Gracias al estudio del Observatorio de Cetelem en doce países de Europa -España, Hungría, Italia, Alemania, Eslovaquia, Rumanía, República Checa, Reino Unido, Rusia, Polonia, Portugal y Francia- se ha concluido que el cinturón de la crisis obliga a la clase media europea a revisar sus prioridades para asegurar el futuro. No obstante, no todo va tan mal. Las clases medias opinan que sus situación económica, en cualquier caso, sigue siendo mejor que la de sus padres.
Las clases medias son el corazón de la economía en Europa. Son las que sostienen el consumo y, por ende, el motor de la economía del viejo continente. Sin embargo, desde hace unos años han venido sufriendo una crisis detrás de otra que han ido minando su estado de ánimo, ya que sólo el 37% considera que, en los últimos tiempos, ha mejorado su situación económica.
No obstante, las clases medias afrontan el golpe y valoran con lucidez su situación económica que consideran, en términos generales, satisfactoria.
Con respecto al futuro, Europa se divide en dos clases: En la parte oriental todavía prevalece el sentimiento de que vendrán días mejores en los que el nivel de vida aumentará aunque sea a base de esfuerzos. En la parte occidental, sin embargo, las clases medias esperan mantener su nivel de vida mediante la reducción de algunos gastos sobretodo las partidas destinadas a la vida diaria, es decir, ahorrando más. Conscientes de lo que han progresado respecto a sus padres, saben que la subida en el escalafón social les ha funcionado y temen ser la última generación en vivir mejor que sus progenitores. De ahí, nace su fuerte voluntad de mantener el nivel de gasto destinado a sus hijos, aunque para ellos haya que hacer sacrificios.
Para mayor información sobre este estudio, no dejen de visitar la página del Observatorio de Cetelem.