Estoy de vuelta luego de unas largas vacaciones, las cuales tuve la dicha de compartir con toda mi familia.
Recuerdo que el último día del año 2018, hice como siempre mi ritual de comer las 12 uvas- cada una de ellas representan los meses del año por venir -y pedir un deseo por cada una.
¿Y qué tiene esto de especial si la mayoría de las personas hace lo mismo? Hasta aquí no hay nada nuevo.
Bueno, pues que al igual que el año pasado, lo que hice fue apartar un lugar a solas dedicando total concentración y seguridad en el deseo que pedía con cada uva. Aquí estuvo la diferencia, pues lo planifiqué con anterioridad y me tomé el tiempo necesario para trazar mis metas para el año nuevo.
No simplemente comí las uvas y repetí como una lora deseos que después ni me acordaría, como hice en años anteriores.
Utilicé una estrategia que había aprendido de Agustín Bravo, algunos años atrás, pero que por cuestiones de la vida no apliqué hasta el anterior año. Posteriormente, fui incorporando otras enseñadas por Luis Eduardo Barón.
Utiliza lo que aprendiste
Como yo, tú también puedes seguir útiles consejos y prácticas de otras personas, pero lo importante es que tomes acción y lo hagas.
Ya sea con uno u otro método, lo que vale es que lo pongas en práctica.
Por lo pronto, voy a contarte cómo hice esta planificación en 5 pasos:
1- Confeccioné una lista
Escribí una lista grande de metas por cumplir. Incluí todas las que venían a mi mente y luego fui eliminando las que no eran importantes. Al final, me quedé con 12 que representaban los meses del año. Ni una más, ni una menos.
Hice una nueva revisión y las clasifiqué por orden de importancia y a corto plazo, considerando que cada una debía traer a mi vida un beneficio. Por lo cual cada meta que escribí fue Clara, Específica, Detallada y Medible.
2- Puse fecha
Se dice que nuestra mente trabaja para conseguir que las cosas se hagan de la manera en que lo determinamos, por ello indiqué una fecha precisa para el cumplimiento de cada meta. Como en el caso del mes de setiembre; en dicho mes el objetivo es más grande que el de los meses anteriores, por tanto lo que hice fue dividirlo en sub-fechas y quedó más claro- lo voy a hacer, dando pasitos de bebé, con el propósito de no tener que aplazar dicha meta -.
3- Identifiqué obstáculos
Me di cuenta que llevaba años queriendo alcanzar una meta en especial, por lo que me hice varias preguntas, entre ellas ¿Cuáles son las razones que me detienen para alcanzarla?
Deduje que yo misma me impuse una limitación y es por eso, que no he logrado llegar a lo que tanto quiero alcanzar. Lo que ha hecho este pensamiento, es generarme obstáculos y detenerme para realizar lo que deseo.
4- Me propuse desarrollar algunas habilidades
Es verdad que hay que soñar en grande, pero también es verdad que para lograr lo que quiero, debo prepararme.
En mi caso quiero participar en una conferencia para diseñadores de productos digitales y eso está muy bien, pero me es indispensable hablar más fluído inglés; por lo que mi habilidad a desarrollar para alcanzar mi meta debe estar enfocada a dominar este idioma.
5- Buscar compañeros de equipo
(si lo hago sola, me demoraré más)
En el análisis de cada meta, me pregunté ¿Lo puedo hacer yo sola o por el contrario, necesitaría de alguien que me apoye en alcanzarlas?
Con este objetivo en mente, elaboré una lista de cada persona con la que podría trabajar, de las habilidades que poseía, cuales de sus conocimientos me podrían ser de utilidad y también, en qué yo los podría ayudar a su vez.
Me di cuenta: Para alcanzar mis metas, debo ayudar a otros a alcanzar las suyas.
El trabajar sola, probablemente provoque que mis metas se vean demoradas. En algunos meses necesito la colaboración de alguien más, en otros no es tan necesario pues son cosas que dependen solo de mí.
Te compartí mi proceso y cómo planifiqué mis metas anuales.
Ahora es tiempo de que traces tus metas y construyas un plan que sea efectivo.
En ocasiones se presentarán obstáculos, ideas, palabras que te llegarán diciendo que eso no es posible de hacer, que lo que piensas es una locura y bla bla bla…
Yo te digo algo: Si tu meta es grande y en verdad la quieres lograr, nada ni nadie puede decirte que no lo harás.
Enfrenta los obstáculos: planifica, prepárate.
Necesitas obtener los conocimientos que te faciliten conseguir lo que quieres alcanzar. Por ejemplo, si tu plan es abrir un restaurante y lo llevas posponiendo años, debes prepararte como mínimo en saber manejar al personal que vas a contratar.
Desarrolla habilidades, si tu caso es que debes tratar con varios proveedores del exterior y te falta dominar un idioma en especial, es el momento de dejar de perder el tiempo y entrar a clases intensivas.
Busca ayuda. No trabajes solo, colabora con otras personas.
Revisa cada semana que te falta para lograr la meta del mes, y si debes hacer ajustes. Considera qué te hace falta para que al final del mes se haya cumplido.
Luego, reúnete con tu equipo cada tres meses y revisa si se están cumpliendo. Ve midiendo tu progreso.
Si llegan a ti tareas u objetivos nuevos, agrégalas a la lista por orden de importancia y dedícate a cumplir lo que mejor ganancia te dé. Y no te hablo solo de ganancia económica, sino también mental.
Al comienzo te puede resultar muy pesado hacer todo ésto, pero creéme ¡Tiene sus recompensas! Este es el segundo año en que lo hago así y el anterior me trajo resultados positivos. Por lo que me atrevo a decirte: SI FUNCIONA.
Hazlo de la forma que mejor se adapte a tu forma de trabajar; en mi caso lo hice por pasos y tomando en cuenta su prioridad.
Sin importar en qué consiste tu meta, considera que cada una de ellas requiere tiempo, esfuerzo, trabajo y concentración.
Por lo pronto, una de mis metas es compartir contigo contenido de valiosa información para que lo apliques en tu negocio.
Me gustaría colaborar en las tuyas, solo házmelo saber.