Somos dos fundadores jóvenes que siempre nos ha gustado el mundo del emprendimiento. Alejandro estudió telecomunicaciones y, junto a este proyecto, lleva un negocio de ventas de productos informáticos online. Miguel empezó con este proyecto al acabar la carrera de Ingeniería en Organización Industrial.
Nuestro emprendimiento se llama ToHa, una marca de productos de campo y playa. Nuestro producto estrella es la ToHa, una toalla-hamaca muy portable, cómoda y estética, que junta las funcionalidades de la toalla junto con la comodidad de la hamaca. Actualmente vendemos el producto por la web www.toha.es con envíos a toda España y tenemos varios distribuidores en el país. Nuestro objetivo es buscar distribuidores Internacionalmente para llevar la ToHa a todas las playas del mundo.
Todo comenzó con la idea de resolver un problema propio y, cuando nos dimos cuenta de que mucha gente compartía el mismo problema, fue cuando nos planteamos el negocio. También nos encanta el mundo del emprendimiento y Startups e intentamos aprender todos los días de los mejores.
Vivimos en Canarias, un archipiélago de islas en España, y disfrutamos de buen tiempo todo el año, por lo que nos encanta pasar horas en la playa. Y fue en uno de esos días de incomodidad en la playa, cuando se nos ocurrió que teníamos que inventar algo que fuera más fácil de transportar que una silla de playa, pero que diera la posibilidad de estar cómodo leyendo, comiendo o simplemente tomando el sol. Justo tuvimos la idea cuando Miguel finalizaba la carrera y tenía que hacer el trabajo de fin de carrera, por lo que documentamos todo el proceso inicial y lo presentó como trabajo.
Todo ha sido con financiación propia. Empezamos con unos €1.500 euros que pusimos entre los dos y desde ahí hemos ido creciendo poco a poco.
El proyecto comenzó con un problema, pero sin una solución, es decir, no sabíamos cuál iba a ser el producto. Empezamos desarrollando distintos prototipos en los que incluso llegamos a diseñar piezas con una impresora 3D que nos prestaron. A prueba y error, fuimos haciendo cambios hasta que conseguimos desarrollar lo que hoy es la ToHa.
Después de patentar el producto, comenzamos con la fabricación manual de las primeras unidades. Junto con la ayuda de amigos y familia, cortábamos tubos, cosíamos las toallas y ensamblábamos las unidades de manera totalmente manual. Levantamos la web y comenzamos a hacer ventas rápidamente, llegando a romper stock varias veces en los momentos más fuertes del verano. Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que necesitábamos un fabricante y comenzamos a buscar, hasta que dimos con un fabricante especializado en aluminio en China que era capaz de fabricarnos el producto al completo.
Poco a poco, y resolviendo infinidad de problemas de los cuales no contábamos con ninguna experiencia (problemas de aduanas, de controles de calidad, financiación…), fuimos haciendo crecer el negocio hasta el punto en el que nos encontramos ahora, en el que vendemos bastante bien en el país, pero queremos dar un salto de calidad e internacionalizar el producto, con distribuidores en todas las partes del mundo.
Seguimos siendo los dos fundadores, vendemos aproximadamente 150 unidades al mes sin contar los distribuidores y estamos cerca de cerrar acuerdos para comenzar a vender el producto en Estados Unidos y México.
Para nosotros lo más satisfactorio de emprender es comenzar a ver resultados. Es cuando te das cuenta de que todo el trabajo ha merecido la pena, además de todo lo que hemos aprendido. Siempre decimos que, aunque el día de mañana esto no acabara de la manera que nos gustaría, habría merecido la pena con todo lo que hemos aprendido y los buenos momentos que te llevas de un emprendimiento. Hemos disfrutado cada día desde que comenzamos con el proyecto.
Pero también han habido dificultades. Si no estás acostumbrado a las dificultados, ni te plantees emprender. Podríamos contar una dificultad por cada día que llevamos con el proyecto, lo importante es seguir adelante y aprender de cada una de ellas.
A otros emprendedores les aconsejamos que, lo que hagan, lo hagan porque disfrutan haciéndolo y no por ganar dinero. Que no se vengan abajo, aunque parezca que no se puede seguir (siempre hay un camino) y que tengan paciencia.