Son muchas las creencias que desde pequeños escuchamos y poco a poco, estos decires y creencias se aferran en nuestra mente y con el paso de los años, las convierte en realidad. Así, crecemos escuchando que a tal persona la enferma el dulce, o a otra le hace daño la leche, que otra persona murió porque en la familia existe una enfermedad de herencia, argumentos sin ninguna validez.
Pero lo que no contamos, es que la salud está en nuestro propio cuerpo, pues somos nosotros mismos quienes creamos las condiciones que determinan las futuras predisposiciones y propensiones a las enfermedades que en el futuro padecerá nuestro cuerpo.
Ejemplos muchos, podemos nosotros mismos ser testigos de varios ejemplos, como las personas que viven creyendo que las enfermedades que sufrieron sus familiares cercanos, muy seguramente será su destino, y viven esperando el día en que simplemente el doctor les certifique que están enfermas. Lamentable pero llega a convertirse en realidad, porque así lo programaron en su mente por años.
Bajo el mismo precepto, si en nuestra familia existen víctimas de enfermedades nefastas como lo es el cáncer, nos mentalizamos que con seguridad desarrollaremos la enfermedad, e inconscientemente, nos predisponemos a recibir la noticia con cualquier síntoma o examen médico. Mentalmente estamos aceptando estar ya enfermos de una enfermedad que solo imaginamos.
Lo mismo pasa con las personas que creen sobre el fácil contagio de todas las enfermedades. Van creando condiciones mentales, que realmente enferman a su cuerpo, con solo escuchar sobre la enfermedad de alguien cercano. Son personas que adquieren todas las gripas, las alergias, y demás enfermedades según ellos, porque las enfermedades se contagian con el contacto directo.
De cierta forma, formamos de nuestro cuerpo, un gran receptor de síntomas negativos, los que procreamos en nuestro propio organismo. Interiorizamos conceptos, sabidurías populares y viejos adagios, como estilos de vida, al punto que condicionamos y programamos nuestro cuerpo a responder de acuerdo a las diferentes creencias sin razón ni explicación.
Desde niños, debemos aprender a programar nuestra mente en positivo, con expectativas saludables y sobre una larva vida. Seguramente esta programación será más efectiva que miles de vacunas o antídotos contra enfermedades.
La mente del ser humano tiene tanto poder, que con una adecuada y positiva programacion neurolinguistica, podemos crear un excepcional sistema inmunológico y poder auto-sanador. El secreto está en conocer que nuestra mente controla nuestro cuerpo.