Hemos planteado, que todo en la vida cursa un proceso; hay un comienzo, un desarrollo y un fin del proceso. En la vida cursamos diferentes ciclos y procesos, los cuales dentro de un enfoque sistémico, podríamos reconocer que nos acciones aisladas sino articuladas unas con otras; que en la mayoría de los casos, una experiencia, una vez cumplido su ciclo nos lleva a otra experiencia, de desafío, a un nuevo objetivo.
En estos procesos de aprendizaje, que no exactamente siguen un curso lógico-secuencial-ascendente; sino sistémico-matricial-trascendente; estarán presentes algunos ejes transversales que apuntan a propósitos superiores
- Conocimiento
- Crecimiento
- Desarrollo
- Mejoramiento
- Madurez
- Plenitud
- Trascendencia
Primera fase: Descubrir el talento
La acción primaria y básica que todo emprendedor debe realizar está encaminada a descubrir o identificar cual es sus talento. Definiendo por talento, esa capacidad o predisposición natural para realizar una labor productiva. Es una habilidad especial que le permite a una persona desempeñarse en forma eficaz, en algún tipo de arte, oficio, actividad, incluso, técnica.
En algunos casos, el talento personal es concebido como un arte o don especial; en este caso en particular, podríamos asociar el talento con alguna de las inteligencias humanas, que posee toda persona. Una persona que identifica esa capacidad especial y la desarrolla a través de un proceso de perfeccionamiento, puede lograr altos niveles de desempeño, y ser cualificado o categorizado como alguien excelente en esa actividad.
Todas las personas poseemos algún tipo de talento; no el mismo, sino el que le correspondió como una regalo que la vida le otorga. La responsabilidad de la persona está en descubrirlo, desarrollarlo y ponerlo al servicio propio y de la sociedad. Y si cada persona hace lo mismo, seremos una sociedad virtuosamente enriquecida con las capacidades y habilidades, de quienes la integral, y han puesto al servicio del bien común, su virtud particular.
Para lograr descubrir el talento, es indispensable aprender a conocerse o reconocerse. Esto es posible por medio de experiencias o ejercicios de autoconocimiento; y a través de la información que le proporcionen otras personas. Toda persona tiene la posibilidad de construir un auto concepto o imagen ´personal de si misma, a través de la opinión propia y la opinión de los demás. Y ese conocimiento debe validarse y legitimarse.
Esta validación se consigue por medio de la demostración productiva. Es decir, una persona demuestra sus capacidades y competencias, por medio de las resultados que alcanza en su labor personal o actividades; las cuales comienzan a identificarse desde la experiencia escolar, luego universitaria, y finalmente en el campo laboral, profesional y empresarial.
Segunda fase: Desarrollar el talento.
Una vez que la persona ha logrado identificar esa habilidad personal, que le permite un desempeño singular y especial, a los ojos de los demás, apreciable; está lista para avanzar a una segunda fase; y es tomar ese talento y perfeccionarlo. ¿Cómo se logra? Por medio de la ejercitación continua, la incorporación de disciplinas y valores; como el esfuerzo, la disciplina, la constancia y el establecimiento de metas que obligan a la persona a un mejoramiento continúo.
El talento es como un diamante en bruto que debe ser perfeccionado; la mayoría de las personas tienen ese poderoso musculo, pero no lo han ejercitado. En estos casos, deben proponerse, contando con la ayuda de un maestro o mentor y siendo participes de un ambiente de crecimiento y desarrollo, cursar colegiaturas, que les conduzcan de las ligas menores a las ligas mayores.
En la medida en que se ejercita, potencializa su capacidad, aumenta sus resultados o logros, lo que es mucho apreciable ante los demás; en muchos casos, la persona ya no solo cuenta con la admiración de otros, sino con el reconocimiento, y en el mejor de los casos, con premios y recompensas a virtud, valor, esfuerzo, tenacidad y disciplinas adquiridas. Hay tres factores para el desarrollo del talento; los llamamos las “5 E”.
- Estudio
- Ejercicio
- Experiencia
- Esfuerzo
- Excelencia
El estudio, es la actividad básica en todo proceso de aprendizaje, a través del cual, se adquieren los insumos de conocimiento necesarios para el crecimiento y el desarrollo personal; el ejercicio continuo, es la actividad que nos permite adquirir disciplinas básicas para la vida; la experiencia es la actividad inevitable para madurar y formar el carácter emprendedor; el esfuerzo, es el valor nuclear para convertir una habilidad natural en una competencia para la vida y el trabajo; y la excelencia, como la meta superior a la cual debemos apuntar, y la cual se puede medir, por medio de indicadores específicos.
Tercera fase: Convertir el talento en un emprendimiento
Algunos han logrado identificar su talento personal, pero no avanzan en el proceso. Es importante llamar la atención sobre un concepto que llamamos, Talentos Sinérgicos, son aquellas capacidades que potencializan siempre que hagamos en unidad con otras personas y se logre una conexión productiva. Hay personas que no han logrado llevar su talento a otro nivel, porque se resisten a construir relaciones de interdependencia y asociatividad. Esto no puede ser pasado por alto, porque, en el mundo actual cada vez son menos las actividades que se realizan de manera individualista, y más las que se hacen en sinergia con otros.
Es un lamentable desperdicio, la decisión que toman algunas persona de no evolucionar su talento del nivel básico de entretenimiento a un nivel superior de entretenimiento. El entretenimiento, le representa a la persona placer, diversión; mientras que el entretenimiento, además de placer y diversión, le puede representar productividad. Muchas personas talentosas, usan su capacidad o talento como algo diversión, pero no exploran en un entorno productivo, como actividad económica, negocio propio, proyecto productivo, incluso, como empresa.
Luego, una persona puede darse esa oportunidad de convertir ese talento en un emprendimiento; no tenerlo solo como una cualidad personal sino como una competencia para la vida y el trabajo; como un potencial productivo. Un talento que no se circunscribe en un proceso productivo, se queda solo en un plano vocacional; pero una vez que lo articula a una dinámica productiva, el talento se convierte en una capacidad para generar riqueza.
En este contexto, ¿Qué es un emprendimiento? Es toda idea que surge de asociar el talento con un escenario productivo. Es la decisión orientada a convertir esa capacidad natural en una competencia laboral y generadora de riqueza. Por supuesto, que un talento sin una actitud o mentalidad emprendedora no es suficiente; es menester desarrollar un perfil proactivo para poner en marcha esas ideas y estrategias, en un negocio o actividad productiva.
Cuarta fase: Haga de su emprendimiento una empresa
Una persona que decide potencializar su capacidad humana o talento para construir una empresa ha incursionado al universo de los emprendedores productivos; aquellos que orientan sus acciones hacia una dinámica empresarial. Esta fase, conduce a la persona a dar los pasos necesarios para ir estableciendo su concepto de negocio hasta llegar a un posicionamiento y liderazgo en el mercado. En este proceso, es determinante la labor que cumple el promotor, gestor, iniciador y líder de la idea.
Quinta fase: Posicione su empresa
Al establecer la empresa, la meta que se propone el emprendedor, es hacer de su negocio un modelo de emprendimiento; lo que resulta de llevar a la empresa a un posicionamiento y nivel de solidez en el mercado. Un modelo productivo social, es una empresa que además de generar una riqueza económica y material; le representa a la comunidad o al entorno inmediato, un balance social positivo, a través de medidas o acciones de reinversión social; estos modelos de emprendimiento social, son generadores de empleo y ofrece condiciones para el mejoramiento en la calidad de vida.
En resumen, todo comienza con identificar el talento; desarrollar el talento; hacer del talento un emprendimiento; transformar el emprendimiento en una empresa y hacer de la empresa un modelo productivo y social.