Emprender es, sin duda, el proyecto más recurrente en los últimos años, nos hemos transformado en una sociedad emprendedora, hemos dejado un poco de lado la idea tradicional de trabajo y nos embarcamos en la lucha inagotable del pensar, escribir y actuar, la creatividad comercial anda en auge y basta con dar una vuelta por las calles para ver la inmensa variedad de comercios de todos los tamaños que hoy en día nos rodean.
Las nuevas tecnologías nos han proporcionado herramientas antes inimaginables para establecer nuestras propias ideas de negocio y sacar rentabilidad de ellas, incluso hacerlas nuestro principal medio de sostenimiento.
Esta facilidad que ofrecen ahora los medios digitales de crear nuestras propias marcas y negocios, físicos y virtuales, ha generado que se expanda la cantidad de oferta de productos y servicios vertiginosamente.
Emprender ahora parece ser sencillo, tanto que incluso hay aplicaciones en las que en un par de minutos ya puedes tener establecida una marca, un logo y toda una idea de negocio, lista para ser desarrollada y sacada al mercado, pero quizás las cosas no sean tan sencillas como parece y de allí que más del 70% de las empresas terminen quebrando al poco tiempo (menos de 5 años).
Emprender en este ecosistema acelerado trae sus propios problemas, muchos de ellos ampliamente ignorados, a continuación veremos algunos de ellos.
Desconexión idea – cliente
La gran mayoría de personas no tienen una formación o están lo suficientemente informados para que puedan determinar la rentabilidad y viabilidad económica de una idea antes de comenzar su aplicación, piensan que aquello que para ellos es bueno, seguro lo será para las personas que habitan su entorno.
Este es un error bastante común al emprender, la idea puede ser bastante buena, pero a la hora de exponerla en el entorno no se haya demanda para que el producto o servicio pueda desarrollarse y ofrecer estabilidad y rendimiento, nuestras ideas deben estar completamente adaptadas al contexto de exposición.
Seguro que a los vendedores de cremas bronceadoras no les debe ir muy bien en Alaska, aunque tengan el mejor plan de negocio y la marca más llamativa del mercado, el emprender debe responder a una necesidad y la satisfacción de esa necesidad, claramente, debe ir apoyada en el contexto en la que vamos a exponer nuestra idea y marca.
Ilusión de construcción
Esta es una de las problemáticas más comunes actualmente al emprender, deriva de la facilidad de crear bases de negocio gracias a las nuevas tecnologías y al auge del emprendimiento, hoy tenemos una idea de negocio y en un poco tiempo podemos tenerla ya establecida con sus propios logos y marcas, con diferentes tipografías, fichas publicitarias, paginas en redes sociales y otro sin fin de marketing.
La facilidad de la publicidad y lo simple que resulta ya el “hágalo usted mismo” sin la necesidad de contratar necesariamente diseñadores, publicistas y otro sin fin de profesionales para tener resultados decentes, hace que todos crean tener ya un negocio establecido por seguir los pasos de una app que te diseña por medio de inteligencia artificial logos y marcas.
Este problema en sí no es tan dañino al emprender, pero lleva al siguiente que si resulta fatal para el ecosistema emprendedor.
Hiper emprendimiento
Podemos definir el hiper emprendimiento como un exceso de oferta, que sobrepasa significativamente la demanda de cualquier producto o servicio en un contexto definido, las personas ahora tienen a la mano un pull completo de opciones para elegir y ello, a pesar de que puede promover el libre mercado y la amplitud o flexibilización de opciones, lo que hace es que reduce el enganche del cliente y la fidelidad de marca.
Estamos en una sociedad acelerada, las redes son una buena muestra de ello, los videos ya no duran horas, duran segundos, las personas no quieren un producto, quieren muchos y probarlos todos, ofrecemos entonces emprendimientos de todos los colores, sabores y variedades, las personas los prueban todos, pero no se quedan con ninguno, por que siempre hay uno más que probar, sin fidelidad de marca y cliente establecido, los emprendimientos caen.
Al no haber una estabilidad de compra de producto, una población fiel a la marca y apegada a nuestra idea, el emprender se hace una actividad tendiente al fracaso y es allí donde esa facilidad de creación y esa expansión desmedida afecta al propio entorno emprendedor.
Exceso de branding
Ocurre lo mismo que antes mencionábamos, hay un exceso de branding vacío, como ya no se da la difícil tarea de investigar y planear una idea de negocio antes de sacarla al mercado, lo que tenemos es una inundación de marca, las personas al ver un a marca que ofrece un producto o servicio que necesitan, lo toman, hay tantas que no saben cual elegir y eligen cualquiera de ellas.
Puede ser que esa marca le deje una experiencia muy mala al respecto, lo que le aleje de probar otras nuevas, entre tantas opciones puede estar la nuestra, la que si podía satisfacer esa necesidad pero que perdió su capacidad de llegar al publico objetivo por que fue absorbida por el tsunami de branding que hoy asfixia el ecosistema emprendedor.
Poco crecimiento orgánico
Un elemento para cuestionar también consiste en la eliminación de los tiempos de crecimiento de las ideas de negocio, al emprender es necesario un elemento clave, la paciencia, sin ella, toda idea de negocio está condenada al fracaso.
Nuestra propia sociedad acelerada, empuja las empresas al abismo pues hay una idea peligrosa entre todos los emprendedores y es que hay una necesidad de resultados inmediatos (invito a leer mi articulo «pensamiento cortoplacista, un mal en las empresas» que habla al respecto ) y estos resultados se buscan de todas las maneras posibles; comprando seguidores para las redes, invirtiendo excesivamente en publicidad mal desarrollada, adquiriendo productos de competencia, etc.
El crecimiento acelerado y descontrolado es una ilusión, lo importante es sentar las bases y crear un nicho de clientes que soporten la idea mientras esta se va desarrollando y madurando, hoy todo empieza tan rápido como termina.
El dilema de la marca personal
Este es un tema que puede incluso lidiar con lo filosófico, creo que esta idea tan ampliamente adoptada hoy del emprender tiene mucho que ver con la tendencia a la creación de la marca persona, ya no somos individuos, somos marcas y hay tantas marcas como individuos existentes.
Es indispensable separar al sujeto de la marca, al sujeto del trabajo y del emprendimiento, esto permitirá que las ideas estén desligadas de las formas de ser y ver el mundo y sean las ideas de negocio las que dirijan y creen empresa, si cada uno de n nosotros se convierte en un auto emprendimiento, el equilibrio del ecosistema empresarial se verá desbordado y ya no habrá una línea que permita aquello para lo que las empresas, a fin de cuentas deberían existir, satisfacer necesidades que hagan del mundo un lugar mejor.
Invito a leer otros de mis articulos.