Los que me seguís desde el principio, recordaréis que uno de mis primeros post tratataba sobre los socios. En él, decía que la confianza entre los socios era requisito único e indispensable para que la unión funcionara. Pues bien, no hay nada más sabio que la propia experiencia, y pocos meses después os puedo asegurar que hay muchos más factores que influyen para que el equipo funcione.
En aquel post, os contaba que me había asociado con dos íntimos amigos, cada uno teníamos nuestras virtudes y defectos, sabíamos que no éramos los mejores, pero creía que la confianza que existía en el equipo nos sacaría de todos los problemas a los que nos íbamos a enfrentar.
Sin entrar en detalles, un día te das cuenta que el equipo no funciona. Existe toda la confianza del mundo pero el proyecto no avanza. En una primera instancia, tratas el tema con tus socios, pero el tiempo pasa y nada cambia.
Llevo trabajando en este proyecto muchísimo tiempo, no sería capaz de contabilizar las horas que he invertido, los kilómetros que he realizado ni a las puertas que he llamado en son del proyecto, por lo que no puedo permitir que muriera antes de nacer. En una segunda reunión, decidimos de mutuo acuerdo y por el bien de nuestra amistad, poner fin a nuestra asociación. Es una decisión difícil, pero romper una relación a tiempo, cuando ya no hay chispa, es lo mejor que se puede hacer (interesante símil con una relación sentimental)
La consecuencia de todo esto es que me veo solo. Mi figura era la del emprendedor, encargado de formar, gestionar y dirigir. Pero ellos eran la parte técnica del proyecto. ¡Sin su perfil la empresa no va a salir adelante!
Estamos ante el primer problema serio de la empresa, que la deja entre la espada y la pared… y ni siquiera está creada. Aquí ya no sirve de nada apoyarse en libros e Internet. Como emprendedores, tenemos que saber solucionar problemas, así que esto es una prueba más para nosotros.
Ponte a buscar gente a la que ilusione tu proyecto y convénceles para que inviertan su tiempo y dinero en él.
Y eso es lo que hice. Proyecto en mano, empecé primero buscando en mi entorno cercano. Tenía previsto utilizar el blog y las redes sociales para buscar socios, pero por ahora, eso no va a ser necesario. Aunque algunas búsquedas no han sido satisfactorias, enseguida encontré gente que se quiso subir al tren.
En primer lugar, hice un gran resumen de la idea de negocio. Traté de describir de una manera clara cuál era la idea y cuáles eran los objetivos. También es importante fijar los requisitos y los perfiles de lo que estás buscando para completar el equipo.
Lo segundo, ir paso a paso. Unirte a un proyecto emprendedor no es una decisión que se pueda tomar de la noche a la mañana, hay que respetar a quienes les cuentas tu idea. No es justo hablar con 50 personas si sólo vas a necesitar a 2 ó 3. ¿Qué ocurre si te dicen que si 45? Ve poco a poco, espera una respuesta antes de seguir buscando. Además, es curioso cómo funciona el boca a boca también en estos casos. Le cuentas a alguien que estas buscando socios, y él a su vez lo va comentando con sus conocidos. Al final te llama el amigo de un amigo porque está interesado en unirse al grupo. A su vez, él encuentra a más gente que podría unirse al grupo y así sucesivamente.
Todavía es pronto para saber si el equipo funcionará y quienes seguiremos adelante. Nos hemos marcado unos objetivos a corto plazo. Una vez alcanzados, tenemos que entrevistarnos con otra gente con perfiles complementarios que está interesada en unirse a nosotros para finalmente concretar quienes seguimos adelante en el proyecto.
Esto supone hacer un paréntesis en el plan de negocio. Creo firmemente que la empresa la debemos moldear entre todos los socios que finalmente sigamos adelante. Si no, directamente, no tendría sentido buscar socios.
Las relaciones personales es un tema mu complejo, ¿cuál es tu experiencia con tus socios?
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