En una presentación en público, queremos transmitir. Queremos contar lo que hemos venido a contar. Y lo soltamos a la primera oportunidad.
¿No habéis estado nunca con alguien (un jefe, un colaborador, algún familiar) que no puede controlar el “tempo” de la reunión, y en cuanto se sienta, lo suelta todo?
Pues sucede lo mismo en las presentaciones. Tenemos la tendencia a soltar nuestro “mensaje” a la mínima oportunidad.
Y el motivo es que seguimos pensando que estamos allí, delante de esa gente, para darles información. Información es lo último que quiero cuando estoy en una audiencia. Quiero que me emocionen, que me comuniquen, que me muevan a hacer algo. Y eso sólo lo consigo con tiempo.
Fotografía creada por El Bibliomata usada bajo una licencia CC BY 2.0
Cada uno tiene que buscar su «tempo». Hay distintos perfiles de presentadores:
1) Presentadores que necesita unos 15 min para “entrar en calor”
2) Presentadores que lo mejor que tiene es el inicio
3) Presentadores que va aumentado el interés progresivamente
4) Presentadores que llega a un pico en el centro de la presentación.
Lo mejor de esta nota de hoy es que no importa cuál es tu “tempo”.
El consejo de hoy es el siguiente:
– Lo importante es que conozcas tu «tempo», lo controles, lo planifiques y finalmente, que lo utilices como una de las mejores herramientas para llegar a tu objetivo: conectar con el público y comunicar.
Y recuerda, llegar y soltar el “mensaje” no es la mejor manera. Si quieres aprender más técnicas de presentación en público, visita el blog de Mynima. Un espacio pensado para ti.