Dicen que nuestro futuro es incierto… Pero la verdad es que nuestras vidas tienen grabados indelebles casi invisibles que nos recuerdan creencias que nos han inculcado o nos hemos auto inculcado desde temprana edad, puesto que nos acostumbramos a recibir comentarios, observaciones y dogmas que han formando nuestra personalidad y nuestra visión de mundo. Es así como empezamos a cargar con el lastre de pensamientos anacrónicos que no son más que viejos paradigmas que se nos presentan como insuperables e irrompibles.
Nuestra vida se limita cuando hacemos «más de lo mismo» |
La cultura, en la mayoría de ocasiones tiende a ponernos límites, pues contempla la derrota aún sin comenzar a luchar por el triunfo. Sufrimos una crisis de mentalidad: no queremos cambiar nuestra forma de pensar, seguimos la norma, el ejemplo, lo que se supone “bueno”. Nos volvemos fieles consumistas de las conductas de l@s otr@s y nos olvidamos de que aunque mucha gente haga lo mismo, ello no significa que lo que hacen sea lo normal, sino que muchas personas se encuentran enfermas, bien sea mental, espiritual o físicamente.
Queremos lograr cambios preponderantes en nuestras vidas, pero no nos percatamos de que si seguimos “haciendo más de lo mismo” lo único que lograremos es volvernos a parar en el mismo punto del cual partimos. Ponemos barreras y obstáculos a la hora de enfrentarnos a nuestro devenir y carecemos de formas creativas que nos hagan pintar nuestro mundo con nuevos colores.
Si tus técnicas para renovarte no te funcionan, es hora de que te inventes unas nuevas, unas estrategias que borren todo prejuicio que guardemos en cuanto a nosotr@s mism@s, y qué mejor plan que crearle nuevos significados a lo que queremos, de esta forma encontraremos la suficiente autodeterminación y seguridad para alcanzar lo que nos hemos propuesto. Autodeterminación, para saber que las decisiones que tomamos, las tomamos de una manera libre; y seguridad, para hacer desaparecer los sentimientos de miedo e inseguridad que nos llevan a pensar de forma prematura en un “saldrá mal” o “no lo lograré”.
Si la tarea fuera fácil, todo el mundo la haría…
El secreto está en enfrentarnos a nosotr@s mism@s, en “hacer un poco más” de la cuenta, en no postergar lo “difícil”. Ver la jungla desde un helicóptero resulta sencillo… Pero, ¿te atreves a entrar en ella?
Con amor…
© Lluvia