Las leyes antimonopolio son una recopilación de normas que se oponen a la formación de monopolios, fomentan la competencia en los sistemas de mercado y logran la eficiencia económica (Dogan y Lemley), teniendo en cuenta que el poder monopolista consiste en mantener precios arbitrarios para eliminar la competencia. El término antimonopolio se refiere a la lucha contra las grandes empresas (Wikipedia) que frenan el correcto funcionamiento de la economía capitalista y detienen la fluidez e integración de los elementos que la componen. Por lo tanto, las leyes antimonopolio promueven la competencia, favorecen la economía en la medida en que impulsan el libre mercado y permiten una regulación gubernamental moderada de la economía, protegiéndola de esta manera de los desequilibrios del monopolio que podrían contribuir a afectar su buen desenvolvimiento.
El primer intento político contra los monopolios fue probablemente la Ley Sherman (Wikipedia) aprobada por el Congreso de EE. UU., en 1890, con el objetivo de controlar el comercio. Esta norma establecía que “el poder que controla la economía debe estar en manos de representantes elegidos por el pueblo, no en manos de una oligarquía industrial” (FindLaw). De hecho, la Ley Sherman no sólo disolvió la influencia de las grandes empresas y realzó el valor de los mercados competitivos, sino que permitió que aparecieran otras leyes antimonopolio que desempeñarían un papel decisivo en la economía. Por ejemplo, surgieron la Ley de Comercio Interestatal (1887), la Ley Antimonopolio Clayton (1914) y la Ley de la Comisión Federal de Comercio (1914), por citar algunas (Wikipedia).
De forma específica, la Ley de Comercio Interestatal (1887) luchó contra la discriminación individual y corporativa en relación con el malestar público sobre el sistema ferroviario (Wikipedia). Por su parte, la Ley de la Comisión Federal de Comercio (1914) impidió a las grandes corporaciones participar en el comercio desleal y desigual, definiendo las tendencias legalistas del comercio en ese período (Wikipedia). Del mismo modo, la Ley Clayton Antimonopolio (1914) amplió el poder de la Ley Sherman, al condenar las prácticas comerciales ilegales (Encyclopedia Britannica) y restringir de esta manera otras prácticas de comercio que podrían afectar a la competencia en determinadas situaciones. Estas leyes afirmaban que el control hegemónico de la economía —a través de la existencia de monopolios perjudiciales— no sólo era injusto, sino también ineficaz.
Hoy en día, las leyes antimonopolio controlan los precios y los factores económicos que pueden conducir a la formación de grandes empresas. El gobierno federal, los fiscales estatales y los dueños de pequeños negocios hacen cumplir dichas normas para evitar la “concentración del mercado”, el “poder de mercado” y el “poder de monopolio” (Wikipedia). Vale la pena recordar cómo AT&T enfrentó varias demandas federales y civiles en los años ochenta, del mismo modo que le ocurrió a Microsoft en los noventa. La existencia de unilateralidad en la economía obliga a los clientes a depender de la exclusividad de un solo vendedor, lo que hace que disminuya la calidad de los bienes y servicios. Aunque los sistemas reguladores pueden aplacar la competencia, las leyes antimonopolio potencian la eficiencia económica, al igual que evitan la distribución injusta de la riqueza.
Trabajos citados
Dogan, Stacey L. y Lemley, Mark A. “Antitrust Law and Regulatory Gaming.” Wilson Web. Florida International University. Julio 6, 2009.
Encyclopedia Britannica. “Clayton Antitrust Act.” Encyclopedia Britannica Online. Julio 6, 2009. https://www.britannica.com/money/Clayton-Antitrust-Act
FindLaw. “United States versus Columbia Steel Co., 334 U. S. 495 (1948).” http://caselaw.lp.findlaw.com/scripts/getcase.pl?navby=case&court=us&vol=334&page=495
Wikipedia. “United States Antitrust Law.” Mayo 2009. https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_antitrust_law