Iniciar un emprendimiento puede resultar una tarea ardua. Evidentemente, son muchos los aspectos que deben considerarse para sostener un negocio mientras se va desarrollando.
Queda claro que no existe una fórmula mágica para el éxito. Sin embargo, tener conciencia de la realidad mientras se inicia este tipo de proyectos, es clave para estar preparado ante cualquier situación y prosperar.
¿Tienes dudas de cómo iniciar tu propio emprendimiento? No te preocupes, a continuación, conseguirás todas las respuestas sobre ello.
¿Producto o servicio?
El primer paso para emprender, sin duda alguna, se fundamenta en una idea clara sobre lo que deseas comercializar. ¿Tienes en mente qué le puedes ofrecer a tus clientes que te haga resaltar sobre el resto?
Contar con una idea superinnovadora y diferente de todo lo que existe en la actualidad, puede llegar a ser complicado. No obstante, son muchos los casos en donde simplemente mejorar una idea existente, o aprovecharse de una brecha en el mercado, resulta la mejor inversión de un emprendedor.
Por lo que, en un inicio, la consideración más importante debe ser la observación, siempre acompañada de una mentalidad abierta. Observa lo que ocurre a tu alrededor con detenimiento, podrías conseguir la puerta para emprender tu negocio.
¿Hay algún producto que usas a diario y sientes que con mejoras específicas resultaría más funcional?, o ¿algún servicio que por más que cambies de compañía terminas decepcionado? Este tipo de preguntas sobre problemas cotidianos podrían ser la base de una buena idea de inversión.
¿Sabías qué? Los famosos PopScoket, accesorio que ha hecho del uso del móvil mucho más cómodo, se idearon en un principio como la solución para mantener organizado el cable de los auriculares.
Al ver que la mayoría de los usuarios lo utilizaban para sujetar con comodidad el móvil, la función del PopSocket se transformó y gracias a ello la compañía ha vendido más de 70 millones de unidades.
Al igual que el caso de la empresa PopSocket, existen muchos grandes negocios que gracias a la disposición de innovar y adaptar las funciones de sus productos al uso que le dan los usuarios resultan exitosos. Entonces, aportar valor y transformar productos que ya existen en el mercado con mejoras específicas, podría conformar una buena idea de negocio.
Con esto no quiero decir que si tienes un producto distinto a todo lo que se encuentra en el mercado se te dificulte triunfar. Por el contrario, lo que planteo es que no debes decepcionarte si no tienes esa idea “totalmente original”, muchas veces unas simples mejoras en cosas que ya existen pueden crear tu camino al éxito.
Ahora bien, no todos los negocios se centran en la comercialización de artículos tangibles, también podrías orientarte a solucionar problemas con servicios. Todo depende de la idea con la cual te sientas más a gusto.
Productos, servicios o productos y servicios ¿Te inclinas a comercializar algún artículo, o a educar y facilitar la vida de las personas alrededor? Busca una respuesta a estos interrogantes para definir tu propuesta de valor.
No olvides que, a pesar de vender un producto, lo que marcará la diferencia entre tu negocio y la competencia será el trato que le brindes a tus clientes.
Tipos de emprendimiento
Después de definir tu propuesta de valor, es necesario aclarar cómo le darás visibilidad. Debes asegurar qué es más conveniente para ti, tanto a nivel económico, como para el tipo de propuesta que desarrollaras.
En este sentido, dividimos los tipos de emprendimientos como:
- Emprendimiento convencional: Este tipo de emprendimiento trata de iniciar tu negocio de la manera clásica, adquiriendo un local o punto de venta donde brindarás atención a tus clientes.
- Emprendimiento digital: Trata de la creación de un portal para comercializar tus productos, como un e-commerce, una plataforma en donde puedas mostrar tus servicios, una página web, las redes sociales, entre otros.
Debido a la creciente tecnología, se hace imperativo contar con medios digitales, aun cuando tengas un emprendimiento convencional. Es probable, que contar solo con un punto de venta físico, sin exposición en internet haga que tu negocio se pierda entre tantas opciones.
La combinación de estrategias convencionales y digitales se convertirá en tu mejor aliado.
Estudio de mercado
Después de concretar tu idea sobre el producto o servicio para emprender, además del medio por el cual planeas hacerlo, es necesario llevar a cabo un estudio de mercado para asegurarte de que tu planteamiento será rentable.
Análisis del macroentorno
Comienza con un análisis del macroentorno, apóyate en técnicas de estilo PESTEL en donde estudies el contexto: político, económico, sociocultural, tecnológico, ecológico y legal de la zona donde planees establecer tu negocio.
Con estos datos podrás interpretar de qué manera esos factores externos podrían influir, de forma tanto positiva como negativa, en tu emprendimiento. Además, te permitirá prever el impacto a medio y largo plazo de los cambios de leyes en distintos ámbitos que puedan afectar.
Análisis sectorial
Continúa con un intensivo análisis sectorial, en donde puedas conseguir información sobre las variables geográficas de la zona en la que te planteas iniciar tu negocio.
En este sentido, delimita: el país, estado, la población, el idioma, el sueldo promedio, los núcleos familiares, la raza predominante, entre otros puntos relevantes para tu empresa.
De igual forma, determina las variables demográficas: a qué rango de edades va dirigido tu producto, para qué género, de qué clase social, cuál debería ser el estado civil, la ocupación, los estudios, su locación, entre otros.
Seguidamente, estudia las variables psicográficas de la población a la que te diriges ¿Cómo es la personalidad de tus potenciales clientes? ¿Cuáles son sus preocupaciones, sus gustos, sus opiniones? Estudiar la generación (millennial, centenial, baby boom, entre otras) y a qué cultura pertenecen te facilitará esta labor.
Cálculo del público objetivo
Con los datos recopilados, define tu target group o público objetivo, el cual trata de las personas a la cual estará dirigido tu producto o servicio. Ten en cuenta todas las variables de la población, como la zona donde viven, el rango de edad, el género, los estudios, el nivel socioeconómico, entre otros.
Debes basarte en fuentes de información confiables. En España, te servirá utilizar la información del INE, que es el Instituto Nacional de Estadística, donde podrás conseguir todos los datos que te mencionamos sobre la población.
Lo que deberás hacer después de recopilar todos los datos, es calcular tu público objetivo. Partiendo de la población total (100%), en la ciudad en donde iniciarás tu emprendimiento, tendrás que determinar cuánto de ese porcentaje total corresponde a los rangos de edad a los que va dirigido tu producto.
Seguidamente, continúa segmentando por género, en el caso de corresponder, ocupación, estudios, estado civil y el nivel socioeconómico al que estará dirigido tu emprendimiento. De esta forma, calcularás tu target group.
Al tener la cifra total del público objetivo, solo te quedará redactarlo, para tener un punto focal claro del target de tu negocio. Redáctalo de la siguiente manera:
«El producto/servicio está dirigido a x (hombres, mujeres, adolescentes, etc.) que viven en x (País – ciudad) con edades comprendidas entre los x años, con un nivel socioeconómico x.»
Esto te permitirá tener claridad sobre a dónde apuntar tus esfuerzos para alcanzar ese mercado en específico, quienes conforman ese grupo ideal de clientes para tu negocio.
Establece qué posición ocuparás en el mercado
No debes olvidar investigar quiénes serán tus proveedores, estudiar a tu competencia, y cuáles son los productos sustitutos existentes que competirán con el tuyo.
En este sentido, deberás delimitar qué posición ocuparás en el mercado (como ejemplo ponemos empresas que producen bebidas gaseosas):
- Líder: Son quienes ocupan una posición dominante en el mercado, influyen en él y son reconocidos por sus competidores. Un ejemplo de ello es Coca-Cola.
- Retador: Son quienes ocupan una posición sustituta a los líderes y se encuentran constantemente gestionando acciones para posicionarse por encima de ellos. Un ejemplo de retador es Pepsi.
- Seguidor: Trata de los competidores que bien sea por sus objetivos comerciales, o por escasez de recursos, no atacan como el retador, sino que coexiste con ellos para maximizar sus ganancias en un mercado más reducido. Un ejemplo de ello es La Casera.
- Especialista: Se desarrollan en segmentos de mercado con mayor ventaja competitiva. Buscan un espacio del mercado donde pueden desarrollarse en una posición dominante sin ser atacados por la competencia. Un ejemplo de ello es Perrier.
Determina con claridad tu posición en relación con tus posibilidades. De esta forma, orientarás tus acciones comerciales y de marketing para alcanzar ese lugar en el mercado.
Elabora un análisis DAFO / FODA
Con toda la información recopilada durante el estudio de mercado, elabora un análisis DAFO donde puedas resumir y resaltar las oportunidades, amenazas, debilidades y fortalezas de tu emprendimiento.
En este sentido, las oportunidades y amenazas se relacionan con los aspectos externos a la empresa, que no se pueden controlar, pero que si se pueden aprovechar o prever para generar menor impacto negativo.
Por otro lado, las fortalezas y debilidades corresponden al área interna del emprendimiento, estos aspectos internos se deben considerar para en el caso de las fortalezas sacarle el máximo provecho y utilizarlas a nuestro favor y en el caso de las debilidades mejorarlas.
Estructura un plan de negocios
Algo que no puedes dejar de lado al iniciar tu emprendimiento es la estructuración de un plan de negocio. En él podrás describir cómo se desarrollará cada una de las áreas de tu emprendimiento, además de los posibles planes de acción.
- Visión de tu negocio: En este apartado define cuál es la misión y objetivo de la empresa, así como quiénes son los propietarios o directivos, cuál es el producto o servicio que brindará, cómo se financiará el negocio y cuáles son las proyecciones financieras.
- Descripción de los datos del análisis de mercado: Plantea claramente quiénes son como organización, para quiénes desarrollan la propuesta (target group), a través de qué medios se hará, establecimiento físico o página web, qué posición esperan ocupar en el mercado, entre otros.
- Describe muy bien tu producto o servicio: Asegúrate de resaltar el elemento diferenciador y las razones por las cuales el cliente debería escoger tu propuesta.
- Desarrolla un plan de logística y operaciones: Define cómo se elaborará el producto, quienes serán los proveedores, cómo se transportará el producto, entre otros.
- Determina la función de RRHH: Establece un organigrama con los puestos a cumplir según las tareas, explica muy bien la función de cada cargo, los salarios, las horas de trabajo y la cantidad de trabajadores que necesitarás.
Es muy probable que, en un principio, el emprendimiento se conforme por los propietarios y pocos trabajadores. Sin embargo, es importante proyectar el crecimiento de tu empresa y prever los puestos que deberás ir agregando. En este sentido, tener este plan desarrollado con antelación te puede ahorrar tiempo en el futuro y nuevas contrataciones más acertadas. - Establece un plan de ventas y marketing: Determina qué tipo de recursos o estrategias te pueden ayudar a incrementar la visibilidad de tu negocio y por ende las ventas. El plan de marketing no se debe descuidar en ningún momento y es un punto que debe estar en constante actualización.
Siempre hay que tener en cuenta: la evolución del mercado, las mejoras en el producto, los nuevos canales de comunicación y la adaptación a las necesidades de tu cliente. - Estructura un plan financiero: Deberá contener cuál será la inversión inicial, si necesitas del apoyo de algún inversionista o crédito y cuáles son las proyecciones de futuro para la recuperación de la inversión.
Conclusión
Como habrás podido notar, iniciar un emprendimiento implica contemplar diversos escenarios y llevar a cabo distintas investigaciones. Por consiguiente, se desarrolla como un proceso paulatino al que hay que dedicarle su tiempo, pero que sin duda alguna merece la pena.
Probablemente, se presenten muchas dudas al momento de decidir qué metodología de emprendimiento adoptar y qué proyecciones esperar. Por lo tanto, contar con una buena base de análisis de mercado, te permitirá mitigar esas preocupaciones y dar respuesta a los interrogantes que aparezcan en el camino.
Y tú… ¿Te atreves a iniciar tu propio emprendimiento?
Acerca de la autora: Este artículo fue escrito por Michelle Hernández.
Miembro del equipo de Marketing de Habitium.
Formación: Licenciada en Psicología – Máster en Neuromarketing y Big data.