La lectura del artículo entrevista a E.Dans en la revista “Nuevas tecnologías” me ha llevado a cierta reflexión sobre la adecuación actual de la abogacía al mundo digital. La visión desde luego no es muy alentadora a pesar de carecer de datos estadísticos fidedignos.
Así como indicativo digamos que tenemos la plataforma “legalsolo” un proyecto interesante del que ya hemos hablado antes, en el que aproximadamente unos 200 abogados encuentran unificados como en un foro de café o tertúlia de plaza sus tweets, (se sigan entre ellos o no) y en el que constan las actualizaciones de sus blogs, además de proveer contenidos jurisprudenciales y legislativos muy interesantes con carácter gratuito. Entre 185.000 , no llegan ni al 0,1% de la población así que el resultado no es precisamente esperanzador.
Para muchos, muchísimos abogados aún (demasiados creo yo), tener un blog, estar en twitter o en linkedin o facebook no deja de ser una “frikada” propia de unos “taradillos iluminados” que se han metido en la movida está de moda que es Internet y las redes sociales y en la que ellos no “tienen tiempo para estar”.
Aún comprendiendo que la percepción de la realidad digital y todo lo que comporta es más difícil para los “inmigrantes digitales” (nacidos de 1970 para atrás) que aquellos denominados “nativos digitales”, lo cierto es que estaría bien darse cuenta de que Internet y las redes sociales no son una moda, han venido aquí para quedarse y se quedarán esencialmente porque los consumidores, los de servicio jurídico también, se han acostumbrado a “darle” a un click para hacer las cosas y para obtener información, ya no quieren ni telefonos ni citas, quieren interactuar cuando les convenga (a partir de las 12 de la noche incluído), de forma asíncrona, (por suerte !!!!) y no están dispuestos ni a esperar ni a hacer una llamada telefónica cuando nuestra agenda lo permita.
Vivimos una nueva realidad en la “que todo ha cambiado” y tenemos la opción de hacer lo de antes, pero probablemente esto nos irá llevando a mercados residuales donde la subsistencia será compleja y precaria.
Adaptarse al mundo digital es solo un problema de barrera mental, una de las características evidentes de las nuevas tecnologías y que las ha hecho mutitudinarias, es que la curva de aprendizaje de su uso, es prácticamente inexistente, y que hay herramientas para todos los gustos y usos…y encima gratis !!!!
¿Cómo repercute ello en nuestra profesión?, de forma sencilla. No intentemos cobrar por cadenas de valor en nuestro producto (conocimiento) ya peréclitas. El valor hoy esta en la confianza que el abogado y el software de gestión CRM para abogados que utilice, genera por una relación que se desenvuelve más por otros canales de comunicación. ¿Lo presencial? como siempre necesario, imprescindible si se quiere, pero en otra proporción, gracias a un mundo tecnológico que provee de herramientas con las que el cliente cada vez más está familiarizado de otra manera, en la que la asincronía en la comunicación y la frecuencia se mueven en parámetros superiores.
¿Se puede discutir lo que digo?, sin duda, aunque lo que no se puede discutir es el cambio del entorno social en el que nos movemos. Como con los dinosaurios, la capacidad de adaptación determinará la supervivencia.