho de los pobre hay abundancia de pan, pero se pierde por falta de juicio”. ¿Qué es un barbecho? Es un terreno, espectacular para el cultivo, pero no lo aprovechan. Hay capacidades, talentos, que no se usan; nos vamos a ir al cielo con las capacidades sin estrenar. Piense en grande y será grande; piense en pequeño y será pequeño. Dice un precepto, “cuál es el pensamiento del hombre en su corazón, tal es el”.
4. Inventiva
Una vez que tiene la idea, hay que darle forma, cuerpo, estructura. Esa idea hay que convertirla en viable, factible. Hay que darle forma de proyecto. ¿Cómo lo voy a hacer? ¿Cómo lo voy a lograr? ¿Cómo lo voy a materializar? ¿Cómo lo voy a construir? Y en el proceso de la inventiva, va a tener que asesorarse.
Para eso hay expertos en la materia. A las personas que asesoramos, les invitamos a escuchar la radio, para que día a día, vaya alimentando y acrecentando ese espíritu emprendedor, y vaya cultivando sus ideas; también se les ofrece una asesoría personalizada, para ayudarle en su proceso creativo, y se le invita a un curso, para que tome esa idea, y le dé forma de proyecto empresarial o productivo. Lo único que se le pide a la persona, es tiempo. Dedíquele tiempo a su vida y negocio, con la certeza, que a la vuelta de unas semanas, la persona estará feliz, porque se dará cuenta, como sus ideas, ya le están generando recursos.
Nada hay más agradable en la vida de los emprendedores, que cobrar un cheque bien jugoso por una idea que un día tuvo, y la convirtió en proyecto, o producto, y luego, encontró un cliente para ese producto, y el cliente le pago bien; porque esa idea no la dejo en el aire, sino que la aterrizo, no la dejo ir, ni en un nivel primario o básico; sino que la concretó, le dio forma de producto y alguien le recompenso su labor.
Y usted está feliz, porque está vendiendo sus ideas. La creatividad es una herramienta poderosa. Hemos visto los resultados de poner en uso la creatividad, solo que lo que no se utiliza, se atrofia, y la creatividad es un poderoso musculo que hay que tener en constante disciplina de ejercicio.
5. Intrepidez
Hay que ser atrevidos, intrépidos, osados, tener arrojo, coraje; hay que salir, sin temores o venciendo los miedos y temores, y lanzarse a lograr el objetivo. No basta tener el proyecto, bajo el brazo. Hay que salir a venderlo. A Walt Disney, por lo menos veinte banqueros, lo tildaron de loco, que se creía el, que le iban a dar dinero para fabricar un mundo de fantasía; eso no se ha visto, no se ha hecho.
Pero alguien creyó en él; porque el convencido, convence. Es posible que se le cierren muchas puertas, pero alguna se abrirá y esa será la que lo conduzca a la cima del éxito. En el proceso, usted ira madurando las ideas. Cada vez que le dicen, “No”; usted aprende algo y hace el correctivo, de esa manera la idea se va robusteciendo, mejorando. Al principio, llegamos “biches”, “inmaduros” en el mundo de los negocios, en la arena de los emprendedores, pero con el tiempo, se va ganando experiencia, manejo, conocimiento, se va forjando el carácter; y más adelante, lo perciben, como alguien confiable, creíble, alguien que sabe de lo que habla.
Pero hay que salir, arriesgarse; si es el caso, exponerse públicamente; pero va a ganar seguridad, confianza personal, autoridad, y le van a creer. Una vez que tiene claro que es lo que va a hacer, tiene que lanzarse, No se quede imaginando lo que puede ser, ni lamentándose por no hacerlo.
Pablo decía, “Si alguno tiene osadía, yo tendré más osadía”. David fue muy intrépido cuando decidió enfrentar a Goliat, solo que no lo hizo en sus fuerzas, él estaba convencido, que Dios iba con él. Moisés fue muy intrépido cuando se enfrentó a Faraón en Egipto, un hombre con una vara, ante un Faraón, su imperio y su ejército.
Pero al igual que David, él sabía que Dios estaba de su parte. Se necesitan personas intrépidas, osadas, con arrojo, agallas; Que no se dejen paralizar por el temor, que es el más grande inhibidor. Los emprendedores son aquellos que hacen del miedo no un vencedor sino un vencido; también hemos conocido personas con una gran riqueza y capacidad pero se dejan vencer por el temor.
Hay que lanzarse, ser osados, valientes, un valiente es aquel que a pesar del temor cumple con su deber. Cuando empezamos dictando conferencias en las empresas, 20 años atrás, o hacíamos “muertos del susto”, pero hoy en día, después de dos décadas, de arriesgarse, de ser intrépidos; sin perder la humildad ni el temor escénico; pero es a otro precio. Uno gana confianza personal, son millas de vuelo que no se improvisan.
Pero, no esperar que alguien venga a hacernos la tarea, esa es nuestra responsabilidad, y no podemos permitir que nadie la haga por nosotros, eso sería traicionar nuestra capacidad de creer en nosotros mismos y la oportunidad de crecer como seres humanos.
6. Insistencia
No espere que las cosas se le den desde la primera vez. Hay muchos actos fallidos, eso es parte de la experiencia y del aprendizaje. Ojala uno nunca se equivocara ni cometiera errores; que bueno sería que a uno le dijeran desde la primera vez sí: “Sí, ¡aprobado!” Ojala todo fuera tan fácil, pero resulta que la vida no es así. Hay que aplicar la ley de la constancia: Insista, persista, resista y no desista.
En el proceso usted debe seguir, proseguir, hasta conseguir. Desarrollar un carácter de triunfador. Los que perseveran, alcanzan. Hay personas que son muy ilusas, quieren conseguir sus metas en el primer intento, y con el menor esfuerzo. Dicen los abuelos, “tanto va el agua al cántaro, que al fin lo rompe”.
¿Cuantas veces, Moisés se presentó a audiencia con el Faraón de Egipto, para que liberara al pueblo de Israel? Diez veces, y siempre salía apabullado por Faraón, pero no se dio por vencido; fue aprendiendo, y su carácter también se fue formando, hasta convertirse en un dirigente de una elevada estatura espiritual. Los reveses, humillaciones y fracasos, fueron despertando el talante de un gigante de la fe. Y no se trata de ser tercos ni obstinados, pero si convencidos y determinantes.
7. Interdependencia
El emprendedor no trabaja solo, sino en equipo, en sinergia con otros. Sabe que necesita del apoyo y colaboración de los demás. Nadie puede atribuirse el mérito exclusivo de sus logros, porque muchas personas han sido parte de ese éxito. Esto nos recuerda, una señora que amamos mucho, la abuela Ligia, ella siempre nos pregunta, ¿Cómo van los negocios? Bien abuela, muy bien. “Que bien, cuanto me alegra”. Y debemos reconocer que ella es gran responsable de lo bien que nos va en la vida.
Y cuando nos ganamos unos pesos en algún proyecto o negocio, ella nos llama, “¿Cómo le fue, Hijo?” Bien, muy bien. “Qué bueno, cuanto me alegra….estoy orando para que le vaya bien, gane platica y se acuerde de esta viejita”. Ella con sus plegarias, sus bendiciones y sus llamaditas, nos alienta a seguir adelante.
De la manera, que hay una viejita, que se levanta muy temprano a ofrecer sus plegarias y bendiciones; en el camino, nos vamos a encontrar con muchas personas, que nos darán su ayuda y colaboración. Por eso, cuando el emprendedor, este en el pináculo de la gloria, en la cima del éxito, en el pódium de los vencedores; cuando esté recibiendo la medalla de oro, no se ufane, no se enorgullezca, no olvide de todos los que lo ayudaron a llegar allá; del crédito; y comparta con ellos, no solo la alegría del momento, y si es posible, alguna recompensa por su labor.
No se trata de caer ni en la dependencia ni en la independencia, sino de construir sinergias, aprender a trabajar en equipo. Debemos aprender a trabajar con otros. Nadie se ha hecho solo; sería la más grande demostración de orgullo, soberbia, vanidad, enaltecimiento, presumir de ello. Sería una grande muestra de ingratitud, olvidarse de aquellos que han contribuido, así sea de una manera mínima, pero que fue un granito de arena, o una pizca de amor, que ayudó para llegar a la meta. Muchos nos dieron la mano, se colocaron, cual peldaños humanos, para que llegáramos a la cima.
8. Influencia
Es maravilloso, como el testimonio de vida de una persona, su ejemplo puede servir para motivar a otros. Es la manera como un emprendedor impacta a otros con su logros y triunfos personales. Como las enseñanzas que el emprendedor aprender en su proceso hacia la cumbre del éxito, son emuladas por otros que se ven inspirados por su ejemplo, seguir sus pasos. Y es la manera de trascender a su generación.
Es la razón, por la cual, afirmamos, que el mundo es de los emprendedores. La rueda del progreso, a través de los tiempos, la han movido los emprendedores. Hoy en día, este tipo de influencia es muy apreciada. Quien sabe, si en su interior yace dormido un gigante que quiere despertar, un águila que quiere volar, es justo preguntarse, ¿Qué impide que eso suceda? ¿Acaso ha llegado el momento de matricularse en la escuela de los emprendedores?