El uso de smartphones y otros dispositivos con conexión a Internet es cada vez mayor. También la frecuencia con la que se utilizan estas tecnologías. Cada vez es mayor el tiempo que se dedica a mirar el móvil o la tablet para conectarse a Internet y mantenerse actualizado. De hecho, se estima que un usuario promedio revisará su dispositivo móvil unas 150 veces al día.
Este uso tan extendido de los dispositivos móviles también llega a los más jóvenes. No sólo empiezan a usar los móviles antes sino que los utilizan con más frecuencia. Aproximadamente la mitad de los niños de 10 a 12 años cuentan con un dispositivo móvil propio y la cifra aumenta hasta el 90% cuando se llega a los 14 años de edad.
Estas cifras muestran una realidad ante la que muchos se preguntan cómo las nuevas tecnologías afectan el desarrollo de los menores. Para muchos padres es importante considerar cuáles son los potenciales efectos que el uso frecuente del smartphone en el desarrollo psicológico de sus hijos.
Adicciones e interacción social
Los diversos estudios realizados sobre los efectos de las nuevas tecnologías en el desarrollo del menor son en muchos casos contradictorios. En muchos casos los resultados arrojan datos positivos, sobre todo relacionados con la mejora en la capacidad de tomar decisiones y del análisis lógico del menor así como una capacidad de reacción ante estímulos visuales y un desarrollo de la visión periférica mayor.
Pero también hay muchos estudios que advierten sobre los riesgos potenciales del uso prolongado de los smartphones y otros dispositivos digitales, sobre todo relacionados con las habilidades de comunicación y relaciones sociales de los menores. Los niños aprenden experimentando, relacionándose con otros y observando y asimilando las conductas que ven en su entorno. Se estima que muchos menores sustituyen una gran parte de sus relaciones personales por interacciones a través de Internet, lo que podría crearles un aislamiento y una mayor necesidad de estar conectado constantemente, derivando en una posible adicción.
La adicción a Internet es un riesgo potencial para los adolescentes que no saben gestionar el tiempo que permanecen conectados a sus dispositivos digitales. Es un problema que no se detecta con facilidad y que puede provocar una alteración de los habitos del adolescente hasta crear una conducta disfuncional que perjudique al menor en todos los ámbitos de sus vidas.
Otro de los riesgos potenciales para los menores es que, debido a la alteración de los patrones normales de comunicación entre ellos se pueden producir situaciones en las que un menor sufra de acoso por parte de otros menores. El distanciamiento que permite que se pueda acosar a alguien a través de Internet sin que realmente pueda ver hasta qué punto dicho ataque tiene consecuencias negativas en la víctima es uno de los factores que provocan el aumento del cyberbullying en la era digital.
Encontrar el equilibrio
Las nuevas tecnologías son relativamente recientes, es por eso que muchos estudios no son concluyentes, aunque sí ayuden a elaborar una serie de recomendaciones para prevenir los riesgos que conlleva el uso de las nuevas tecnologías de forma indiscriminada y puedan sacar provecho de las mismas en su desarrollo psicológico.
Para propiciar el buen uso de los smartphones y de Internet se debe predicar con el ejemplo. Los padres deben ser conscientes de que son una gran influencia para sus hijos, por lo que son ellos los primeros que deben hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías, así como propiciar la interacción personal con sus hijos.
Enseñar a los hijos a reservar espacios para realizar actividades que estén desligadas de Internet, dedicar tiempo a conversar o a realizar actividades conjuntas, limitar el uso de los smartphones y otros dispositivos de modo que éstos no interfieran con otras actividades como jugar o practicar algún deporte son pequeños detalles que servirán para que el adolescente incorpore el smartphone como una herramienta más de comunicación y no como la única forma de relacionarse con el exterior.