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De desempleada a empresaria exitosa: angustias y éxitos de un negocio familiar

Después de laborar durante más de 18 años en el sector gubernamental y siendo diagnosticada como incapacitada para seguir laborando por un problema de salud ocupacional, Eugenia fue liquidada de la institución financiera donde laboró en el departamento de personal y, a sus 50 años obtuvo una jubilación mensual muy reducida por no haber completado los años de servicio básicos para obtener un salario mínimo de subsistencia, de esta forma pasó a engrosar las filas de los desocupados en un país donde no hay oportunidades para aquellos que ya han cumplido un periodo laboral y mucho menos por su edad.

Después de varios meses sin un rumbo fijo y sin una actividad que le permitiera proyectarse con un ingreso real, su destino estaba destinado a cumplir las labores básicas de la casa y retirarse a ver pasar las horas y los días, además de no contar con ningún respaldo económico que le permitiera emprender alguna nueva actividad.

Renuente a aceptar esa condición de vida, al haber perdido su estilo de vida laboral y sus amistades y ya no contando con una ocupación que la mantuviese activa, busca la forma de emprender algún tipo de negocio que le genere ingresos, le mantenga ocupada y le dé la oportunidad de proyectarse como emprendedora y en algún momento ser empresaria.

Pero, ¿Cómo lograr darle un giro a su vida sin ningún respaldo económico y ninguna experiencia empresarial?

Eugenia comenta sus angustias y aspiraciones con su familia sobre su situación y ofrecen ayudarle con un pequeño garaje y bodega abandonado de 50 metros cuadrados de una casa en un barrio residencial. Es ahí donde le sugieren que monte algún negocio que le permita darle un cambio a su vida y tener una actividad que le permita tener ingresos para su familia.

Eugenia se llena de preguntas que tiene que abordar para poder buscar una solución a su nueva etapa de vida. ¿Qué negocio pongo en un barrio residencial y que no tiene ningún movimiento comercial? ¿Con qué capital puedo empezar un negocio sabiendo que no tengo ningún respaldo económico? ¿Qué tipo de negocio puedo implementar y que pueda tener alguna posibilidad de éxito? Más llena de ilusiones que de conocimiento decide emprender esta nueva aventura.

UNA NUEVA ETAPA: EL EMPRENDIMIENTO

¡Mi negocio será una cafetería…! ¡y será la mejor cafetería del país! ¡Voy a vender tortillas de maíz con café!

Manos a la obra, la primera etapa será limpiar y organizar mi área de trabajo. Después de varios días de limpieza eliminación de escombros y basura, se podía ver la realidad de su futura cafetería, los pisos no servían y se necesitaba acondicionar, además se debía trabajar paredes, un baño e infraestructura de agua y ventilación.

¿Y ahora? ¿Con qué dinero puedo iniciar mi nueva cafetería? Viendo el entusiasmo y dedicación que Eugenia imponía a su nuevo proyecto, recibe la ayuda de un hermano que le dice tener unas acciones perdidas de una empresa y si ella es capaz de recuperar ese dinero puede tener su capital inicial, cuyo monto se espera a recuperar es de $3.000 dólares. Inmediatamente emprende para localizar la empresa y tratar de negociar las acciones para recuperar el dinero. Actividad que le tomó un par de meses, pero finalmente tenía su capital para iniciar su anhelado proyecto.

Capital que le permitió iniciar con la remodelación de pisos, un pequeño asadero para preparar y exhibir sus productos, un pequeño rótulo de su nuevo local y una muy básica infraestructura de un baño.

¿Y las mesas? ¿y las sillas? ¿y la barra de atención? ¿y la vajilla? ¿y la estufa? ¿y la refrigeradora? Púes… empezamos con la vajilla y las ollas de la casa y un pequeño reverbero de dos hornillas. Recuerda Eugenia que su primer sartén para freír empanadas era el de la casa con un diámetro de 20 centímetros. Las cuatro primeras mesas fueron parte del capital de operación y las 16 sillas compradas a crédito en una liquidación.

LA DESAZÓN

Ya iniciado mi proyecto de cafetería (La Tortilla Restaurante), empecemos a producir para tener nuestros productos y poder lograr la apertura de la mejor cafetería del país, que era lógicamente, ¡Mi propia cafetería!

Una vez abierto el primer día mi esfuerzo es hacer un poco de cada producto para que cualquier cliente que pida algo, disponer de producto para poderle vender. Pasan los 3 primeros días y no ingresa nadie. Alternativa: invitar a los amigos y excompañeros de trabajo para que no se pierda la poca producción y haya una sensación de que ya ingresa gente. Los únicos que aparecen son los familiares que viene a darle ánimo y desearle éxitos. Cero ingresos y todo va en cortesías. Cuenta que la única vez que llegó alguien a preguntar por algo, fue por un producto que no tenía.

Ella en las noches se llevaba las masas de harina preparada y los productos en bandejas para su casa por cuanto no se tiene un refrigerador para la conservación de los productos. A la mañana siguiente nuevamente el viaje de regresos con los productos para la venta.

Eugenia cuenta que fue una de sus etapas más duras el trasladarse hasta su local para abrirlo siempre a la misma hora, sabiendo que nadie iba a llegar.

¿Cuánto cobrar? Un poco menos que la cafetería más popular de la ciudad.

MI PRIMER CLIENTE

Esa gran sensación de ver llegar a mis dos primeros clientes que solicitan una empanada cada uno y un refresco. El poco aceite escasamente sirvió para freír las empanadas y de mi botella de 2 litros de refresco, saque dos vasos para servir. Eso fue el éxito total. Ese día fue excepcional, al finalizar la tarde 2 nuevos clientes. Para el segundo grupo de clientes que pidió un refresco, ya la botella había perdido gran parte del gas. Motivo para empezar a hacer los correctivos de mis productos.

Al finalizar el mes de apertura, ya había vendido el equivalente a dos dólares. Era un éxito… Era feliz.

Al siguiente mes vendí 6 dólares y el siguiente 8 y así me mantuve durante ocho meses incrementando mis ventas mes a mes, pues al año ya vendía 100 dólares al mes y al siguiente año de operaciones vendía sobre los 250 y dada la calidad de mis productos que yo misma elaboraba mis ventas al tercer año ya llegaban cerca de los 500 dólares mensuales.

Eugenia es diagnosticada con cáncer de seno y es operada. Pero dado que su negocio todavía requería de su presencia y contando con su perseverancia y tenacidad sin límites, ella logra que a los 10 días de operada ya se encuentre laborando y cuidando la producción y ventas de su negocio.

EL DESARROLLO COMERCIAL

A pesar de mi éxito que todos los meses veía crecer mi negocio en comparación con el mes anterior, existía una pregunta que siempre mantenía. ¿Qué debo hacer para lograr una mejor venta? Debe existir algún producto que sea lo suficientemente bueno o diferente para que la gente venga a mi local… Pero ¿cuál…? ¡Ya sé… haré la empanada más grande que hayan visto! En Ecuador es un plato típico la empanada de harina y que, al momento de freírse, por su cambio de temperatura dicha empanada se infla, entonces, esta será la empanada más grande jamás vista.

Este tipo de empanada se volvió muy conocida entre los clientes que se reían y satisfacían viendo la desproporción y ya la utilizaban para bromear y tomarse fotos. Fue tal el éxito que un profesor de la universidad envía a sus alumnos de mercadeo y costos para que hagan el análisis de la empanada: ¿Cuánto cuesta elaborarla?, ¿Cuánto les cobrarán? y ¿cuál es su rentabilidad para el establecimiento?

Eugenia recuerda que un día sábado que salió muy temprano al mercado público para hacer las compras de la semana, vio en el principal periódico de la ciudad en la sección de emprendimiento un reportaje de media página dedicada a su empanada, reportaje que alguien había hecho en secreto.

Con urgencia llegó a su casa, se cambió de ropa y como ella dice: “Voló a su establecimiento” y cuál su sorpresa al encontrarse con un grupo de personas que, con periódico en mano, esperaban se abriera el local para comprar las empanadas gigantes. Ese día comprendió la importancia e influencia de la publicidad.

Ese mismo día llegaron varios periodistas de canales que buscaban noticias nuevas sobre emprendimiento y el canal Municipal de la ciudad le hizo un reportaje que después se transmitía en los buses públicos de cómo es el éxito en emprendimientos.

Fue tal el éxito que Eugenia amplio su local de 4 mesas (tomándose el jardín de la casa), a 18 mesas, ya con capacidad para atender hasta 70 personas. A los diez años de estar en constante crecimiento, ya vendía sobre los $200 mil dólares al año.

Veinte años después, con tres locales y ventas que superan el millón de dólares, ella considera que hoy en día es la mejor cafetería típica del Ecuador.

Dispone de la última tecnología en producción y una marca reconocida a nivel nacional y genera un muy buen número de plazas de empleo.

Eugenita Tapia ha participado en numerosas entrevistas radiales y televisivas incluyendo a la cadena internacional “Discovery Channel” y ha dado conferencias en las mejores universidades del país donde ha sido ovacionada de pie, en calidad de emprendedora.

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