He estado en grupos de emprendedores donde hay más dudas que aciertos, siempre les digo que lo principal es la idea de negocio que tienen, que se convertirá en un proyecto, una actividad o negocio y es ahí cuando todo empieza.
La idea de negocio es sumamente importante, esa nos nutre, nos apasiona, es nuestro hijo en nuestra mente, falta concebirla y tenerla realizada, apenas nace el proyecto, empieza su crianza. En todas las etapas previas al nacimiento y obviamente posterior a éste o mejor, en toda la etapa de vida de esa pasión es necesaria una consultoría, esa es la guía que necesitamos como padres para criar a nuestros hijos o crecer nuestra empresa.
En nuestra empresa o actividad tenemos riesgos, algunos más grandes que otros, algunos son propio de la actividad que se desarrolla, otros propios de nuestra inexperiencia en el asunto, nadie nos enseñó a ser padres, tampoco a tener empresa. Aunque hemos visto a nuestros padres y empresarios de grandes corporaciones, nada se compara con el hecho de hacerlo nosotros mismos.
Éste tipo de consultoría no es exclusiva para las grandes empresas, cuando se empieza un negocio es cuando se debe correr menores riesgos, porque cualquier pérdida a raíz de ellos puede representar el cierre de la empresa.
Algunos aspectos básicos a tener en cuenta son: La forma de contratación del personal a cargo; el tipo de contratos que firmamos con los clientes; el cumplimiento de las normas de contabilidad y tributarias (impuestos); presentar a tiempo las declaraciones tributarias; manejar debidamente el IVA cobrado; el lugar donde realizo la actividad y el tipo de contrato que tengo para el local, estos aspectos básico pueden representar pequeñas pérdidas, que según el tamaño de la empresa, serán grandes pérdidas.
No permita que sean las circunstancias las que determinen el futuro de su empresa o proyecto empresarial, trabaje hoy en la prevención de riesgos para tener mañana una actividad sólida.
León David Zúñiga Pérez.
Abogado – Gerente DLT Consultores S.A.S.
www.dltconsultores.com
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