Hola de nuevo. Esta vez les quiero compartir el cómo una compañía, con la cual creo todos hemos tenido alguna vez contacto, llegó a ser lo que es desde un inicio bastante diferente y pasando por varios obstáculos.
Esta compañía, Starbucks, y su Presidente y CEO, Howard Schultz, nos enseñan que aferrándote fuertemente a tus principio puedes sobrevolar la adversidad.
EL ORIGEN DE STARBUCKS
Starbucks se fundó en el año 1971, y en ese tiempo contaba con sólo seis locales, los cuales tampoco eran como los que conocemos hoy, sino que vendían sólo café molido y para llevar, no expendían bebidas. Su presidente actual, Howard Schultz, tampoco estaba presente sino hasta 1982. En ese mismo año, Schultz, a través de un viaje que realizó a Milán, visitó una elegante y fina cafetería clásica italiana, de la cual quedó enamorado por la atención que recibió y por el ambiente que se respiraba en aquel lugar. De vuelta de su viaje propone imitar el modelo que vio en Italia para Starbucks, pero sus jefes no quisieron. Por esta razón Schultz decide abandonar Starbucks y fundar su propia cafetería, denominada Il Giornale, basada en el modelo importado desde Milán.
Cinco años después, en 1987 y cargado de éxito, Schultz se encuentra en condiciones para comprar Starbucks y sus seis locales que operaban en ese momento. Schultz fusiona ambas empresas y mantiene el nombre de Starbucks.
LA LLEGADA DE UNA CRISIS
La crisis que vivió Starbucks coincidió con una crisis económica mundial, pero la forma en que salió de ella es no tan sólo digna de publicar, sino también es una perfecta muestra de pasión por lo que se hace. Es más, el libro «El Desafío Starbucks» posee un subtítulo que dice: «Como Starbucks luchó por su vida sin perder su alma».
Ocurre que, en el año 2007, Schultz comienza a denotar que Starbucks había comenzado a fallarse a sí misma, que estaba perdiendo su identidad original y su razón de ser. Esto el ejecutivo lo percibió acudiendo personalmente a varias cafeterías alrededor del mundo, donde encontraba que se estaba cayendo en la ignorancia de los detalles, y que el ambiente grato para disfrutar de una bebida se había extraviado. Todo esto sumado a que entre el 2006 y el 2007 se habían logrado resultados mediocres, puso a la compañía en jake. Fue en ese instante donde Schultz volvió a tomar las riendas del negocio como director general, las cuales había dejado en manos de terceros pasando a ser presidente.
STARBUCKS, UNA COMPAÑÍA DIFERENTE
Para Schultz, la compañía Starbucks tiene como razón de ser «el ser los abastecedores de café de mayor calidad en el mundo», y, aun más, antes de que los clientes consuman aquel café, deben ya sentirse cautivos del acogedor ambiente que existe en sus establecimientos. El ejecutivo llegó a denominar a Starbucks como el tercer lugar más importante para conectar con otras personas o con uno mismo; primero el hogar, segundo el lugar de trabajo y luego Starbucks.
Schultz dijo: «El éxito de un comerciante depende de su capacidad para contar una historia», y en sus establecimientos, el aroma, lo que la gente ve y oye es parte de la historia que Starbucks tiene para contar y tener éxito. Debe concebirse al establecimiento como el lugar idóneo para conectar con los clientes a través de una historia llena de sabor, aromas, la presentación de los productos, imágenes, etc., debe conseguirse que el cliente experimente una sensación auténtica, personal y única.
Además de lo anterior, Starbucks siempre se ha caracterizado por poseer una dimensión social que la distingue. Esto partiendo por el hecho de que Schultz no llama a sus trabajadores «empleados», sino socios. También ha puesto enorme esfuerzos en reducir el impacto ambiental y la producción ética del cultivo de café. Starbucks, en ese sentido, está muy bien relacionada a las instituciones de Fair Trade (Comercio Justo).
Schultz, aludiendo a los momentos de la crisis, señala: «En el momento de la crisis habíamos quedado atrapados en un círculo vicioso que celebraba la velocidad de las ventas en lugar de lo que vendíamos». También, el ejecutivo señalaba que aprendió cómo se generaba una diferencia entre el ámbito del negocio y el ámbito de la marca (esto porque la marca comenzó a generar dividendos extras), y de cómo no hay que sostener al primero en base al segundo.
LAS ESTRATEGIAS NECESARIAS
La filosofía de Starbucks va más allá de datos, balances y porcentajes. Para salir de la crisis económica que atravesaban, pusieron tres estrategias en juego:
- Mejorar el estado de sus establecimientos en EE.UU. Esto significó detener o ralentizar un poco la idea de abrir establecimientos aceleradamente. Es más, se determinó cerrar aquellos locales que no estaban fructificando de manera radical.
- Revitalizar la relación emocional con el cliente. Retomar lo del aroma, las imagenes y la sensación de comunidad en los locales. Se buscó volver a los orígenes que se remontan a una experiencia única en el establecimiento del café.
- Cambios de largo plazo en la base del negocio. «Necesitábamos redescubrir quienes éramos e imaginar quiénes podíamos ser», señalaba el ejecutivo.
También, adoptaron métodos no tradicionales de dirigir, como es el método LEAN, el cual elimina las redundancias en las operaciones, y se encarga de generar condiciones propicias para que el trabajo sea eficiente y también de mejorar las condiciones de los productos y servicios para los clientes.
En una oportunidad decidieron cerrar por un día todos sus establecimientos, lo que para cualquiera podría parecer una locura, de manera de dedicar tal tiempo a la reeducación y aprendizaje por parte de todos los empleados.
Pese a la crisis que vivían, jamás se permitieron quitar la cobertura que tenían para sus empleados, relacionados a su salud y demás beneficios. Esto era inimaginable, y una verdadera hazaña para cualquier otra compañía que estuviera viviendo lo mismo, pero mientras en Starbucks luchaban arduamente para salir de una crisis y restablecer su salud financiera, no perdían ni un segundo su alma.
UNA FILOSOFÍA ESPECIAL
Schultz, en medio de las acciones sanatorias para restablecer la salud de la compañía, no paraba de fortalecer sus convicciones. Una de ellas, «la pasión, ese concepto intangible que muchos hombres de negocios desprecian, era para mi, era un rasgo capital para mí»; otra, «es increíble cómo el conocimiento puede fortalecer tu pasión»; y esta que, «el crecimiento no es una estrategia, es una táctica; cuando el crecimiento indisciplinado se convierte en estrategia , se pierde el camino».
También en Starbucks solían valorar el cómo puedes empaparte del conocimiento del café y sus características siendo un empleado, sabiendo que la materia prima principal hacía mucho por el negocio. Los empleados se capacitaban en conocimientos específicos del negocio, tales como «Cultivar café es un verdadero arte: cosechar el grano de café verde de alta calidad requiere una habilidades únicas que se adquieren con el tiempo y, en muchos casos, son comunicadas de generación en generación».
Es más, como el café es la gran identidad de Starbucks, tuvo que partir su reinvención desde ahí: «No podíamos transformar la empresa si no éramos primero los mejores en nuestra actividad básica», declaraba Schultz.
A partir de 2008, crearon medidas de aseguramiento de calidad que terminaron por transformarse en estandarte, como por ejemplo, «Ningún café estaría más de media hora sin ser servido». Además, generaron cambios en sus tecnologías, como las máquinas que utilizaban para preparar el café y que molían de manera individual los granos de cada taza.
Habían perdido la dedicación por los detalles, y se habían empeñado en recuperarla en todos los eslabones de la cadena. Hicieron una realidad el lema Starbucks: «Cultivado con responsabilidad, distribuido con ética y servido con orgullo», relativo al café lógicamente.
Decidieron que la innovación no tenía que estar sólo acotada a características del producto, sino a cómo eras capaz de innovar en el servicio conectándote con la naturaleza de las emociones de los clientes.
ENSEÑANZAS DE LA CRISIS
La crisis del 2008-2009 fue la peor por la que pudo pasar la compañía, y los cierres y despidos que tuvieron que realizar llevaron a la angustia a Schultz.
No fue hasta finales del 2009 que las cifras comenzaron recién a ver la luz, y fue en el año 2010 cuando se alcanzaron cifras récord en la historia de la compañía. La experiencia le demostraba a Schultz en esos instantes que «era posible caer, levantarse, volver a caer y volver a levantarse y re encontrarse con los sueños perdidos». Así mismo, declaraba: «No podíamos controlar la economía, pero sí podíamos controlar el modo en que operábamos en ella, y no sólo controlando o reduciendo nuestros costos, , sino diseñando un modelo operativo menos costoso». «No somos responsables de los patrones de la economía, pero si de las decisiones que tomamos mientras tanto», declaraba el ejecutivo.
Starbucks salió fortalecida de la crisis. No sólo en el ámbito económico, sino en cuanto al reencuentro que tuvieron con sus principios. Siempre se habían destacado por ser capaces de buscar lo inesperado, pero se habían ido desviando de lo que una vez fue el indomable deseo de innovar (la innovación está en el ADN de Starbucks actualmente).
En otoño de 2010, Starbucks obtuvo los mejores resultados de su historia. En la actualidad, posee una facturación de más de $10.000 millones de dólares y cuenta con 16.000 establecimientos repartidos en 54 países del globo.
La experiencia le ha servido a Schultz para consolidarse en sus principios empresariales, aquellos que le han llevado al éxito económico y personal. Nos enseña que “en los negocios, al igual que en la vida, hay que mantenerse fiel a los principios”, aunque, en la crisis, se sienta la tentación de adoptar cualquier idea que prometa borrar rápidamente el sufrimiento o pintar la realidad superficialmente. El ejecutivo nos deja la enseñanza: «Perseguir recompensas a corto plazo siempre resulta un error».
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