Hacemos un repaso de las aplicaciones que más están dando de qué hablar en los últimos tiempos, ¿Donde está el límite en este mercado?
Internet revoluciona todo lo que toca. Nacen nuevos productos y servicios impensables hace unos años e imposibles de realizar sino existiera la Red.
Sin embargo, como toda revolución “deja por el camino cadáveres” o afecta a la línea de flotación de las actividades o negocios tradicionales. Estas Apps las hemos llamado “conflictivas o polémicas” porque para unos (los negocios tradicionales) lo son y sin embargo para los usuarios que las utilizan son positivamente valoradas. ¿Entonces son positivas o negativas? La respuesta depende de qué lado del mercado estés o como se suele decir depende “del color del cristal con que se mire”.
Internet ha irrumpido con fuerza en lo que podemos llamar “servicios personales” prestados por personas con nombre y apellido cuyo interés probablemente sea tener unos beneficios extra.
La mayoría de estas apps han conseguido algo en teoría sencillo pero difícil de llevar acabo y es poner de acuerdo a la persona particular que ofrece el servicio y al usuario que lo demanda. Este último, no siempre lo busca para ahorrarse dinero sino que pueden existir otros motivos: búsqueda de servicios más personalizados, menos convencionales, conocer otras personas, culturas y países, hacer amigos etc.
El encuentro entre el que ofrece y el que demanda se logra porque existe una plataforma o portal que les pone en contacto y hace posible el acuerdo.
Los defensores de este tipo de servicios claman contra los monopolios y empresas que ganan grandes márgenes de beneficios porque los clientes están obligados a adquirirlos. Cuando aparece un nuevo market place o portal de servicios se rompen los monopolios y gana el usuario, gana el particular que lo ofrece y pierde el negocio, empresa o profesional que antes lo ofrecía.
Por el contrario, si escucháramos a las empresas o profesionales que prestan estos servicios, los argumentos de sus quejas son parecidos. Es una competencia desleal, no garantizan al usuario la calidad de los servicios y no pagan tasas ni impuestos.
Veamos ejemplos concretos de conflicto en dos actividades que utilizamos de forma habitual como son el transporte y el turismo o alojamiento.
El caso de Uber ha dado la vuelta al mundo, allí donde se han establecido ha habido conflicto (y en algunos casos más que conflicto) con las compañías o profesionales del taxi, hasta el punto de que en países como Francia se ha prohibido o en Alemania les han obligado a pagar licencias de taxi para sus conductores.
Algo parecido aunque con menos conflicto se produce con los portales que ofrecen la oportunidad de compartir viajes, como es el caso de socialcar.com o blablacar.es . En estos casos la polémica es menor porque los usuarios comparten sólo gastos de viaje.
En el sector del turismo y alojamiento sucede algo parecido al caso de uber con los portales que ofrecen apartamentos y alojamientos en cualquier ciudad del mundo, como Alterkeys o Airbnb y que están en el ojo del huracán de los hoteleros tradicionales.
En conclusión, como decíamos al principio el fenómeno de Internet revoluciona y cambia el orden de las cosas. Aparecen servicios nuevos y el cliente final tiene mayor poder de decisión pues “elige no sólo el servicio, sino quien quiere que le dé el servicio”. Una reflexión con polémica y con diferentes puntos de vista. Y tú, ¿qué piensas al respecto? ¡Déjanos tus comentarios y opiniones!
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