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Carta a los emprendedores en potencia

El emprendimiento en Latinoamérica es un tema complicado aún cuando mucho se habla actualmente sobre él. Los gobiernos destinan parte del presupuesto para instituciones, programas, proyectos y demás elementos; con el ánimo de aumentar la cuota de emprendedores, pero esta siempre resulta siendo mínima.

De cada mil personas, una es emprendedora y a veces apenas hay un emprendedor por cada miríada; lo cual demuestra que hace falta algo, y estoy seguro de que ese algo no son las ideas.

Si uno pregunta a determinado número de personas qué cambiarían o mejorarían a su entorno, a su vida o a la de los demás; de seguro serán muchas las ideas nuevas que surgirán de la mente de los encuestados; por lo que la causa del problema en mención radica no en la falta de ganas y buenas ideas, sino en la iniciativa, gallardía, Osadía.

Osadía es sinónimo de valentía; de ir hacia adelante. Una persona osada no es quien no teme, sino quien a pesar del temor se lanza a por la victoria, y es eso lo que a muchos falta. Apenas con ganas no se logra nada; se necesita movimiento.

El emprendedor entonces no es quien tiene buenas ideas, sino quien procura su desarrollo; es pragmático antes que idealista; y su sabiduría al final proviene del haber cometido cualquier cantidad de errores, más no del evitarlos.

Es debido a ello que le invito amable lector, si aún no ha dado el primer paso hacia el éxito, a iniciar el camino, a arriesgarse. Nuestra batalla a lo largo de la vida es con la muerte y si ya la perdimos, ¿a qué tememos entonces?.

Si ya conocemos el final, hagamos del desarrollo de la historia algo digno de conocer.

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