El camino del emprendimiento si bien es largo y escabroso suele regalarnos luego de iniciado, algunas pequeñas victorias. Ofrecernos en determinados momentos la sensación de triunfo y el reconocimiento al trabajo realizado, por parte de los muchos, produciendo en nuestra alma la “efímera” satisfacción. Pero tengamos algo claro amigos emprendedores y viene relacionado con el énfasis que se hace sobre la palabra que antecede a satisfacción en la frase antes del punto (efímera); siendo esto el hecho de que una sola victoria no nos puede hastiar o detener –la fiesta por la batalla ganada dura apenas una noche y al amanecer continúa la guerra- ; pues eso ya es el conformismo, insumo de las futuras derrotas.
Lo escribo porque conozco casos de muchos que, en actitud errónea, se exceden en el disfrute de su primera victoria empresarial, dificultando el triunfo en la batalla próxima; pues mientras gozan los rivales trabajan en pos del siguiente momento, la ulterior batalla; aprovechando la ventaja que otorga el que ya se cree ganador de la guerra.
Y si bien el mensaje en mis letras no es una exhortación a la completa austeridad, si lo es al control de las acciones, a la organización, a la disciplina; para todo hay tiempo e iniciando, sobre todo, debe uno sembrar mucho y eso requiere trabajo diario.
Como emprendedores debemos hacer sacrificios y superar obstáculos que nadie más enfrentaría, pero al final lograremos cosas que nadie más lograría. No nos detengamos! no nos conformemos!