En principio quisiera recordar a todos los presentes que la ética de la empresa nació en los años 70 del siglo XX, en Estados Unidos, y se le da el nombre de Business Ethics.
En español la traducción que se le ha dado es Ética de la Empresa, porque nos parece que eso de ética de los negocios no es suficiente; una empresa no es nada más un negocio, no se trata de hacer únicamente un negocio y olvidarse de lo demás, sino que la palabra empresa es mucho más hermosa.
Al ser uno empresario o emprendedor, se está llamado a grandes empresas o tan siquiera a empresas de la vida cotidiana. El empresario tiene que ser alguien que tenga imaginación, capacidad de liderazgo, que quiera llevar detrás a un grupo que crea en su proyecto y que juntos quieran perseguir una meta; entonces, ya en la expresión nos pareció importante, a la hora de traducir, no hablar puramente de negocio sino hablar de empresa y de ética de la empresa.
En Estados Unidos nació en los años 70 y después paulatinamente fue entrando en Europa y América Latina. Hoy en día hay una gran cantidad de cátedras y publicaciones de ética de la empresa y una gran cantidad de grupos del mundo empresarial que están trabajando desde perspectivas éticas.
Yo insisto en ética y no tanto en responsabilidad. Creo que el tema de responsabilidad social es central y que hoy día está tomando un auge enorme y que hay que aprovecharlo, ya que es algo que puede transformar las empresas desde dentro, tal como lo que ustedes hacen.
Me gusta recordar que la responsabilidad social de la que luego hablaré, el triple balance económico y ambiental, tiene su entronque no en el simple balance sino en una auténtica ética, y ética quiere decir carácter; la palabra viene de ethos. Todas las personas nacimos con un temperamento que no elegimos. A lo largo de la vida vamos tomando distintas decisiones, y con ellas, vamos forjando distintas predisposiciones.
Si nos acostumbramos a tomar decisiones justas, adquirimos la predisposición a actuar con justicia, si nos acostumbramos a tomar decisiones prudentes, adquirimos la predisposición de actuar prudentemente, de tal manera que cuando uno ya ha adquirido una predisposición en un sentido determinado, es muy difícil actuar en el sentido contrario. Cuando uno ya está acostumbrado a fumar es muy difícil dejar de fumar, cuando uno
está acostumbrado a salir a la calle con un pie es muy difícil tomarla con el otro, cuando uno está acostumbrado a ser justo las injusticias le duelen, cuando está acostumbrado a corromperse ya no lo nota, la verdad es que nacer con un determinado temperamento y tener que ir forjando esas predisposiciones es inevitable, lo hacemos todos, todos nos vamos forjando unas predisposiciones u otras, no tenemos más remedio que ir forjando esas predisposiciones.
A las predisposiciones para actuar bien se les llama virtudes y a las predisposiciones para actuar mal se les llama vicios.
Pero en general ¿qué son las virtudes? Son las predisposiciones para actuar con justicia, prudencia, honestidad, etc., y ¿qué son los vicios? Pues lo contrario, la predisposición para actuar con injusticia, imprudencia, opacidad, deshonestidad, etc.
La palabra virtud no está muy bien vista en los últimos tiempos, parece que en algún tiempo decir que alguien era un dotado de virtudes era un piropo y ahora más bien es un insulto, el símbolo de las virtudes no se lleva mucho, incluso en España se acostumbraba nombrar a las hijas virtudes pero ahora a nadie se le ocurre porque parece ser contracorriente.
La palabra virtud, si ustedes lo recuerdan, en griego se decía arethe y quiere decir excelencia; las virtudes son excelencias, el virtuoso es el excelente, en justicia, en prudencia, el que trabaja en este sentido y hasta tal punto que es excelente en eso.
Durante mucho tiempo se discutió sobre si las organizaciones empresariales o si sólo las personas tienen o no carácter. Todas las personas ser forjan un carácter de uno u otro tipo, pero las organizaciones tienen también un carácter: se lo forjan, se puede decir que tienen una identidad, conciencia, toman decisiones desde unos valores.
Hay empresas que son más virtuosas que otras, más excelentes que otras, yo creo que las organizaciones se forjan un carácter. Las personas que nos acercamos a una empresa percibimos cuál es el carácter de sus productos, cuál el de sus trabajadores, cuál el de sus líderes, así que percibimos desde donde se están tomando las decisiones y desde qué sentido.
Realmente entiendo que la ética de la empresa trata del carácter de las empresas, de cómo las empresas se tienen que forjar un carácter y en que sentido se lo tienen que forjar.
Naturalmente el carácter es un trabajo de medio y largo plazo, por eso la empresa no es un negocio de un día. El carácter de la empresa se forja en el medio y largo plazo, es necesario repetir actos, ser creativos, forjar esa solidez de la identidad de los valores de la empresa que inspira confianza en la gente que la conoce.
Para forjarse el carácter se necesita compenetración entre la gente de la empresa, conocimiento de los valores que nos interesan, hacia donde vamos a ir… ¿y si nos interesa un código?, ¿por qué nos damos ese código?, ¿por qué queremos ese código?
En tiempos como los nuestros el cortoplacismo es una característica, el tener que tomar decisiones a corto plazo, cuando la solidez y el carácter se forjan en el medio y largo plazo que es en tiempo humano.
Los clásicos decían, que como nos tenemos que forjar un carácter, pues lo inteligente es forjarnos un buen carácter, es de estúpidos forjarse un mal carácter, porque si de cualquier forma nos lo hemos de forjar, más vale que sea un buen carácter.
Un buen carácter sería fundamentalmente forjado en la prudencia y la justicia. La prudencia, como saben, es una excelente virtud para tratar de captar cuál es le termino medio, cuál es la jugada oportuna, pero por sí sola no es suficiente si no es en el marco de la justicia, porque alguien puede buscar prudentemente lo que le conviene pero no tener en cuenta el marco de la justicia con la que se toman las decisiones. Es importante forjarse un carácter prudente y justo, y si eso ocurre en las personas, también en las organizaciones.
La ética de la empresa debería tratar sobre cómo ir forjando en el día a día un carácter prudente y justo que ayude a tomar decisiones prudentes y justas en los ámbitos de la empresa.
Si nos forjamos un buen carácter estaremos, como decía Ortega y Gassette, “altos de moral”. La palabra moral es muy bonita y en ocasiones ha sido muy desprestigiada. Ortega decía que a él no le interesaba utilizarla en el par moral-inmoral, sino como estar alto de moral o desmoralizado.
Importa estar altos de moral, nadie quiere estar bajo de moral o desmoralizado, porque cuando te encuentras bajo de moral o desmoralizado, no tiene ganas ni siquiera de vivir, de ser proactivo o de tomar decisiones. El alto de moral se anticipa al futuro, es proactivo, lo crea, intenta ganarle la mano, porque tiene la moral alta.
Es importante forjarse un carácter justo y prudente y no estar desmoralizado, y si esto es importante en las personas, también lo es en las organizaciones empresariales, por una parte porque una empresa que está alta de moral y con un buen carácter tiene muchas mas probabilidades de ser viable. No digo que tenga garantía porque nadie garantiza nada, pero hay que aumentar las probabilidades. Y si la empresa tiene un buen carácter y además está alta de moral es mucho más probable que aumente su competitividad y que sea viable, que es a fin de cuentas la tarea de la empresa a mediano y largo plazo.
Yo entiendo que esa es la tarea de una ética de la empresa que intenta esa forja de carácter, es decir, que la empresa esté alta de moral.
Para ello me parece que hay dos principios centrales dentro de esta concesión de la ética, en una sociedad pluralista como la de hoy: “el fin en sí mismo” (Kant) y el principio del que habla la “ética dialógica”.
El principio de “el fin en sí mismo” dice que toda persona es un fin en sí mismo y no puede tratársele como medio solamente: quiere decir que todos nos tratamos como medios, eso es inevitable. El comprador trata al empresario como un medio y el empresario trata al cliente como un medio. El profesor trata a los alumnos como medio y todos nos servimos unos de otros. Lo que no podemos hacer es considerarnos unos a otros sólo como medios, sino que hemos de darnos cuenta a la vez, de que cada uno de nosotros es fin en sí mismo, es decir, que cada uno de nosotros tiene un valor absoluto.
Me preguntaba un académico que si hay algún valor absoluto. En la línea de Kant valor absoluto quiere decir lo contrario que valor relativo… valor relativo quiere decir que algo tiene valor para… valor absoluto quiere decir que algo vale en sí mismo, no vale para otra cosa, es en sí mismo valioso. En la persona quiere decir que no vale para otras cosas, sino que es absolutamente valiosa
en la medida que vale en sí misma, y por eso el principio supremo de la ética moderna es el principio de la no instrumentalización.
El fin de la actividad económica, el de la actividad empresarial, así como el fin de la actividad sanitaria o el de la actividad universitaria son las personas, y tienen que estar al servicio de las personas que son fines en sí mismos y no medios. Lo bueno de este principio de la ética es que es el mismo de la ética cívica y como ustedes se habrán dado cuenta, es un principio que está totalmente de acuerdo con la ética cristiana que señala que las personas son sagradas porque están hechas a imagen y semejanza de Dios.
Dicho en la afirmación religiosa o en la secular de la filosofía, el valor absoluto de la persona es el mismo. Creo que es bueno que haya coincidencia en ese principio que es un principio supremo tanto de la ética cristiana como de la cívica.
El diálogo dice que toda persona es un interlocutor válido que hay que tener en cuenta cuando se trata de cuestiones que la afectan. Es el principio de la ética del diálogo que hoy en día tiene una enorme aplicación en el mundo empresarial. Es desde el punto de vista ético la base de la concepción de la empresa como un conjunto de stakeholders, un grupo de afectados por la actividad empresarial que tienen que ser tomados en cuenta cuando se toman decisiones que les afectan.
En ese sentido la empresa no es un negocio de usar y tirar sino que es un conjunto de accionistas, trabajadores, clientes, proveedores, comunidad local, etcétera.
¿Dónde se insertará la responsabilidad social de las empresas? Me parece que el hueco es clarísimo. El tema de la responsabilidad social tiene una largar tradición e historia, pero en los últimos tiempos ha habido dos posturas que me parecen las más debatidas:
La de Milton Friedman que señala que la responsabilidad social consiste en crear valor para los accionistas. Ellos son los propietarios de la empresa y la empresa es su instrumento. La visión de Friedman es que las empresas tienen que actuar honestamente; si cada empresa crea valor al accionista, entonces todas crecerán para dentro y para afuera.
La segunda visión engloba la de Friedman pero la mejora, es la que considera que la responsabilidad social consiste en el compromiso que adquieren voluntariamente las empresas de hacer un balance integral, social y económico, porque se comprometen con todos los afectados por la empresa. Dentro de ese compromiso se trata de contemplar no sólo el beneficio de los accionistas sino evidentemente el de todos los demás.
Si se piensa bien, lo que se está queriendo decir es que las empresas funcionarán mejor si se tienen en cuenta los intereses de todos los afectados por ella. El beneficio del accionista va a aumentar si se toma en cuenta a los demás; una empresa que es prudente se da cuenta que si hay una buena relación entre los afectados por la empresa, se asegura mucho más su viabilidad y el aumento del beneficio para el accionista.
Como ustedes saben responsabilidad social no es lo mismo que filantropía, ésta se centra en el desinterés y la responsabilidad social en el bien común. Lo que se busca en la empresa responsable no es que actúe desinteresadamente sino que busque el bien común, de lo contrario es injusta e imprudente y miope por ser egoísta. La empresa responsable socialmente es prudente porque tiene en cuenta tanto a los afectados como a los accionistas.
Finalmente, ¿es una cuestión de ética o cosmética? La empresa que solo quiera aparentar se delatará pronto porque los consumidores no son tontos. Las organizaciones cívicas están dispuestas a denunciar casos de corrupción; los trabajadores que están en una mala situación se sienten injustamente tratados y no rinden lo mismo, no es lo mismo ponerse un maquillaje que tomar vitaminas y tomar deporte, esto es formarse un buen carácter, lo mismo pasa con las empresas, si se tiene un buen carácter esto será atractivo para los demás, de ahí que recomiende la ética y no la cosmética.
Preguntas
- Los que tienen carácter son las personas, las que tienen ética por ende son las personas que están constituyendo una empresa, pues la finalidad de la empresa es satisfacer necesidades humanas a través de la obtención de beneficios pero hay que ofrecer artículos que satisfagan las necesidades de las personas. La ética es de las personas o de las actividades de las personas, la ética empresarial es de la actividad de las mismas, para desarrollar la actividad hay que pensar cuáles son las metas, pero todo esto es de las personas y de la organización, por eso es importante recordar que el lado humano es el que tiene que tener ética.
- El mercado es un mecanismo de asignación de recursos, institución económica humana, de ahí que las planificaciones centralizadas no funcionen, el motor debe ser el mercado, la economía moderna se basa en la oferta y la demanda. Las instituciones políticas tienen la tarea que cumplir en las sociedades, tienen que cumplir por lo menos en satisfacer los derechos humanos de primera y segunda generación de acuerdo a sus ciudadanos: libertad expresión, aceptación, reunión, desplazamiento, derecho a ser defendidos, derecho a un ingreso básico, atención sanitaria, educación de calidad, derecho al empleo, a la jubilación. Pero esto es lo mismo. La economía tiene que ser ética, pues tiene por meta crear riqueza y crear una buena sociedad (dicho por el Premio Nóbel de Economía).
- A través de la responsabilidad social se puede intentar cambiar el fenómeno de la globalización. Empresas y las organizaciones cívicas, durante mucho tiempo se ha dado casi toda la responsabilidad a los políticos y al Estado, sin embargo la globalización es económica, de ahí que las empresas y organizaciones si no se responsabilizan no habrá cambio en la globalización, pero las organizaciones cívicas que son trasnacionales teniendo una responsabilidad mayor, no tanto como la de sustituir al estado cuando en las empresas y la política no estén cumpliendo las tareas que deben de cumplir, sino más bien denunciar el hecho del incumplimiento.
- Los que reciben son los inversores porque ven a la empresa como un negocio, esto es poco inteligente, debería interesarse por verlo como lo que es, algo más interesante, verla como un grupo humano, interesarse por ver el bien de la empresa e involucrarse en la toma de decisiones. Cuando las cosas son muy cambiantes, decía Castell, y no sabemos a dónde vamos, quiénes somos, qué queremos esto no nos da confianza y es posible que nos difuminemos muy rápido; las empresas que tengan mayor confianza tendrán mayor viabilidad, por ello se deben interesar también por dejar de ser tan individualistas y velar por los intereses de la empresa pues son suyos.
El individualismo posesivo es ética que da comienzo al capitalismo. Pienso que hay un desequilibrio entre el tipo de ética que se fomenta y lo que se espera de las personas. Creo que la persona es valiosa por sí misma y no debe entrar en una colectividad donde tomen decisiones por ella. El individualismo posesivo es la teoría que piensa que yo soy la dueña de mis facultades y del producto de mis facultades sin deberle nada a la sociedad, por lo cual, lo que tenga es mío sin importar cómo lo haya conseguido, por eso ha triunfado esta ética individualista. Por eso es muy difícil pedirle a la gente que muestre algo de solidaridad, pues la solidaridad llega hasta donde yo vea que me pueda afectar negativamente, pues sólo se ve por nosotros, nuestra familia y nuestros amigos, realmente es contradictorio porque si todo el tiempo se esta animando a la gente que luche por lo suyo porque le corresponde, cómo se le pide que se espera que sea solidario.
La ética que debería estar en la base de la globalización debiera ser la del reconocimiento recíproco, en mi libro Alianza y Contrato hablo de la doble tradición, la tradición del contrato social donde el individuo sella un contrato o pacto para entrar a una empresa, política y hay que cumplir con ellos. Me parece estupendo y fenomenal que haya contratos políticos y empresariales y que se cumplan, pero la relación con las demás personas no se ha firmado contrato e igualmente son personas. Por eso pienso que no basta la parábola del contrato, sino la de la alianza y la del reconocimiento recíproco. Cuando crea al hombre, Dios se da cuenta que hay algo malo, y es que el hombre no puede estar sólo, lo ve al momento de observar a los animales en pareja, es ahí cuando hay reconocimiento de falla y crea a la mujer, Adán se reconoce como persona cuando reconoce a Eva como semejante.
Cuando firmamos contratos es porque nos hemos reconocido como personas y porque hemos reconocido a otros como personas, esto nos dice la parábola de la alianza, por ende la categoría básica es la de persona-persona. El reconocimiento del otro interlocutor es básico.
Si se empieza a hacer el cálculo prudencial y se piensa que cada afectado es un interlocutor válido, la globalización tendría un sesgo muy diferente, tenemos que dejar de pensar en el individualismo para poder esperar solidaridad a cambio.
- Los cambios vienen desde distintos frentes, tenemos la fortuna que el tema de la ética empresarial está interesando al mundo entero, por ello hay que tomárselo muy en serio y aprovecharlo, a mí me parece muy interesante que el Impacto Global se tome en la UNESCO y que en cada uno de los lugares haya gente que intente trabajar en ello. Cuando uno empieza a querer entrar al cambio hay que empezar por la pregunta ¿cómo hay que hacerlo?, entonces a fuerza de decirnos que todo se hace así, como todos lo hacen y el que no lo siga se sale de la fila, se va rompiendo ese círculo vicioso transformándose en círculo virtuoso.
- La autonomía no esta mal, desde la perspectiva Kantiana quiere decir que yo tomo por buenas aquellas leyes que universalizaría.
La tolerancia sería el respeto a otras opiniones distintas de la nuestra, siempre y cuando cumplan unos mínimos de justicia, creo que hay que optar por el respeto porque la tolerancia es un tanto pasiva.
Que cada uno sea el criterio de lo bueno y de lo malo, creo que socialmente es bastante difícil de mantener porque vivimos en sociedad y al final no tenemos mas que atenernos a normas establecidas por el grupo al que correspondemos. Si de lo que se trata es de intentar transmitir valores, hay que empezar por la educación en la familia y en la escuela, ahí es donde se transmiten los valores en principio, los medios de comunicación también los transmiten pero pueden quedar desactivados si desde la familia y la escuela los atacan, es un problema que tiene que resolverse desde los núcleos de solidaridad primaria.
En una sociedad las familias y las asociaciones son un capital ético muy fuerte.
- Los grandes cambios empiezan por los grupos pequeños que van demostrando que es posible hacer las cosas de otra manera y la gente se va contagiando.
- El tema de la vida laboral-familiar es uno de los puntos más fuertes de la responsabilidad social dentro de la empresa, porque esa vida familiar es una parte sustantiva de ellos que tiene que ser articulada de alguna manera con el trabajo de tal modo de la gente pueda atender su vida familiar y laboral.
- La responsabilidad social es parte de la ética para tomar a la persona como un fin en sí mismo y como interlocutor válido, es un tren que esta pasando y hay que tomarlo, no dejarlo ir, aprovechar la oportunidad y darle una buena estación. La ética se debería explicar en todas las universidades donde haya empresariales y en todas las escuelas de negocios, desde el principio, pues hay que enseñar los valores, virtudes y principios del empresario, y más bien se debería enseñar en todas las carreras para que cada uno sepa que es lo que se requiere en su ámbito laboral.
Dra. Adela Cortina Orts, Catedrática de Ética de la Universidad de Valencia y Directora de la Fundación ÉTNOR para la ética de los negocios y las organizaciones.