Es posible que actualmente ames mucho tu trabajo como líder de tu propia empresa y no te imaginas retirándote, pero debes comenzar a pensar en el futuro y crear a un sucesor.
Pueden surgir imprevistos e inconvenientes que te alejen temporalmente de tus funciones. Además, siempre hay un momento en la vida en el que desearás tomarse unas merecidas vacaciones y delegar la gestión de tu empresa en otra persona.
Una mano derecha que trabaje con tus problemas diarios y conozca los detalles de la empresa es el mejor candidato.
El don de liderazgo y las características adecuadas para el tipo de actividad que realizas son factores importantes, sin embargo, lo fundamental es que esta persona complemente tus debilidades.
En segundo lugar, es buena idea poner a prueba el nivel de compromiso de la empresa dando, por ejemplo, oportunidades para salir de ella con buenos beneficios. Si la persona no cede y prefiere rendir en la compañía, es suficiente muestra de compromiso.
Por último, no vale la pena guardar grandes secretos empresariales con esta persona. Si te sientes más seguro, firma un acuerdo de confidencialidad y establece otras restricciones legales que consideres pertinente. Lo importante es que el elegido llegue a estar lo suficientemente preparado para asumir las riendas de la empresa ante un imprevisto.
Mejorando el presente pensando en el futuro
La oportunidad de tener una mano derecha es también positiva para tu desempeño.
En primer lugar, contar con otra persona que posea puntos de vista diferentes te da perspectiva y te permite evaluar otras opciones que por tu propia cuenta tal vez no evaluarías.
Además, la oportunidad de delegar ciertas funciones te permitirá enfocarte con mayor dedicación a otras cosas que tal vez habías descuidado.
No sólo se trata de crear a un sucesor, también es el momento de asumir el liderazgo de la empresa a cuatro brazos.