Una de las lecciones que más me ha tomado tiempo aprender es que conviene ser un líder en cada aspecto de tu vida. No solo en los negocios sino en tu vida personal, en tu salud, en tu cuerpo, en tus relaciones, en tus sentimientos y emociones. La vida no es una batalla ¿sabes? Es un juego y tú decides como jugarlo, pase lo que pase, hay una frase que dice:
No importa tanto lo que te suceda sino como reaccionas a ello.
¡Y vaya que importa!
Cuando decides ser un líder hay un cambio positivo que se produce en cada fibra de tu cuerpo. Esa hermosa sensación de cuando realmente has tomado una decisión ¿Puedes recordar cómo se siente eso? Seguramente lo has sentido en aquella ocasión en la que dijiste:
– He decidido lograr X cosa, pase lo que pase- y seguramente lo hiciste.
¿No fue una sensación maravillosa?
Te contaré que una vez que yo tomé esa decisión he tenido momentos de flaqueza donde me dan ganas de esconderme debajo de mi cama nuevamente. Tanto que solucionar, tanto que hacer, tanto que aprender, tanto que sentir ¡Puede ser abrumador! El consejo que te puedo dar al respecto es que conviene que seas amable contigo mismo. “Roma no se construyó en un día” así que es posible que tú tampoco logres hacer todo en uno solo pero date amor y paciencia. La constancia es la madre del éxito y poco a poco, te aseguro que lograrás lo que te propongas.
Y si sientes miedo en el proceso, por favor, permítete sentirlo pues valiente no es aquel no siente miedo sino el que actúa a pesar de ello.
Y tu esfuerzo valdrá la pena, te lo aseguro.
Conviértete en un líder de tu propia vida y disfruta el proceso. Si vas a crear una empresa, disfruta cada momento. Si vas a iniciar un cambio importante en tu vida, saborea cada segundo. Es como cuando decides entrenar para un maratón; el maratón será divertido sí pero cada entrenamiento es una verdadera belleza: el aire en tu rostro, tus pies sintiendo el suelo en cada paso, cada gota de sudor que trabaja en refrescar tu cuerpo, tus músculos respondiendo uno a uno al esfuerzo… es una cosa maravillosa.
Como la vida misma, cada instante está plagado de belleza. Convierte en un líder, un líder de ti mismo antes de buscar serlo para otros. ¿Cómo podrías guiar a otros sin poder guiarte a ti mismo?
Un líder asume la responsabilidad por todo lo que sucede a su alrededor, le guste o no.
Un líder no tiene el tiempo de hacerse la víctima, se deja sentir lo que sea que siente y es amable consigo mismo.
Un líder trabaja para conseguir sus sueños pero trabaja realmente, con esfuerzos bien enfocados, con visión y acciones relacionadas con ella.
Un líder comprende que el fracaso es una experiencia de aprendizaje, en ocasiones incluso necesario porque encontrando lo que funciona estás más cerca de encontrar lo que sí funciona.
Así qué ¿estás list@ para convertirte en un líder de tu propia vida?
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Recuerda siempre por favor: ¡Tú puedes hacerlo!