Hace tiempo que no escribo, estuve ocupado…. bueno, estuve aprendiendo para poder escribir más.
La pandemia fue un proceso para mi vida a nivel personal, profesional, física y espiritual que me ha permitido no solo formar un mejor carácter, sino ser testigo del potencial humano.
Te resumo que, en menos de 6 meses del 2020, perdí mi empresa, perdí mis clientes y mi sueño de ese año. Recluido con 28 años en casa de mi madre tuve que en mi habitación comenzar de cero, ahí recostado sentí que Dios me decía que lo volviera intentar y así lo hice, ese proceso me permitió conocer un perfil que muchos anhelan pero pocos conocen, el ser un HACEDOR.
El resto de esa aventura la explico en mi recién lanzado canal de YouTube y podcast «HACEDORES».
Pero hoy quiero tocar el tema que, sin importar cuanto crezcas, ganes o progreses, vas a volver a toparte con el sabor de «Empezar». De hecho, escribo esto porque estoy tratando de retomar el hábito de salir a trotar al menos 3 veces por semana, para estar a solas con mi mente y salir de la rutina. La cuestión aquí es que una y otra vez el iniciar un proceso es doloroso, principalmente porque te topas con el crítico #1, que es UNO MISMO, conversaciones como: «¿Hay vas otra vez?», «¿Qué dirán los demás?», «¡No eres bueno para esto!», «Es la 10394930 vez que lo intentas»… y bueno, más pensamientos autocríticos que otra cosa, pero he entendido un principio que aprendí de la biblia que uso conmigo en estos momentos y que trato de enseñar a mis clientes y alumnos, que es: «Ten gracia contigo mismo».
Este concepto no lo entendí hasta que en lo personal lo aprendí de parte de Dios para mi vida, saber que no importa lo que haga, diga o sea, Él me sigue amando. Es algo que trato de comunicarme a mí; un ejemplo es:
«¡Hey! Está bien Saúl, lo haz hecho bien en el pasado, tienes la capacidad, poco a poco, toma un descanso, es mejor que nada, lo haces muy bien, puede que esta vez sea la buena y logres mucho más, etc..»
Esas palabras aligeran la carga de empezar, sé que las puedes estar esperando de tu familia, pareja, amigos, colegas o socios, pero está bien quien te las debe decir es esa persona que vez todos los días frente al espejo, esa persona que puede pasar de ser tu mayor crítico a tu mayor fan, ten gracia contigo, ten palabras de aliento y de esperanza, reconoce tu potencial y muévete pensando en lo que quieres ver no en lo que ves ahora.
Si necesitas parar un poco, para. Si necesitas tomar un respiro, retroceder un poco, ¡está bien! mira, ya diste unos pasos más.
Iniciar suele ser un proceso solitario lleno de dudas y de frustración, pero, si crees en tu potencial, entonces tienes que saber que, para liberarlo, de esa prisión debes de buscar esa llave en tu interior. Inicia hoy, pasa del querer al hacer, pasa del deseo al objetivo, del dicho al hecho tomando acción y enfócate en las pequeñas victorias.
Cierro con este concepto «Solo por hoy»: solo por hoy, haz la dieta. Solo por hoy, lee ese libro. Solo por hoy, lanza esa campaña. Solo por hoy, toma ese curso. Solo por hoy, perdona a esa persona. Solo por hoy. sal a caminar. Solo por hoy, inicia el proyecto… ¡Solo por hoy, ya que es lo único que tenemos certero! Vive un día a la vez.
Espero que esto te sea de aliento y más si estás por iniciar o iniciando. ¡No es el resultado, sino el proceso lo que hace que valga la pena!
Si quieres conectar conmigo y contarme tu proceso puedes hacerlo en Instagram cómo @mentorsaulp
Espero tus comentario y ¡mucho éxito, que Dios te bendiga!
Saúl P.