Hola,
Te saluda José Vásquez en este día especial.
Antes, quiero indicarte que este artículo esta hecho en primera persona, porque es mi historia. Pero quiero que lo leas para que se convierte en tu historia.
Hace un año atrás, me encontré con una realidad muy complicada en mi vida. Lleno de estrés, deudas, conflictos, inseguridades y con una familia muy preocupada a punto de derrumbarse…
Era desesperante…! Ya que nunca había atravesado tal situación.
Pero, ¿Por qué estaba viviendo tales desajusten con mi vida? ¿Por qué no me salía las cosas como yo quería? ¿Cuál era el dilema que separaba entre tener una vida llena de alegría y abundancia con la vida conflictiva que estaba viviendo?
Fue determinante ese momento para cambiar mi percepción, mi enfoque, mi filosofía de vida…
Y me encontré que estaba lleno de paradigmas, hábitos, ideas y emociones de escases que limitaban el despegue de mis proyectos y la vida de abundancia que quería.
Entonces, ¿Cuál era el primer paso a dar para convertirme en una fuente de abundancia y prosperidad?
Claro está, que la abundancia y prosperidad que buscaba era un punto de equilibrio entre lo material y lo espiritual que quería vivir. La riqueza y abundancia como energía e impulso para lograr una vida armónica y saludable. Eso es lo que necesitaba.
Y lo primero a cambiar era mi forma de pensar, sentir y manifestar las cosas que deseaba con ahínco, día a día. Porque hasta ese momento mi pensamiento era de carencia, problemas, deudas y de un ser fracasado.
Entonces me di cuenta que, la raíz para lograr mi estilo de vida deseado era ganar dinero. Y de hecho que el dinero va donde es querido y respetado. Por eso quería convertirme en una fuente atrayente de pensamientos y emociones positivas de dinero, abundancia y prosperidad.
En otras palabras, tenía que convertirme en un imán de prosperidad para atraer las partículas de hierro de riqueza y prosperidad que deseaba.
Me di cuenta que pensar en la riqueza y prosperidad atraía más de lo mismo.
Pero, muchos nos quejamos de lo que tenemos…, porque no nos damos cuenta de lo que estamos pensando, sintiendo y manifestando, ya que es la fuente de lo que poseemos.
Si pensamos en cosas positivas, grandes, elevadas de éxito, motivación y metas… es más que seguro que viviremos a la altura de nuestras emociones y pensamientos albergados en nuestro corazón, fuente de abundancia material y espiritual.
Recuerda, que yo aprendí así… imaginando cosas que disfrutaba en el presente, y poco a poco se iba cumpliendo en vida. Por eso, tenía que desarrollar hábitos de éxito, sueños de abundancia, momentos de riqueza…
Tenía que dejar esa mentalidad de pobreza y escases… el cielo tenía que ser mi límite.
Es cuestión de atreverse a pensar en grande, tan grande como nuestros sueños.
Bien hagamos este ejemplo: si tienes dinero, ponle frente a ti y mentalízate que con ese mismo dinero atraerás más dinero y abundancia a tu vida. No importa tu situación actual. Sólo necesitas pensarlo día a día.
Magnetiza buenas vibras y deseos, emociones y pensamientos, y todo llegará como una avalancha a tu vida. Te aseguro!
El dinero hace más dinero. La abundancia edifica más abundancia. Es la ley de atracción que nos rige a todos, es cuestión de hacerlo nuestra.
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Un abrazo!