Según “El Observatorio Cetelem del Consumo Europeo” del 2013, la adversidad creada en Europa por la crisis cambió la postura de los consumidores que cada vez más buscan ayudarse mutuamente. Hay un sentimiento compartido por todos de que se enfrentan las mismas dificultades económicas y se inquietan por los contornos que se diseñan del futuro. No sorprende que los consumidores se echen una mano y demuestren una solidaridad reforzada.
En el informe de Cetelem se subraya que más de la mitad de los europeos consideran recurrir a la ayuda mutua y solidaria, el que se puede presentar bajo varias formas: compartir, trueque, compras colectivas, entre otros. Crece la consciencia de que unidos los consumidores son más fuertes.
Así Cetelem dice que las dimensiones que la crisis europea ha tomado, desarrollaran una solidaridad social proporcional que suele justamente ser más evidente en los países del sur de Europa. Portugal e Italia son los países en los que los consumidores se muestran más dispuestos a recurrir a la ayuda mutua, pero también en Francia y Hungría donde las medidas de austeridad, junto con el aumento del paro y el avance de la pobreza empiezan a acosar sus ciudadanos.
Cetelem cree que la ayuda mutua será transversal a todas clases de la población, asumiendo múltiples formas y suscitará el desarrollo de modelos basados en el intercambio y la solidaridad.
Según Cetelem hay tres grandes fenómenos de carácter duradero que explican la idea que despliega entre los consumidores europeos de convertir lo viejo en nuevo, reciclar, reutilizar y recuperar. El primero es que la crisis obliga las familias a aprovechar cualquier oportunidad económica para consumir mejor gastando menos. El segundo es que el nacimiento de la Internet social es el medio ideal para los consumidores desarrollaren vínculos entre sí. Y por último la concienciación medioambiental que empuja a los consumidores al reciclaje y a no acumular productos a expensas del planeta.