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Cómo tener un año de 16 meses

Cuentan que el célebre Napoleón Bonaparte recibió un recado urgente de uno de sus generales -a cuyo cargo estaba el comando de una importante batalla- para pedirle que le concediera más tiempo a fin de prepararse adecuadamente para el ataque crucial. Napoleón le respondió inmediatamente que podía pedirle todo lo que quisiera, y que pudiera proveerle a la mayor brevedad, como municiones, pertrechos y demás logística de última hora, pero menos tiempo. Sin duda el gran estratega sabía claramente que la mayoría de las veces, las batallas en la vida se ganan por actuar a tiempo y sin demoras.

Justamente, por esta razón hoy traigo una idea que, si sabes aplicarla y la practicas continuamente, literalmente puede convertirse en el punto de quiebre de tu vida, (En inglés se conoce como el «Turning point») es decir el instante a partir del cual el factor tiempo comienza a dejar de ser un pretexto en tu vida de emprendedor, para convertirse en una herramienta definitiva que te impulsará al éxito que tanto deseas alcanzar.

Se trata pues, de cómo alargar literalmente tu vida productiva, y no hablo de la fuente de la juventud, ni de pócimas mágicas, ni mucho menos; es algo muy simple, tanto que te parecerá absurdo.

Recientemente, una amable lectora,  tuvo la gentileza de escribir un comentario acerca de otro tema similar tratado en artículo anterior; me permito transcribirlo para que tú también asimiles su interesante contenido:

«Al parecer  -nos cuenta Diana- la clave está en dividir y concentrarse. Nadie está hecho para soportar grandes cargas solo, por lo que delegar responsabilidades y dividir tareas es la mejor forma de aprovechar al máximo nuestro potencial. Me agradaron las pautas y creo que pueden ser de mucha ayuda a esa gente que se desespera porque los resultados no llegan en un 2 por 3. Ser emprendedor también es saber ser paciente, pero no pasivo.»

Entonces, el secreto es sencillo y consiste en trabajar dos horas adicionales entre lunes y viernes (y aún hay chance de trabajar un poco más los sábados) ¿Y de dónde saldrán esas dos horas extras?, pues hay que comenzar a levantarse más temprano o acostarse más tarde. Es cuestión de usar un poco tu creatividad. Al principio puedes tener un año de 13 meses trabajando sólo una hora más de lunes a viernes y cuando ya te hayas acostumbrado, pues aumentas otra hora de trabajo a tu rutina diaria y tendrás una año de 16 meses (insisto, sin contar los sábados, que – a menos que seas judío de pura cepa- también podrás aprovechar productivamente, de modo que tendrías un año ya no de 16, sino de 18 meses y medio para triunfar…)

Cuando expuse este tema, hace un tiempo en una convención anual de ventas en Nueva York, el presidente de la compañía me dijo que con sólo ese pequeño secreto ya se había pagado mi participación en ese evento.

Ahora bien, disponer de más horas productivas te da una ventaja competitiva realmente importante, pero esto sólo será cierto cuando comiences por aumentar tu eficiencia, pues como dice mi amigo y paisano Camilo Cruz, no hay que confundir actividad con resultados, cuando cuenta la historia de las Orugas Procesionarias del popular Zig Ziglar. Se trata entonces de reducir el tiempo para culminar determinadas tareas que antes te tomaban más horas.

Estudios realizados por expertos en el tema de Tiempos y Movimientos y un grupo de psicólogos demostraron que el tiempo necesario para cumplir una tarea determinada es susceptible de reducirse hasta un límite razonable, sin sacrificar la calidad de los resultados. Incluso, hay casos en los que la calidad aumenta. Creo que todos conocemos las pruebas contrareloj aplicadas en innumerables exámenes de ingreso a muchos empleos en el mundo y hasta las escuelas de educación primaria aplican los mismos métodos a sus pequeños estudiantes, acaso con igual propósito.

En ocasiones excepcionales, es menester trabajar muchas horas seguidas en un proyecto determinado que prometa resultados extraordinarios. Así sucedió cuando Edison sintió que estaba ad portas de descubrir el funcionamiento de uno de sus inventos, el gramófono. Se tomó tres dias completos, sin dormir hasta dar con la idea final.

Me ha ocurrido unas cuantas veces. La primera que recuerdo fue durante mi adolescencia. Por ser oriundo del país donde se cultiva el café más suave del mundo, el profesor de Geografía me asignó una investigación al respecto. Ese día, al salir de clases, lo primero que hice fue dirigirme a las oficinas de la Federación Nacional de Cafeteros para documentarme al respecto. Durante el siguiente fin de semana me dediqué, con muy pocas horas de sueño, a leer y redactar mi trabajo. Terminé exhausto, pero satisfecho. A la semana siguiente lo presenté y dias más tarde, el profesor Pérez devolvió a cada estudiante su trabajo debidamente revisado y calificado. Sólo retuvo uno en sus manos y antes de finalizar su clase dijo: «Gómez, déjame tu trabajo que se lo voy a enseñar a mis alumnos del Liceo Grancolombiano». Esa fue mi recompensa, servir como modelo para estimular a otros a dar lo mejor de sí.

En resúmen, si tienes la disposición de emprender hacia el éxito, te ayudará bastante aumentar tu eficiencia trabajando más horas productivamente, haciendo los sacrificios que haya que hacer, aprendiendo a utilizar tu tiempo con mayor eficiencia y programando tu subconsciente para que te ayude a hacer en menos tiempo lo que antes te tomaba más, además de organizarte adecuadamente, con total enfoque y concentración, estarás dando pasos gigantescos hacia el logro de tus ideales.

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