¿Por qué causa, motivo o razón has decidido emprender?
Respuestas a esta pregunta seguramente serán muchas, quizás porque quieres una mejor vida, más ingresos, porque crees que ya no hay oportunidades para trabajar, porque quizás te despidieron y “ya no hubo de otra”; no sé… razones hay tantas como personas hay en el planeta.
No obstante, básicamente solo puede haber dos tipos de situaciones:
- Para ganar mayor placer
- Para evitar más dolor
Si resumimos las bases de tus motivos para emprender tendrán que recaer sobre alguna de estas dos, no obstante, puede llegar a confundirte y pensar que son las dos al mismo tiempo.
Evitando el dolor entonces en automático llegas a más placer, ¿cierto?…. ¡Falso!
Observa a los cientos de miles de enfermos que hay en los hospitales. Muchos solo quieren que les quiten el dolor, pero ¿será esto mayor placer?
Yo me atrevo a afirmar que en definitiva esto no es así.
No es lo mismo tratar de evitar dolor que buscar una auto-satisfacción donde llegue el punto que cada día vivido sea tan sorprendente y maravilloso que hasta incluso puedas llorar de alegría antes de caer dormido.
Quizás incluso este nivel de alegría hasta parezca utópico, algo totalmente irreal e inalcanzable que solamente “los locos” se atreven a pensar.
Y digo entonces… si tu meta no es la felicidad máxima, entonces ¿a qué estás “jugando” alcanzar en los negocios o con tu vida en general?
¿A caso solo quieres “librara” o “medio vivir”?
Eso no suena nada alentador, ¿o sí?
Y te pregunto esto porque allí donde pasas mayor tiempo con tus pensamientos, será esto donde más te concentrarás durante el día.
Argumentos para debatir dicha afirmación sobran:
- ¿Pero es que no has visto la situación del país?
- ¡El dólar acaba de subir!
- Sería genial, pero mi esposa e hijos no me lo permiten, estoy atado a ellos
A lo que vuelvo a decir… ¿dónde está tu atención?
Observa cuánto tiempo has dedicado ya a poner atención en este tipo de cosas que ¡ya incluso está fuera de tus 24 horas diarias el pensar en lo que en verdad quieres lograr!
Esto es algo que lamentablemente no nos enseñan en ninguna escuela tradicional, pero tampoco no es algo que sea imposible de aprender.
Te invito y aconsejo que así como inviertes tiempo ya sea revisando estados en Facebook, viendo tu programa o serie favorita ya sea en TV o en el Internet mismo, o incluso hablando por teléfono con algún amigo/a favorito/a, entonces le dediques tiempo a definir ese sueño.
Quizás parezca imposible, utópico, fuera de lugar, que ya incluso no estás en edad o tiempo o lo que sea que pienses al respecto, pero dedícale tiempo.
Emprender un sueño no tiene por qué ser “realista” en un comienzo, pero mientras más tiempo y energía le dediques, este comienza a hacerse más y más denso. Piensa el día que tuviste a tu primer novio/a, quizás pensabas que nunca te voltearía a ver, o hacer caso, sobre todo si estabas en la secundaria o algo así.
Era una meta súper difícil para una persona de esa edad y con tantos miedos e inseguridades; no obstante, estoy seguro que soñabas con la otra persona, pensabas en la otra persona, y si tus emociones te lo permitían, hablabas con la otra persona… ¡era una auténtica obsesión!
Y eso… ¡Eso es precisamente lo que estamos buscando en ti!
Que te obsesiones a tal grado que tu sueño haga que te levantes de tu asiento y comiences a trazar un plan hasta obtenerlo y sobre todo… VIVIRLO
Si lo que te digo te hace sentido y quieres ir vivirlo de una buena vez, entonces te recomiendo que te suscribas a mi lista, donde obtendrás más información referente a emprendedores.