“El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos.” Esta frase la pronunció hace más de un siglo el pionero del automovilismo Henry Ford. En su momento “el progreso al alcance de todos” fueron los carros y quizás hoy día lo sean las tiendas online.
En el mundo de los celulares y las computadoras, las ventas por Internet se disparan día tras día y, si cabe, alcanzan su punto álgido con el llamado smart shopping, fenómeno imparable que representa ya a más de 1,3 millones de mexicanos y que tiene entre sus exponentes a páginas agregadoras de ofertas como Dscuento. Así, no extraña que toda pequeña o mediana empresa, tradicional o innovadora, start-up o longeva- quiera hacer negocios en Internet, que se ha convertido en la manera más barata y fácil de abrir horizontes sin tener que moverte de la silla. Pero, ¿cómo hacerlo?, ¿Es tan fácil como anuncian?, ¿Qué ventajas obtendré?
Empezando por las motivaciones, vender online te permitirá aumentar el rendimiento, acercarte a nuevos mercados, bajar los costos y todo ello sin tener que hacer una gran inversión. Es un poco la idea de ganar dinero mientras duermes. Sólo necesitarás la computadora, el acceso a la red y el teléfono. No obstante, advierten los expertos, sí es necesario que tengamos claro que queremos dar ese paso y que vamos a apostar por ello con una estrategia definida. Si has decidido casarte con Internet, en primer lugar, habrás de especificar qué vendes y por cuánto lo vendes. Respecto a lo primero puedes optar por los productos más vendidos–boletos de avión, espectáculos, reservaciones en hotel, electrónica o moda según los datos de la Asociación Mexicana de Internet, o echarle imaginación y abrir nuevos nichos de mercado.
Esto último, claro está, es más arriesgado pero, en caso de aceptar, igual creas un imperio. La empresa Groupon, por ejemplo, con la entonces innovadora idea de ofrecer cupones online se ha convertido en la empresa que más rápido ha crecido en toda la historia, según revela la revista Forbes.
En segundo lugar, tendrás que decidir cómo exponer tu oferta; aquí se aplica sólo una máxima: una imagen vale más que mil palabras, no en vano, el comprador por Internet sólo puede eso (verlo) o –como mucho- leerlo. Hecho todo esto, sólo te queda aplicar una buena política empresarial orientada al servicio al cliente (especialmente importante en el mundo virtual por las mismas razones) y asegurar las condiciones de envío y logística. La tecnología está a tu alcance, ahora sólo necesitas la idea.