Debemos de intentar hacer que nuestro cambio de las vacaciones al trabajo sea lo menos traumático posible y centrarnos en los positivo de la vuelto a nuestra dura rutina. Se estima que el 30 por ciento de los trabajadores sufren o van a sufrir un síndrome postvacacional, o una depresión, durante las próximas semanas a la vuelta al trabajo.
Este síndrome o depresión se basa en la sensación que tienen los trabajadores a la reincorporación a su lugar de trabajo tras acabar el periodo de vacaciones, los cuales se caracterizan por tener falta de energía o motivación y tristeza.
Los síntomas del síndrome postvacacional son la apatía, seguida por el cansancio o la falta de energía y concentración para realizar las tareas del trabajo. En algunos casos más graves incluso se puede llegar a causar dolor de cabeza, ansiedad o malestar general.
Es difícil elaborar un perfil de los trabajadores que son más propensos a sufrir esta sensación, pero según el entorno de trabajo y las características personales lo pueden facilitar.
Po esto, se puede destacar que las personas con mayor probabilidad de sufrir este síndrome o depresión son aquellas personas que tienen una menor resistencia ante la frustración en el ambiente laboral.
Se puede considerar también que aquellos trabajadores que disfrutan de vacaciones largas, además de las que trabajan en entornos desagradables, los que no se ilusionan por su trabajo y los que se pelean con un mal responsable, ya sea porque no les valora lo suficiente o porque les considera incompetente para realizar sus funciones.
Por lo que hemos analizado, existen diferentes medidas para ayudar a prevenir y combatir este síndrome o depresión, para así conseguir que nuestra vuelta al trabajo sea mucho más agradable:
- Una de las primeras que podemos tomar es levantarse pronto unos días antes para reincorporarse a nuestro puesto de trabajo. Así, el trabajador le resultará más fácil la vuelta a la rutina del día a día, ya que se adapta antes de empezar a trabajar a los horarios habituales.
- La segunda medida que podemos tomar es volver de vacaciones unos días antes. Al igual que lo que hemos visto anteriormente, esto ayudará al trabajador a aclimatarse forma más lenta a su vida rutinaria en el trabajo.
- La tercera medida podría ser dividir los días de vacaciones. Como hemos visto antes los trabajadores que son más propensos a sufrir el síndrome o depresión postvacacional tienen periodos vacacionales más largos, por eso, es aconsejable dividir estos periodos tan largos del verano para hacer la vuelta nuestra rutina laboral menos traumática.
- La cuarta medida por ser ver el lado positivo de volver a nuestra rutina y entorno laboral. Debemos de interpretar de forma positiva el fin de las vacaciones, ya que así nos resultará más sencillo volver. Esto es posible si se evita pensar que el trabajo se ha vuelto una carga y enfocar nuestra visión hacía otra perspectiva muy diferente.
- Una quinta medida podría ser poner el despertador cinco o diez minutos antes. Esto, sobre todo, los primeros días de la reincorporación, ya que salir antes de la cama nos ayudará a tener más tiempo para organizarnos para ir al trabajo, evitar las prisas y el estrés que nos puede causar esto.
- Una sexta medida que se podría adoptar es no cargarse de trabajo durante el primer día. En consonancia de la medida anterior, para hacer más fácil la vuelta al trabajo es mejor hacer de una forma paulatino, es decir, poco a poco, ya así el cambio será más agradable y no sufriremos tanto.
- La última medida, podría ser realizar actividades saludables. Es decir, aunque no se algo directamente relacionado con nuestro trabajo, hacer deporte y llevar una buena alimentación influye. Con deporte se puede entender también hacer paseos con nuestro perro de una hora. Por eso, es algo que tampoco se debe descuidar los primeros días que volvamos a nuestro trabajo.