Mientras abrigo el ambiente de mi sala luego de una ardua jornada. La televisión seduce mi cansancio y fulmina mis sentidos a través de sus coloridas pantallas con la desnudes intrépida de una hermosa chica que ha hecho noticia y que está encandilando la farándula.
La verdad, estuve dispuesto a quedarme y ver los detalles que conmovió mi tentación… Pero, de pronto sonó la alarma de mi celular indicándome que tenía programado una reunión con Robert Kiyosaki. A las 8:00 de la noche en mis 4 metros de espacio laboral diario.
Había olvidado que, él me estaba esperando con una sonrisa desde el estante de mis libros. ¡Él sabía que íbamos a tener una reunión! Por eso, el alma de su libro era tan sobresaliente que podía percibirlo desde el sofá que estaba sentado.
Era apoteósico compartir un café con Robert Kiyosaki. El escritor famoso que ha esparcido la semilla del liderazgo y ha gestado en cada emprendedor: el espíritu de éxito, el propósito de conquista consigo mismo para alcanzar los más nobles sueños de grandeza y prosperidad.
Me puse en pie y fui directamente a la cocina a preparar las dos tazas con café, que lleve directamente a mi escritorio que estaba con los arreglos imaginarios, porque iban a estar dos celebridades. En seguida, fui a la estantería de mis libros a invitar a Robert a la mesa que estaba en dulce espera. Fue una emoción desconocida la que embargó mis adentros, pero igual me aferré al libro “Padre Rico, Padre Pobre”.
Era un encuentro inolvidable. Sabía, que sus palabras me iban a llevar a otra dimensión de entusiasmo y realización, como por arte de magia te ganas la lotería sin entender si merecías o no, pero le ganaste al fin para gloria o para infierno de tu vida.
Nos dispusimos a servirnos el café que había esparcido sus sabores en señal de una noche larga de lectura.
Además, a lado mío había una libreta de apuntes y lápiz que me incitaban a utilizarlo para empezar a transcribir alguna frase que resaltaba como enseñanza indiscutible.
Y así empezó a contarme su historia mientras compartíamos el encuentro: Tuve dos padres, uno rico y uno pobre… De pronto, hizo una pausa y dijo: mejor te invito que le leas en otro momento, porque hoy compartiré algo más sabroso que viene en porciones más pequeñas y que va acompañar como apetitivo al café que esta delicioso.
Bien, empecemos, dije emocionado.
Mira José, “Los perdedores evitan el fracaso, y el fracaso convierte a los perdedores en ganadores”. Es decir, en la medida de tu poder interior, tú tienes que moverte y seguir adelante para lograr realizar tus objetivos y metas de emprendimiento. Por más, que en la realización de los mismos exista errores que por momentos te detengan. La idea es seguir adelante y en pie de lucha constantemente.
Además, “Lo importante no es lo que uno sabe, sino que tan rápido aprende”. Por eso, dedica tu tiempo para analizar cuanto sabes y si eso que sabes, te ayudará para realizar lo que anhelas como proyecto de vida y libertad financiera. Ya que “La clase media compra deudas, los Ricos activos… eso hace la diferencia” y esto puede marcar la diferencia entre tu presente y tu futuro.
Entonces, quiero que entiendas que “La inteligencia financiera consiste simplemente en tener más opciones” de inversión y no enfrascarse en una sola opción de negocios como alternativa prístina de éxito. Porque “Dios no necesita recibir, pero los humanos necesitan dar”. Es por ello que, para dar sin medida ni recompensas uno tiene que generase múltiples fuentes de ingreso y siendo consciente que “El dinero no te hace rico, sino las habilidades en los negocios”.
Y para empezar un negocio o emprendimiento cualquiera es mejor entender que “Ganar es no tener miedo de perder”. Por que “La emoción de ganar deber ser mayor al miedo de perder”. Sí, así de sencillo. Ya que nosotros somos los dueños de nuestra vida, porque “El activo más poderoso con el que contamos es nuestra mente”. Y mientras seguimos perfeccionándonos y capacitándonos “Uno a menudo se convierte en lo que estudia”.
Por eso, el “Mañana solo existe en la mente de los perdedores y soñadores”. Haz siempre lo que tengas que hacer ahora y nunca dejes para mañana. Porque “La única diferencia entre la persona rica y la persona pobre esta en como utilizan su tiempo”.
Wow, José, pensé que el tiempo, mientras íbamos conversando, iba a ser nuestro aliado, pero veo que no fue así. Se no fue la hora y el café se nos enfrió. Espero que mi filosofía sobre como pienso del ser humano y los negocios te hayan servido en algo. ¡Suerte Campeón!
Bueno, José, me tengo que retirar. Un abrazo y que nuestra amistad distante siempre nos haga tener presente a ambos. Te veo en persona cuando esté por Perú. Gracias por el café.
Me quedé estupefacto… y me predispuse a reflexionar de todo lo que me había dicho.
¿Y tú cómo te sentiste leyendo? Me imagino, muy pendiente del final.
>>> ¿Te gustaría formar parte del próximo café que compartiré con Robert Kiyosaki?. ¿Me acompañas?
>>>Sabes, este es el mejor lugar para encontrarnos y hablar tú y yo. Claro, no es una obligación, sino un deber para conocernos. ¡Un abrazo a la distancia!