Lo confieso. En el post anterior he utilizado un pequeño truco. Se trata de utilizar la información de la manera más relevante para mi objetivo. Por ejemplos si quiero comunicar que mis ventas han aumentado puedo decir:
1.- Las ventas se han triplicado este año.
2.- Las ventas han pasado de 10 a 30 mil Euros.
3.- Las ventas han sido de 30 mil Euros sobre 10 mil el año anterior.
4.- Las ventas han aumentado un 300% de un año al otro.
Fotografía creada por Jean-François Gornet usada bajo una licencia CC BY-SA 2.0
Juzgad vosotros mismos cuál es la cifra más impactante. Estadísticamente, la mayoría de los individuos consideran los crecimientos abstractos, en este caso un 300% como más impactantes. Los crecimientos que son evaluables (de 10 a 30 mil) son también discutibles, ya que pueden depender del sector, de la experiencia personal o de la familiaridad que tengamos en el manejo de cifras.
En resumen, utilizar cifras abstractas es siempre mejor, excepto en el entorno estrictamente profesional y en contexto informativo.
Para mí, el orden de preferencia de las frases anteriores sería 4,1,2,3, en una presentación divulgativa. Hay que resaltar que en países anglosajones se tiende a utilizar la estructura correspondiente a la frase 3.
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