El mercado inmobiliario muestra signos nunca vistos antes. Estamos contemplando la peor de las imágenes posibles. Sufriendo en el presente las consecuencias más indeseables de una las crisis económicas más duras que se recuerde. Lo más pesimistas, hablan que de no revertirse el actual escenario, estaremos pronto inmersos en un derrumbe de la actividad. Provocando más cierres de inmobiliarias por efecto, tanto de la merma en la compraventa como del descenso en lo que refiere a la demanda de locales.
En la actualidad las “inmobiliarias” tratan de hacer frente a la crisis con nuevas ofertas de pisos, casas, viviendas, locales a muy buenas condiciones con el objetivo de paliar las consecuencias de la burbuja Inmobiliaria. Todo en este escenario no puede pintar mal, hay que buscar siempre el lado positivo.
La crisis puede que esté tocando fondo. El ajuste puede llevar mucho tiempo, pero se espera que a fin de año o hasta la primavera de 2013, se hayan superado buena parte de los procesos. Para entonces, se verán buenas oportunidades en el sector inmobiliario, pero, al igual que ahora, será importante tomar buenas decisiones.
Las inmobiliarias en valencia están padeciendo más que en otras comunidades o regiones dado el gran excedente existente de pisos en el mercado. Ello conlleva una competencia mucho mayor. La única forma de salir adelante y compitiendo pasa por ofertas de pisos a precios más bajos.
Inevitablemente hay que sacar lecciones y aspectos positivos. Ya no se puede desandar el camino recorrido y corregir los fallos acontecidos. Pero, se trata de no volver sobre los mismos errores y asumir nuevas pautas de conducta. Por ejemplo, estamos presenciando una moderación generalizada en los precios de muchos bienes y servicios. Afectando de manera significativa al valor de las viviendas así como en sus alquileres. Entonces, es la ocasión para plantearse nuevas políticas comerciales en el sector inmobiliario, acorde a estas tendencias.
El sector inmobiliario español debe volver a poner su vista en el mercado exterior. Con atención preferente, incidir en los países del norte de Europa, América y Asia. Las economías emergentes, como son ahora Rusia y algún que otra nación de su entorno, Canadá y Estados Unidos, China y Japón. Sin dejar de lado, a las tradicionales naciones nórdicas europeas y Alemania, los países árabes que siguen manteniendo altos índices de riqueza y necesidad de inversión, etc.