Si la búsqueda de empleo suele ser una competición eliminatoria, la convocatoria para la entrevista de trabajo puede considerarse una final en toda regla. Siendo así, ¿qué deportista o equipo de cualquier disciplina se presentaría al partido definitivo sin haber dormido la noche anterior, o desconociéndolo todo de su rival? Por supuesto, ninguno que deseara realmente convertirse en campeón y supiera lo que debía hacer para lograr su meta.
Y es que la regla de oro de cualquier candidato a un puesto de trabajo debe ser la preparación concienzuda de su entrevista. Olvídese, pues, de fiarlo todo a su proverbial capacidad de improvisación o al capricho del azar, actitudes nada profesionales y claramente contrarias al espíritu que a un entrevistador le gustaría encontrarse frente a su mesa.
Parte fundamental de este proceso consiste en recopilar antes del encuentro cuanta información de la empresa pueda conseguirse. No parece muy apropiado preguntar al empleador por la distribución de sus conservas en escabeche, si se dedica a la promoción de artistas, por poner un ejemplo.
Para evitar estas embarazosas situaciones, nada mejor que procurarse un buen informe que se puede solicitar en la propia empresa respecto a los productos, situación en el mercado, volumen de plantilla y otras circunstancias de la compañía en la que uno pretende integrarse.
Autoentrevista
Con esos datos en la mano, resulta fundamental realizar un análisis del propio perfil laboral y personal como punto de apoyo para responderse a uno mismo una serie de preguntas ineludibles: ¿cuáles son mis cualidades y méritos para optar a ese empleo?, ¿qué factores me distinguen del resto de candidatos?, ¿qué me ha llevado a solicitar trabajo en esa empresa en concreto y qué aportación puedo ofrecer a la misma?
En este sentido, es importante que, ya en el transcurso de la entrevista, cuente siempre con algo a mano para tomar nota, se muestre interesado por los distintos aspectos de la empresa y del puesto que se desea cubrir. Sin pasarse tampoco, claro: no es diplomático preguntarle al entrevistador por lo que él gana al año.
Una vez armado con la necesaria información sobre el rival, y reafirmado en sus aspiraciones y méritos, se acudirá a la cita. Esta suele resultar mejor al principio de la mañana, cuando las personas se encuentran más frescas y dispuestas. Pero, en general, no es adecuado plantear objeciones a la hora a la que uno sea convocado, poniendo especial cuidado en el respeto a la puntualidad. Conviene, además, llegar con unos diez minutos de antelación, ya que así se tendrá la posibilidad de familiarizarse con el lugar, e incluso echar un vistazo a alguna publicación referida a la empresa o al campo de sus actividades.
Llegados a este punto, y si uno se ha preparado convenientemente, el lógico nerviosismo deberá ser mucho más controlable a los ojos del entrevistador, el cual ya contará con este factor como algo normal, dada la situación. De cualquier modo, sie mpre será importante mostrar seguridad, hablando en un tono de voz adecuado ni muy alto ni muy bajo y de un modo natural.
Normalmente, la entrevista suele comenzar con algún comentario distendido por parte del empleador, con el objeto de relajar el ambiente. Recuerde que el humor es importante, y que una imagen de persona seria no equivale a un rostro avinagrado. Sin embargo, tampoco vaya a olvidarse de la razón por la que está allí. Es decir, si entre sus aficiones destaca el tenis, no se vaya a poner a explicarle a su interlocutor lo mucho que le gusta el drive de Carles Moyà.
¡Ah!, y eso sí, no mienta cuando le pregunten por sus aficiones con tal de quedar bien. Si a usted le interesan los libros sólo para cubrir estanterías, no se aventure a confesarse un lector empedernido. Puede que la siguiente pregunta se refiera a la última novela que haya leído, y ahí no le salvará responder «mi primera cartilla».
Y no se ría por todo, y menos a grandes carcajadas, que tan perjudicial puede ser poner cara de Buster Keaton como sonar a risa enlatada indiscriminada. Lo mejor es siempre mantener una cierta espontaneidad bajo control.
Metidos en harina, respétese a sí mismo. Es decir, sea coherente con lo que diga de usted su currículo y procure no contradecirse en sus manifestaciones. Pero eso sí, sin dejar de contestar ninguna pregunta y evitando expresiones dubitativas del tipo de: «No sé, quizá, un poco, creo…». Tampoco suele quedar muy elegante criticar a sus empresas anteriores.
Más recomendaciones
Otra recomendación interesante: esfuércese por escuchar. No se precipite en sus respuestas y respete los silencios de la conversación, no vaya a dar la impresión de encontrarse en un concurso televisivo de preguntas y respuestas.
Por último, no baje la guardia. Los instantes finales de una entrevista pueden resultar una trampa letal, ya que cuando el trance pueda parecer superado y usted se relaje, el entrevistador seguirá observándole. Quizá en ese momento lo haga con especial atención, al mostrarse usted tal cual es.
Y, en fin, si pese a afrontar la prueba con la debida predisposición el puesto vuela a otras manos, no se desespere.
Aproveche, en cambio, la experiencia para sacar conclusiones y corregir los errores en una siguiente oportunidad.
Vestido, peinado y sin Tics
Con frecuencia, el lenguaje corporal suele decir más de una persona que lo que ésta expresa verbalmente. Esta circunstancia hace que el dominio gestual resulte de vital importancia en el transcurso de una entrevista de trabajo. En primer lugar, el aspecto de una persona que aspire a un empleo no debe resultar especialmente llamativo.
Es decir, la vestimenta debe ser discreta, evitando prendas llamativas. Tampoco queda bonito presentarse con barba de dos días o despeinados. Las mujeres, además, deben prescindir de maquillajes excesivos. Estos consejos están lógicamente sujetos al tipo de trabajo al que se opte: la imagen idónea a ofrecer, si se aspira a un puesto de administrativo, no será la misma que si la prueba es para un cargo de relaciones públicas en la discoteca veraniega de moda.
Por otra parte, si se viste una chaqueta o cualquier otra prenda inusual, es conveniente habituarse previamente a su uso. De no ser así, el aspirante quedaría inmediatamente desenmascarado por esos gestos traidores: aflojarse la corbata, estirarse las mangas de la chaqueta, etcétera. Evite también jugar con llaves, mechero, anillos o dar golpecitos con un bolígrafo sobre la mesa. Además de revelar su nerviosismo, provocará una creciente irritación en su entrevistador.
10 Puntos que debe tener en cuenta antes de ir a una entrevista de trabajo
Describir un buen comportamiento durante una entrevista de trabajo puede marcar la diferencia entre obtener o no el puesto que usted anhela dentro de una empresa. A continuación se mencionan alguno consejos que lo pueden ayudar en su entrevista:
1-Acuda a la cita con 10 minutos de anticipación, de esta forma tendrá tiempo para serenarse.
2- Camine con confianza y extienda la mano al saludar.
3- Espere sin sentarse hasta que el entrevistador se lo indique.
4- No fume ni mastique chicle. Hacerlo será obstáculo para una conversación efectiva.
5- Diríjase a su interlocutor por el apellido. Nunca por su nombre de pila, a menos que sea un amigo personal.
6- Coloque sus pertenencias a un lado, en el suelo o en su regazo. Evite invadir el espacio personal del entrevistador colocando sus cosas en su escritorio.
7- Preste atención al interlocutor, haga preguntas importantes y pertinentes con respecto al puesto disponible, pero evite hacerlo sobre vacaciones o aumentos de sueldo.
8- Permanezca calmado y confiado, no a la defensiva. Evite actitudes como morderse los labios, movimientos bruscos y repetitivos de las extremidades. Cuide las «muletillas» al expresarse.
9- Al marcharse, estreche nuevamente la mano del entrevistador y agradézcale su tiempo. Este momento es propicio para preguntar a que hora debe regresar y cuando puede conocer la decisión.
10- Cuando se lleve a cabo la entrevista final y el proceso de negociación de salario y prestaciones sociales, sea enfático en cuanto a sus intereses financieros. Manténgase confiado, su posición a esta alturas es ventajosa debido a que la empresa está interesada en sus servicios.
Objetivo fundamental
Para la Empresa, principalmente, la entrevista es un encuentro cara a cara que permite comprobar la idoneidad de la candidatura para un puesto en concreto. Se trata, pues, de ver si se tienen determinadas competencias, que conformen el pe rfil requerido para el puesto ofertado. También es importante para averiguar el estilo personal, temperamento y habilidades sociales con las que cuenta el candidato, así como sus puntos fuertes y débiles ante los demás candidatos.
Preparación de la entrevista de trabajo
Antes de la entrevista
- Es importante tener claro el lugar de la cita y la hora.
- Ser puntual. Si por algún motivo existe algún retraso se debe comunicar rápidamente a la Empresa.
- Vestir de manera correcta. Un poco mejor de lo habitual pero sin pasarse.
- Reflexionar sobre tus capacidades y cualidades.
- Tener claro cuales son tus objetivos profesionales.
- Saber qué función quieres desempeñar en la Empresa.
- Conocer qué puedes aportar a la Empresa.
Para poder hablar de la Empresa
Recoger todos los datos posibles referentes a la Empresa a través de la prensa general, especializada o bien solicitando esta información directamente a la propia Empresa, en asociaciones empresariales, Cámaras de Comercio, Internet, Página Web, etc. Una vez reunida toda la información sobre la empresa, hay que analizarla para tener una idea acerca de su actividad, la importancia en el sector económico al que pertenece, su imagen, su progresión y su futuro.
Es importante averiguar
- El sector de actividad de la Empresa
- Su plantilla
- Sus directivos
- Su implantación nacional y en el extranjero
- Sus productos y marcas
- Su capital
- Su volumen de negocio
- Sus competidores
- Sus campañas publicitarias
- Sus mayores éxitos de venta.
En conclusión, una buena preparación es imprescindible para lograr que tu entrevista de trabajo te distinga de los demás candidatos para el puesto que deseas.
Durante la entrevista
- Saludar a la persona que te va a entrevistar con su nombre, si se conoce, mirar a los ojos y apretar la mano.
- Dar una imagen de naturalidad es esencial, adoptando una postura relajada, aunque sin exagerar.
- Cuidar la Procurar no comunicación no verbal. Manifestar tensión, impaciencia o dudas.
- Si se es fumador, abstenerse de hacerlo ante cualquier ofrecimiento.
- El tiempo de la entrevista es limitado. Por tanto no perder el tiempo divagando, establecer los objetivos e intentar convencer al interlocutor de las cualidades que se poseen y del entusiasmo.
- Dejar que el entrevistador dirija la entrevista. Provocar preguntas que se puedan aprovechar para mostrar conocimiento del sector. No utilizar términos negativos.
Ante todo, es importante ir con seguridad en uno mismo, seguro de tus cualidades y de lo que puedes ofrecer a la empresa. Pensar de forma positiva, ser claro, sincero y, sobre todo, decidido.
Al final de la entrevista
- Intentar, antes de irse, conocer todos los datos sobre la próxima etapa del proceso de selección: dónde, cuándo y con quién tendrá lugar.
- Memorizar el nombre de quien nos ha entrevistado.
- Evaluar el éxito de la entrevista, resaltando puntos positivos y negativos del encuentro.
- Apuntar tus conclusiones, indicando los puntos a mejorar en sucesivas entrevistas.
- Pasado un tiempo, si no se reciben noticias, llamar e informarse del proceso de selección.
Si has leído y tenido en cuenta nuestros consejos, sólo nos queda darte ánimos y desearte…. SUERTE!!. O como dijo uno antes de entrar a un exámen: «Que Dios reparta suerte, porque como reparta justicia…»