El trabajo independiente o freelance se ha vuelto una constante en nuestros días. Se trata de profesionales que no logran insertarse en el mercado laboral, o bien de otros que, cansados de la rutina de un horario de trabajo formal o de las grandes estructuras, deciden instalarse por su propia cuenta. Si bien siempre ha habido profesiones, las tradicionalmente llamadas liberales (médicos, abogados, arquitectos, etc.), que han trabajado bajo esta modalidad, la novedad hoy es que ha dejado de restringirse a éstas. Bajo la figura de consultoría o simple prestación de servicios, en muchos casos este tipo de trabajadores son el grueso en su rama de actividad. Un importante nicho donde pululan los trabajadores independientes o freelancers es el relacionado con la informática. Favorecidos por las ventajas de las nuevas tecnologías, estos trabajadores se encuentran al margen de las grandes empresas y realizan trabajos solos o en equipo por proyecto, inclusive dejando de lado la limitación geográfica. Este tipo de trabajo, sin embargo, encuentra su cuello de botella si se vuelve necesario tener que encontrar un espacio físico donde desarrollar algunas tareas. Por ejemplo, si el trabajo es en equipo y los encuentros se han vuelto limitantes, es imperativo contar con salas de reuniones, o bien en la medida en que el trabajador independiente se profesionaliza requiere de una sede que sea como su cara visible al mundo. Si el objetivo del freelancer es expandirse es necesario que se mueva en forma cuidadosa al momento de buscar estos lugares, puesto que pueden aparecer costos hasta ese momento insospechados que pongan en peligro la rentabilidad de su actividad. Atento a estas necesidades han surgido empresas como Regus que se dedican al alquiler de oficinas en forma temporaria, aunque en la realidad su ámbito de servicios excede en mucho a esto.
De esta forma, los trabajadores independientes pueden contratar los servicios de oficina que sean acordes a sus necesidades viéndose librados del peso de cargar con pesadas estructuras que luego cuesta mantener. Porque la principal dificultad con la que se encuentra el trabajador independiente es que el tiempo en que verdaderamente necesita una oficina es acotado. Tratándose por lo general de trabajos intelectuales, el espacio físico solo se vuelve imperioso al momento de reunirse con colaboradores o clientes. En muchos casos tanto colaboradores como clientes se encuentran repartidos alrededor del mundo y el concepto de sede física se vuelve completamente ineficiente. Fuera de estas reuniones, el resto del tiempo la oficina es un gasto que no tiene ningún correlato con su productividad. Basta solo con fijarse a cuánto asciende el valor del alquiler oficinas en Madrid para darse cuenta que no tener que cargar con él, implica un verdadero salto cuantitativo en el bolsillo del freelancer.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es la cuestión geográfica. Contar con oficinas a lo largo y ancho del país, con el personal capacitado, el mobiliario adecuado y las condiciones de atención óptimas implica una serie de costos (y riesgos, bien vale decirlo) que no se justifican existiendo Regus. De forma sencilla un trabajador independiente puede en los más importantes centros de negocios y en las zonas más reputadas contar con oficinas virtuales. Así, sin dejar de trabajar en la comodidad de su casa o su estudio puede contar con muchas sucursales. Atender clientes en su oficina virtual Barcelona, o Valencia, o Madrid, solo trasladándose a esos lugares en la medida en que el desarrollo del negocio lo amerite. Este tipo de contratos son muy beneficiosos, puesto que se gana en presencia comercial, en cercanía con el cliente y a fin de cuentas, en competitividad.
Un último aspecto a ser tenido en cuenta es que se ha vuelto una máxima de nuestros tiempos que una imagen vale más que mil palabras. Para obtener buenos contratos, para mantener satisfechos a nuestros clientes y para jerarquizarnos entre nuestros colaboradores es menester contemos con un ámbito apropiado a la hora de recibirlos. Esto implica que el servicio de recepción sea de primera, la atención telefónica impecable, que la limpieza del lugar sea inmaculada. Además, un mobiliario moderno y las últimas herramientas de la tecnología completan el cuadro. A medida que sumamos pequeños detalles a tener en los que fijarnos más y más dinero se añade a la cuenta final. Con la contra que, para encontrarnos siempre actualizados, las erogaciones deben ser constantes. En ese contexto, contratar los servicios de empresas como Regus es la mejor y única opción.
Entonces, cuando un trabajador independiente se encuentra frente a la alternativa de dar el gran salto y comenzar a trabajar con clientes de alta gama, una buena elección seguramente será inclinarse por contratar los servicios de empresas que se dediquen al alquiler de oficinas temporarias. Estas le brindaran todo lo necesario para poder crecer en su negocio sin la carga de realizar grandes inversiones.