Recuerda que no es qué digas, sino la manera en que lo dices
El 75% de ocasiones que discutimos con quien estamos platicando, se debe a un “malentendido”. Pensamos que con decir las cosas es suficiente y lo que entienda el receptor del mensaje ya no depende de uno; estamos totalmente equivocados, ya que nosotros como emisores tenemos la responsabilidad de transmitir de manera correcta y eficaz la información, utilizando diferentes herramientas como el tono, volumen, dicción, tipo de aire, gesticulación, etcétera.
Según los expertos de la comunicación, y que ha sido comprobado infinidad de ocasiones, el 93% de la comunicación es no verbal, y solamente el 7% es la información (palabras) que compartes, se divide de la siguiente manera:
Lenguaje corporal: 55%
El lenguaje corporal comprende todos los movimientos que realices con el cuerpo, desde la manera en la que te paras hasta el movimiento más pequeño que puedas realizar, como una mirada o una expresión facial.
Canal paraverbal: 38%
Se refiere a las características de la voz como tono, volumen, cadencias, ritmo, etcétera.
Información: 7%
Todas las palabras comprendidas en el mensaje.
¿Cómo hablar en público?
Para poder lograr una comunicación efectiva con nuestros interlocutores, ya sea hablando con una persona o con un auditorio entero, es de vital importancia conocernos para después poder presentarnos con nuestra audiencia (recuerda que la primera imagen es la que mayor peso tiene al momento de hacer contacto con los demás); debemos identificar claramente los músculos, tendones, ligamentos y huesos que hacen que alguna parte de nuestro cuerpo se mueva y en que momento sucede esto.
Para entrar en materia definamos los elementos que debemos cuidar para lograr un feedback de nuestro oyente exitoso.
Postura corporal
Lo primero que hay que cuidar al momento de entrar a escena (sea escenario, foro, salón, incluso platica entre dos) es la manera en la que nos paramos; debemos mantener una postura erguida.
- Espalda recta
- Pies a la altura de los hombros apuntando siempre la punta hacia el frente
- Hombros relajados ligeramente hacia atrás, ni muy relajados que parezcan “escurridos” ni muy tensos que parezcas soldado, recuerda que tiene que ser natural
- La cabeza en posición “normal” en dirección a la persona, cuida la altura de tu mentón, no muy arriba porque denotas arrogancia ni muy abajo porque comunicas inseguridad y pierdes credibilidad
- Siempre cuidando hacer contacto visual directo y real; los ojos “son las ventanas del alma”, aunque suene muy cursi, por medio de los ojos puedes conocer más a las personas y reconocer con mayor facilidad lo que sienten en ese momento, además, es un símbolo de fuerza y seguridad
Gesticulación facial
Debe existir congruencia con lo que decimos, lo que sentimos y lo que demostramos, un ejemplo muy claro es cuando le dices a una persona “Te quiero” pero si en tu rostro no se observa una expresión de amor o de gusto la persona seguramente lo va a malinterpretar; la sugerencia es sonreír, ya que con esto generas mayor empatía y es más probable que exista una mejor conexión.
Un consejo que te comparto en este punto es que hagas “pruebas” frente al espejo, te mires y pongas atención cuales son tus expresiones más comunes así como también de que manera expresas tus sentimientos con el rostro, esto te permitirá ser más consiente de ti y lograrás transmitir de manera más efectiva.
Sonríe, frunce el ceño, arruga la nariz, guiña el ojo, utiliza la mejor expresión para el momento pero no abuses.
Ademanes
Imaginemos que somos actores de cine mudo, tenemos que lograr que nuestro receptor logre entendernos con el movimiento de los brazos y manos, esto es algo muy similar a la gesticulación facial, debemos ser congruentes con los movimientos, no tan exagerados cuando hablamos con una persona o personas cerca, pero movimientos más grandes si nos encontramos con un público amplio.
Los brazos y manos deben moverse al ritmo de lo que vamos contando y acorde a la situación; podemos identificar tamaños, características físicas, orientar a la otra persona respecto a direcciones, etcétera.
Al momento de comenzar a hablar las manos siempre se van a colocar en el centro de nuestro ser, para ser más específico, a la altura del diafragma, cuidando que no se crucen o se agarren con fuerza, eso demuestra inseguridad o falta de interés y por consiguiente rechazo de quien te está escuchando.
Cuando hablamos de sentimientos y emociones las manos van a la altura del pecho, y al momento de hablar de cifras numéricas, resultados de encuesta o algún dato científico normalmente van a la altura de la cabeza haciendo referencia a la racionalidad.
Tono y volumen de la voz
Debemos identificar y ser consientes de la gran diferencia que existe entre ambos conceptos, ya que muchos en algún momento seguramente los hemos confundido; a pesar de que van “de la mano” su función es totalmente diferente.
- El tono es la musicalidad que le damos a nuestro discurso (así como una canción no puede sonar “plana” y con un solo tono, en nuestro mensaje deben existir variaciones tonales, algunas veces agudo, otras graves, utilizando cadencias para lograr una mejor comprensión)
- El volumen, simple y sencillamente, como su nombre lo dice es la fuerza que utilizamos para que el público nos escuche (alto, bajo, medio)
Tipos de aire
El ser humano cuenta con dos tipos de aire al hablar, el cálido y el frió, para identificarlos haz el siguiente ejercicio: coloca la palma de tu mano frente a tu boca y exhala con la boca abierta, eso es aire cálido, ahora con la palma de tu mano en la misma posición sopla con la “boca cerrada”, sólo deja un pequeño espacio para que salga el aire, eso es aire frío.
- El aire frío lo utilizamos al estar en una plática normal, donde nuestro objetivo prácticamente sólo es compartir información
- Cuando queremos transmitir una emoción, persuadir, incluso enamorar, utilizamos el aire cálido
Cabe mencionar que el aire cálido es como un susurro y fisiológicamente no se le puede dar mucho volumen.
Dicción
La dicción es básica para la comprensión total de un mensaje, los órganos y huesos que intervienen en este proceso son la legua, paladar, mandíbula y labios.
Existen varias técnicas para mejorar en este punto como la del lápiz en la boca, la piedrita bajo la lengua, etcétera, que en lo personal no me han funcionado, ya que lo único que generan es la obstrucción del movimiento natural de la lengua, para mí no hay mejor técnica que la práctica, abrir bien la boca, exagerar nuestra gesticulación (aunque no demasiado porque sería extraño para quienes estén enfrente de nosotros) y ser consientes de la manera en que decimos las cosas.
Ahora ya conoces los elementos básicos para poder hablar y que tu mensaje sea escuchado, pero principalmente comprendido. Pon en práctica cada uno de ellos y en conjunto harán de ti una persona empoderada, capaz de transmitir ideas de forma precisa.
Espero que la información te sea útil (estoy seguro que así será) y te invito a comentar abajo qué temas te interesan para el próximo artículo.
Te deseo todo el éxito del mundo querido colega emprendedor…
P. D. No olvides seguir mis redes sociales y compartir tus experiencias, será muy grato leerte.