De pronto me sentía agobiado, ¡la situación nunca va a cambiar!, me decía repetidamente en mi cabeza.
Seguramente te has sentido así, sobre todo si has decidido emprender tu camino propio fuera de los “estándares de la vida” que son: estudiar una carrera y terminarla, conseguir un buen trabajo y bien remunerado, casarte, tener hijos y todo lo que comúnmente te dicen que hay que hacer (al menos en mi familia dicen este tipo de cosas).
De alguna manera yo sabía que eso que me decían en casa era lo que “tenía “ que hacer con mi vida, no obstante y por alguna razón… ¡no me sentía bien con ello!
Yo no quería un trabajo de 8am a 9pm con buen sueldo, tampoco quería casarme tan pronto saliera de la universidad, de hecho ni siquiera sabía si quería casarme o no. Lo principal era: ¡quiero libertad de moverme a donde quiera cuando yo quiera!
Esta idea desde luego hizo que más de una persona dentro de mi familia se fuera de espaldas y recibí numerosos ataques verbales disfrazados de “mensajes de amor” y consejos para “mi mejor bien”.
Caramba, hoy en día sé que mi mejor bien es aquel que me haga sentir bien y que cause el mayor bien para mi entorno.
El punto aquí fue que al momento en que decidí dar ese “salto hacia el vacío” y renunciar a lo que fue mi último empleo, el camino se tornó confuso y sin saber exactamente a donde ir.
Durante literalmente años, anduve probando esto y aquello y sin saber exactamente a donde quería ir.
La estrella polar
Una vez que probé y experimenté todo lo que no quería hacer y entré en una catarsis de vida, ya tenía bien dibujado en mi cabeza qué no quería ya en mi vida y más importante aún: ¡ahora sabía qué exactamente quiero!
A este saber de lo que exactamente quiero le denomino “la estrella polar”, y es así porque le da dirección y sentido a la vida.
Vivir tanto tiempo y riqueza de emociones negativas no es tan negativo después de todo si al final del proceso terminas por saber qué es exactamente lo que deseas experimentar de la vida.
De hecho no es necesario que el periodo de emociones negativas sea tan prolongado, lo que hace que se prolongue es la cantidad de opinión de “no debe ser” que tenemos hacia ello, pero si logramos acortar este “no debe ser” puede que te sorprendas al tener giros radicales sobre tu vida en muy poco tiempo.
El cambio es bueno y es imperativo… sufrirlo es opcional.
La situación es temporal y no debes verla como algo permanente porque aunque no lo quieras… está destinada a pasar, mientras más te aferres en pensamiento y emoción (sobre todo si son negativos ambos), más harás que perdure.
Lo mejor es relajarte (no no hablo de resignarte) y aceptar que debido a decisiones que has hecho es que has terminado como estás.
Por lo tanto, ¡puedes comenzar a cambiar de decisiones hoy mismo! Y construir un nuevo futuro para ti.
Sé que puede que te digas: pero la verdad es que soy malísimo decidiendo; entonces apresúrate a decidir mal lo más pronto posible, las malas decisiones también pasarán, pero tienes que apresurarlas.
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