Una empresa y/o negocio nace de la generación de una idea, constituida en un proyecto al cual incursionamos con la esperanza y los sueños de que cada una de nuestras metas se verán convertidas en activos reales para nuestro desarrollo personal y empresarial. En la etapa de emprendimiento tenemos la idea de la actividad comercial que se va a desarrollar, empezamos a ejecutar nuestro proyecto y a medida que crece nuestra empresa, crecen las obligaciones que se exigen a cualquier tipo de negocio que está comenzando.
La puesta en marcha de nuestra empresa o negocio no se queda solamente en aspectos como la constitución legal y los requisitos de funcionamiento que exige la ley, implica que a medida que se aumenta la productividad, se cuente con todo lo necesario para cubrir las necesidades de los clientes que requieren de nuestros servicios.
En el ejercicio de esta actividad, en la mayoría de los casos, se dejan de lado factores como la correcta contratación y/o vinculación de personal a la empresa, haciéndolo de manera informal, el pago de impuestos y/o cumplimiento de obligaciones tributarias, el trámite de autorizaciones para la correcta ejecución de la actividad comercial que se está desarrollando, y la adecuada celebración de contratos o cumplimiento de requisitos formales a la hora de realizar negocios con nuestros potenciales clientes. Se le resta importancia a ello, pensando que no es necesario para el desarrollo y fortalecimiento de la empresa, creyendo de manera errónea ahorrar capital.
En el momento que nuevos clientes contratan nuestros servicios no tenemos en cuenta normas civiles y/o comerciales que son indispensables en estas negociaciones, siendo usual que se realicen de palabra, sin haber suscrito un documento donde se establezcan las obligaciones de las partes y que nos sirva en un futuro para hacer exigible el pago, o resarcimiento de un daño o perjuicio, ante un eventual incumplimiento.
Nuestra preocupación aumenta cuando “cerrar un negocio” de manera efectiva depende del cumplimiento de los requisitos anteriormente descritos, es justo en ese momento cuando nos sentimos desorientados por no saber qué hacer.
El certificado de existencia y representación legal proyecta seguridad y confianza a sus clientes; una correcta vinculación laboral evita a la empresa sanciones de la autoridad competente y genera un equipo de trabajo que aumenta la productividad en su negocio, brindando seguridad y apoyo tanto a la empresa, como a sus trabajadores; la contratación civil y/o comercial asegura la prestación del servicio, forma de pago y manera de ejecución, protegiendo el capital de la empresa de manera efectiva; el cumplimiento de obligaciones tributarias con el Estado contribuye al desarrollo de la sociedad y evita sanciones que implicaría una afectación directa para la empresa.
En las situaciones anteriormente descritas se hace necesaria la intervención oportuna de un equipo jurídico idóneo, que preste asesoría jurídica en las áreas del derecho que el empresario requiere en etapa de emprendimiento y/o fortalecimiento, constituyéndose así en una inversión segura para su empresa, necesaria para la protección de su capital. Y es que si bien cometer un error en la administración empresarial puede dar una gran lección, en ocasiones puede suponer el fin del negocio, o provocar importantes retrasos.
ServiLegal Abogadas Asociadas S.A.S, ofrece servicios de asesoría jurídica integral a empresarios y comerciantes en las áreas del derecho que lo requiera, ofreciendo un servicio económico, oportuno, eficaz y de alta calidad a nuestros clientes.
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Vanessa Rodríguez
Directora Jurídica
ServiLegal Abogadas Asociadas S.A.S.