Cuando llego a una empresa, lo que más me interesa son las mariposas; créanme, mariposas de todos los colores y tamaños. En ocasiones no se perciben con facilidad ya que suelen esconderse tras el velo sutil de la hipocresía, del silencio, de la incompetencia, de la apatía, de la prepotencia y sobre todo tras la ignorancia.
Ustedes se preguntarán ¿Qué método utilizará para verlas y cogerlas? Mi método recibe muchos nombres: acercamiento sincero, conversación transparente, entrevista sin límites, escucha empática, comportamiento coherente, relación auténtica. Les aseguro que aparecen mariposas por doquier, revolotean todos los departamentos de la empresa: dirección, finanzas, marketing, producción. ¡Que bonitas son! Y como me ayudan a descubrir la realidad emocional de la organización: el estilo de liderazgo, la cultura empresarial subyacente, los problemas emergentes.
No estamos acostumbrados a la caza de mariposas; sí a la de perdices, conejos, jabalíes, etc. Sabemos lo aburrido que es cazar solos, no podemos compartir la emoción ni el entusiasmo que nos causa la pieza obtenida, no podemos sentirnos importantes en nuestra labor profesional, no podemos desahogarnos de tantas tensiones y frustraciones. Conozco algunos cazadores de mariposas que de tanto cazar en solitario han perdido las aptitudes necesarias para percibirlas.
No es fácil cazar mariposas, y sobre todo en solitario; en las empresas hay muchas personas que cuando se les propone participar en la captura de mariposas, se ofrecen voluntariamente con mucho entusiasmo. Iniciamos una conversación sincera y desde el principio no marcamos un objetivo «cazar mariposas», que tan rentables y beneficiosas son para la empresa. También hay quien ofrece resistencia, debido a la cultura de precaución imperante en su empresa, el miedo al cambio, aunque sea para mejorar, obstaculiza la caza de mariposas.
Transcurridos unos días, desde que inicio la captura, los resultados son sorprendentes, cazamos las que más nos van a servir para optimizar el funcionamiento de la empresa, para ayudar a los directivos a superar los problemas culturales subyacentes que obstaculizan su tarea, a mejorar el rendimiento empresarial y profesional.
A diferencia de lo que ocurre con las encuestas, la caza de mariposas, inicia un impulso de transformación de la cultura de la empresa. La misma acción de captura hace que la empresa avance hacia la excelencia; una cultura que promueva la sinceridad, la transparencia, la integridad, la empatía y las relaciones saludables.
Las empresas que apuestan por la innovación, no sólo tecnológica sino en cultura corporativa, necesitan implantar métodos de caza e mariposas, y así avanzar hacia la competitividad sin miedos, ni complejos.
Acerca del autor:
Manuel López Jerez. Consultor de RRHH y Conferenciante de BCC.