A principios de este año el mundo de Internet quedó sobrecogido por el cierre de Megaupload, el principal website de intercambio de archivos entre usuarios del mundo. Afectando no sólo a quienes acudían a este, en busca de descargas gratuitas o a un coste muy reducido; sino también, a empresarios, emprendedores y profesionales de diversa índole que acudieron a esta plataforma con el objetivo de almacenar archivos, documentos y datos de gran tamaño en la misma. Según el FBI, el cierre se produjo por acusar a sus responsables por conspiración para cometer un crimen y atentado contra la propiedad intelectual. Además de Megaupload, también se cerraron otras como Megavideo, Megapix, Megalive y Megabox. El departamento de Justicia de Virgina acusó a siete personas de un delito de “piratería masiva en todo el mundo con obras que tienen propiedad intelectual” propiciando así unos daños valorados en más de 500 millones de dólares.
Además, el cierre vino poco antes del impulso de la Ley SOPA, que busca ampliar la capacidad de los propietarios de derechos intelectuales para supuestamente combatir el tráfico de contenidos en internet. Este hecho levantó y sigue levantando un gran nido de quejas por que daba pie a que se pudiese cerrar casi cualquier web del mundo donde se intercambien contenidos como Youtube, Facebook, Taringa…
Con esta idea, se podrán volver a almacenar contenidos y volver a intercambiar entre los usuarios, la diferencia ahora radica en que la responsabilidad recae en el usuario y no en el portal, ya que este desconoce por completo su contenido.