En una ocasión, las noticias daban cuenta de Tom Lackey volando parado sobre las alas de un pequeño avión alrededor del Peñón de Gibraltar. Esto en sí no tendría nada de raro, pero sucede que nuestro amigo tiene 94 años de edad (!) «Esto se llama saber vivir» me decía yo cuando terminé de leer la nota. Y es que me parece que -sin importar el tiempo que permanezcamos en este mundo- todos tenemos la posibilidad de llevar la vida que queramos, de ser lo que deseamos, de desarrollar al máximo nuestro potencial. Para ayudarte en ese noble propósito, hoy quiero compartir contigo unas cuantas recomendaciones que espero puedas llevar a la práctica.
En primer lugar, es muy importante aprender a tomar las cosas con mente positiva, teniendo en cuenta que la mayoría de las veces los desafíos son oportunidades que nos presenta la vida para crecer. Debemos pues, ser objetivos y acostumbrarnos a incorporar esta cualidad a nuestra vida cotidiana. Una actitud positiva permanente determina favorablemente el curso de tu vida. Desde luego que aquí juega un papel importante el alimento que demos a nuestra mente y emociones, ya que TODO tiene un impacto en nosotros y nos afecta de una u otra manera. Por ejemplo, las noticias. Como sabemos, pocas veces son alentadoras y los medios se ocupan de bombardearnos a diario con ellas. No está mal enterarnos de lo que pasa en el mundo, pero tampoco podemos saturarnos de ello. De igual manera, las personas con las que nos relacionamos, ya sean parientes, amigos, socios, etc. pueden ayudarnos a progresar o demorar el proceso, si se trata de personas tóxicas, como las llaman cierta clase de autores. La diferencia entre unas y otras radica precisamente en su actitud hacia nosotros. Si, por ejemplo, en el primer caso, alguien de buena fe, pero sobre todo de buena manera nos sugiere un determinado curso de acción o nos formula una crítica constructiva, bienvenida sea. Pero si, por el contrario, suele criticarnos de manera destructiva y desconsiderada, buscando consciente o inconscientemente lastimar nuestra autoestima, debemos ser cuidadosos al respecto. Recuerda siempre que tu actitud revela tu carácter.
El segundo aspecto que necesitas desarrollar es tu auto-concepto, algo que tiene relación directa con tu personalidad. Tu mente gobierna tus actos, de modo que si no funciona como quieres y necesitas, hay que comenzar por hacer los cambios adecuados. En otras palabras, si mejoras tu mente, cambias tu vida. Si quieres mejorar tus resultados debes convertirte en una persona diferente y salir rápidamente de tu zona de confort, ese lastre que echa a perder tantas vidas y que evita a toda costa que cambies favorablemente la dirección de tu vida. Todo el mundo teme y esquiva el cambio por naturaleza. Todos queremos que las cosas sigan igual, pero al mismo tiempo anhelamos que mejoren. Sin embargo, todo progreso, todo crecimiento, todo avance exige cambios. Y es que el cambio es inevitable; sin importar lo que hagas, las cosas no serán las mismas por largo tiempo. Todo cambia constantemente, bien sea para mejor o para peor, pero las cosas jamás permanecen intactas.
Tu auto-concepto está formado por tres partes: tu auto-ideal, tu auto-imagen y tu autoestima. Tu auto-ideal es la clase de persona en la que quisieras convertirte, basado en cualidades y atributos que admiras de otros seres humanos. Tu auto-imagen es la forma como te ves y piensas acerca de ti, y tu autoestima, es la forma como te sientes, emocionalmente hablando, contigo mismo. Esta es la clave para tu felicidad y sentido de realización personal, es decir el desarrollo de tu potencial.
En síntesis, tus atributos genéticos (cualidades heredadas) más tus atributos adquiridos a través del conocimiento, la experiencia, el talento y las habilidades, junto con la actitud que asumas frente a la vida, serán los ingredientes para tus logros a lo largo de tu existencia.
Por último, están tus metas. Lo primero que debes hacer es decidir qué quieres alcanzar. Lo segundo, es cómo tomar un vuelo, es decir hay que pagar la entrada por adelantado, antes de remontarse a las alturas. Todo en esta vida tiene un precio y cuanto mejor sea, mayor esfuerzo requiere, pero bien vale la pena.
Una de las grandes ventajas de fijarte metas es que le dan sentido de dirección y control a tu vida. Sabes para dónde vas y cómo vas a lograrlo. Es aconsejable comenzar por objetivos a corto plazo, con menor grado de esfuerzo para su logro. Esto te dará confianza para ir estableciendo metas más complejas y exigentes de manera gradual. Tus metas deben quedar por escrito para que puedas leer tu lista diariamente, de modo que tu mente refuerce constantemente la necesidad de alcanzarlas. Igualmente, debes ponerles fecha límite para que te sirva de guía hacia su consecución.
Si aplicas estos consejos tienes altas probabilidades de lograr cualquier cosa que desees, sobre la base de una gran disciplina, esfuerzo y dedicación.
Buena suerte y muchos éxitos.
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