El Ahorro es una de las herramientas más poderosas para alcanzar Independencia, Libertad y cumplimiento de objetivos que estén fuera del alcance de los ingresos corrientes. Esto no es nada nuevo, pero continúa siendo una tarea elusiva y dificultosa para muchos.
La razón principal de ésta dificultad es la ausencia de equilibrio en las retribuciones emocionales que presentan las tareas de ahorro en relación con las de gasto rutinario, fundamentalmente en el corto plazo. Ahorrar no es nada divertido en la dinámica del momento presente y su retribución emocional no se compara a la que puede proporcionar el gasto inmediato.
Si bien para algunas personas el Ahorro es un hábito y para otras una tarea que cuesta ejercitar con seriedad, en ambos casos los esfuerzos carecen de incentivos de corto plazo que los hagan “competitivos” con otros usos que se pueden dar al dinero.
Generalmente la satisfacción por los esfuerzos de ahorro llega después de un tiempo, el mismo que se percibe como “duro y sacrificado”, revestido de mucha disciplina y fuerza de voluntad. Y mientras esto sea así, el Ahorro no constituirá una actividad trascendente que pueda cambiar el destino de las personas y familias.
Existen esencialmente dos tipos de Ahorro que pueden practicarse: el Ahorro Pasivo y el Ahorro Activo.
El Ahorro Pasivo es la tarea de acumular dinero por medio de montos que se separan de los ingresos corrientes una vez descontados los “gastos indispensables”. El Ahorro Pasivo consiste en una acumulación aritmética de dinero hasta el punto que determine el ahorrista.
El Ahorro Activo comienza como una campaña de Ahorro Pasivo pero en cierto momento adopta curso propio y se “activa” para apuntalar su propio crecimiento. En una campaña de Ahorro Activo la persona “moviliza” el dinero que se está ahorrando y lo invierte en operaciones previamente planificadas. Estas operaciones se destinan a incrementar el fondo de ahorro al margen de lo que sumen los aportes regulares (los mismos que eventualmente pueden seguirse efectuando).
(A la conclusión de la presente lectura se puede acceder a una descripción de Ahorro Activo en el siguiente link: AHORRO ACTIVO: técnica para generar Capital y Emprender)
En tanto que en el Ahorro Pasivo la única tarea consiste en “guardar” cierto monto de dinero periódicamente, en el Ahorro Activo los fondos ahorrados se disponen de acuerdo a un plan para generar plusvalía e incrementar su cuantía.
El Ahorro Pasivo no involucra ninguna dinámica compleja (el hecho simple de acumular dinero), en tanto el Ahorro Activo es una técnica más demandante pero muy provechosa y estimulante.
El Ahorro Activo obliga a la persona o familia a dedicar esfuerzo y atención a la tarea. La mantiene alerta y enfocada en una labor que de otro modo exige solo atención marginal e inconsciente.
Nada que se haga de manera inconsciente alcanza resultados extraordinarios, y esta premisa se cumple en el caso del Ahorro Pasivo.
Ahora bien, al demandar atención, enfoque y desarrollo de ciertas destrezas, el Ahorro Activo evita el surgimiento de la frustración y el fastidio que acompaña todo esfuerzo de ahorro. Y en esto es bueno ser enfático, puesto que la mayoría de las intenciones de ahorro no se sostienen en el tiempo y pocas veces constituyen factor determinante en la vida de las personas y familias.
Adicionalmente, el Ahorro Activo constituye una tarea que genera crecimiento “intelectual” y desarrollo personal, dado que ayuda a maximizar habilidades que no se cultivan con otros tipos de ahorro. Este desarrollo personal concluye siendo el resultado más valioso de la propia actividad, superando en el mero beneficio de “separar y guardar dinero”.
En el caso de las tareas genéricas de Ahorro muy pocas veces se considera la fenomenología del binomio sujeto-objeto, es decir persona que ahorra-ahorro. Es cierto que en esencia “cualquier” persona puede ahorrar dinero porque la operación no demanda habilidades complejas (es más un tema de actitud que de aptitud), pero también es cierto que cuando se desarrollan habilidades específicas para ahorrar, ello permite que la persona alcance mayores cotas de progreso personal.
El Ahorro Activo consigue esto: generar un “ahorro inteligente” y personas “especializadas” en llevarlo a efecto. Fortalece el perfil profesional y habilita a los individuos para ejecutar tareas más complejas en su vida.
El Ahorro Activo desarrolla el sentido previsional de las personas, su visión, gestión del dinero, consecución de objetivos mayores, construcción de proyectos de vida alternativos, “independencia mental” respecto a fuentes convencionales de ingreso, orientación “entrepreneurial”, etc.
Permite la existencia de satisfacciones a corto plazo que son habitualmente ajenas a los esfuerzos tradicionales de ahorro, y al hacerlo mitiga la tendencia de interrumpir la tarea por frustración o impaciencia.
El Ahorro Activo es, en realidad, el único “ahorro inteligente”, porque entre otras cosas se alinea con la lógica de honrar el valor intrínseco del dinero. Toda actividad de ahorro convencional mantiene dinero estático, “congelado”, sin rendimiento alguno, o a lo sumo otorgando beneficios al custodio (alguna entidad financiera). Esto suponiendo, de hecho, que la tarea no se realice guardando valores “debajo del colchón”.
La dinámica del Ahorro Activo no precisa que la familia o persona se sienta obligada a efectuar sacrificios importantes para “separar” dinero y guardarlo, por el contrario, cuando se alcanzan las destrezas del proceso se puede mejorar, simultáneamente, la calidad de vida personal o familiar. Esto se consigue “reinvirtiendo” los recursos del ahorro en el estado económico vigente.
El Ahorro Activo también permite construir Capital Propio para aquellas personas que tengan objetivos más allá de lo que permite el ingreso convencional. Es una manera idónea de reunir lo necesario para un Emprendimiento u otra labor que disminuya la dependencia del ingreso principal.
El “costo” del Capital en muchas sociedades es tan alto que inhibe, desincentiva y complica las intenciones de Emprender o encarar alguna actividad para la independencia financiera, por ello el ahorro constituye un hecho de trascendencia económica y social. ¡Ahorro es igual a Inversión!
En teoría (y en éste caso se cumple la premisa de que no existe nada más práctico que una buena teoría), todas las personas pueden ahorrar. Esto no depende necesariamente de la proporción de los ingresos. Pero para superar los obstáculos es necesario tener un mínimo de conocimientos y aptitudes. Esto se consigue desarrollando el Ahorro Activo.
La forma en que puede aplicarse el Ahorro Activo y la dinámica que genera, ayuda en la adquisición de conocimientos que muchas veces se reservan para el aula. Toda persona que se dedique con interés a las tareas de Ahorro Activo terminará siendo un profesional mejor formado que aquél que las inició, ello al margen de todos los otros beneficios involucrados.
El ahorro es una actividad que acompaña al hombre desde los albores de su evolución social y explica muchos logros obtenidos para su calidad de vida. Pocas cosas son más significativas en el afán de consolidar independencia y libertad. Sin embargo es necesario tener mente abierta y disposición para despojarse de actitudes conservadoras y tradicionalismos. Es preciso tomar riesgos calculados y practicar métodos y procedimientos novedosos. De esto se trata el Ahorro Activo, el mismo que con respecto al ahorro convencional representa un tránsito parecido al del caballo al automóvil. Ambos constituyen medios de transporte, pero no queda duda sobre la diferencia que tienen en términos de esfuerzos y alcances.
Una última apreciación:
Ninguna actividad de ahorro, y mucho menos el Ahorro Activo, está destinado a proporcionar Seguridad. Esta es una concepción equivocada.
Toda tarea de ahorro acerca al hombre a la Independencia y Libertad: independencia económica y libertad financiera. En cambio, lo que se realiza con el objeto de alcanzar seguridad trae intrínsecamente aparejado el temor e incertidumbre, y estos no son sentimientos que ayuden en ninguna tarea de ahorro u otra cosa de la vida.
Por otra parte, personas y familias Independientes y Libres no piensan todo el tiempo en seguridad, ¡no lo hacen!, simplemente por el hecho que se sienten seguras de sí mismas.
Si está interesado en conocer más detalles remítase a AHORRO ACTIVO, Técnica para generar Capital y Emprender.
DATOS DEL AUTOR.-
Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.
Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”
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