Se denomina bisutería (del francés bijouterie) a la industria que produce objetos o materiales de adorno que imitan a la joyería pero que están hechos de materiales no preciosos. Hoy es reconocida como un arte al que todos tenemos acceso.
En muchos países de habla hispana se la llama bisutería, pero en otros como en la Argentina, hemos adoptado la palabra en francés, bijouterie.
Se suelen usar materiales muy diversos, desde la porcelana hasta los alambres de latón pasando por cuero, acrílicos, maderas, o las perlas cultivadas. Los objetos confeccionados con metales o sus aleaciones suelen llevar un recubrimiento de material noble, como el oro o la plata. Dependiendo de la calidad del recubrimiento, un adorno de bisutería fina, puede llegar a ser prácticamente indistinguible de una joya, para una persona no experta.
La bijouterie ha sido parte de la cultura durante casi 300 años (distinto de la joyería que data de tiempos milenarios). Durante el 1700 la bijouterie realizada con vidrio comenzó a tener importancia, pero un siglo después, la bijouterie de materiales semi-preciosos entró en el mercado y se masificó. Aunque el verdadero auge de la bijouterie comenzó a mediados del siglo XX, durante la revolución industrial, que pudo dar, a la nueva clase media deseosa de poseer hermosas joyas de un modo económico, la posibilidad de poseer joyas de fantasía, bijouterie o bisutería.
Importantes diseñadores del siglo XX la popularizaron y comenzó a ser una industria rentable.
Muchos consideran que la máquina ha echado a perder la belleza y exclusividad de la orfebrería; es la bijouterie que se vende muy barata y a granel, generalmente procedente de Oriente. Por ello muchas mujeres se vuelcan a la bijouterie artesanal.
Aquí tenemos una hermosa posibilidad, el diseño y armado de bijouterie exclusiva, actividad rentable, para la que el mercado nos brinda una casi infinita posibilidad de materiales.